Arequipa fue escenario de la visita del Dr. Lonnie Thompson, uno de los glaciólogos más destacados del mundo y pionero en advertir sobre los efectos del calentamiento global. En el marco de la presentación del documental Canary, organizada por la Universidad Católica San Pablo, el científico repasó su trayectoria de más de 40 años dedicada a estudiar los glaciares tropicales.
El científico que cambió la historia de los glaciares desde Arequipa
Desde sus humildes orígenes en un pueblo minero de Virginia Occidental, Lonnie Thompson desafió las limitaciones económicas para dedicarse a la ciencia. Construyó su primera estación meteorológica en un granero y trabajó en varios empleos para costear sus estudios universitarios. Esa perseverancia lo llevó a la Universidad Estatal de Ohio, donde comenzó una carrera que transformaría la investigación climática mundial.
Su nombre empezó a resonar en la comunidad científica tras su expedición al glaciar Quelccaya, en Cusco, en la década de 1980. A pesar de las dificultades logísticas, logró perforar y extraer núcleos de hielo milenarios que revelaron la historia climática del planeta. Aquella hazaña marcó un antes y un después en la glaciología, demostrando que el calentamiento global tenía un impacto tangible en las montañas tropicales, no solo en los polos.
Durante su paso por Arequipa, Thompson recordó con especial afecto su primera llegada al Perú. Aquella experiencia, que comenzó con un viaje en colectivo desde Lima hasta la Ciudad Blanca, marcó el inicio de una vida dedicada al estudio de los glaciares andinos y a la defensa del medioambiente.
“Recuerdo Arequipa mucho, porque en mi primer viaje tomé un colectivo desde Lima hasta aquí, luego el tren a Juliaca y desde allí subí al Quelccaya. No sabía muy bien qué iba a encontrar, pero descubrí mi pasión”, relató Lonnie Thompson.
El deshielo y la amenaza climática en el sur del Perú
El investigador advirtió que el retroceso de los glaciares en el sur del país amenaza la disponibilidad de agua para comunidades campesinas, actividades agrícolas y generación eléctrica. El caso del Quelccaya, considerado el glaciar tropical más grande del mundo, simboliza la gravedad del fenómeno y su impacto en diversas cuencas que abastecen regiones como Cusco y Puno.
El agua que nace en estos glaciares fluye hacia el río Salcapalca y el Urubamba, y alimenta represas hidroeléctricas, sistemas de riego y consumo urbano. En la otra vertiente, alcanza el lago Titicaca y contribuye a la cuenca amazónica, mostrando que el cambio climático tiene efectos interconectados que van más allá de las fronteras regionales. La pérdida de hielo, alertó Thompson, no solo es un problema ambiental, sino también social y económico.
“El agua del glaciar Quelccaya alimenta el río Salcapalca, llega al Urubamba y produce agua para Cusco. También genera energía hidroeléctrica y riego para los agricultores. En el otro lado, llega al lago Titicaca y forma parte de las cabeceras del Amazonas. Es vital para el futuro de quienes dependen de esos recursos”, afirmó el científico.
Esperanza y compromiso frente al cambio climático
Pese al panorama crítico, Thompson se mostró optimista sobre la capacidad de la humanidad para reducir los efectos del cambio climático. Reconoció que muchos glaciares tropicales desaparecerán, pero insistió en que todavía es posible mitigar el daño si se reducen las emisiones y se fortalecen las políticas ambientales. Su propuesta más reciente es convertir las zonas de Quelccaya y Coropuna en áreas protegidas, para preservar su valor ecológico y científico.
El investigador también resaltó el papel de la educación y el compromiso individual en la lucha climática. En su mensaje a los jóvenes peruanos, los alentó a descubrir su vocación y actuar desde sus propias capacidades, destacando que el cambio comienza con la pasión y la persistencia personal.
“Creo que el glaciar Quelccaya está muy cerca del punto de inflexión, pero aún podemos marcar la diferencia. Aunque perderemos muchos glaciares, soy optimista: podemos reducir los efectos más graves del cambio climático y proteger las partes más puras de nuestro planeta”, declaró Thompson.
El paso de Lonnie Thompson por Arequipa dejó una huella de inspiración. Más allá de su labor científica, su historia es un testimonio de perseverancia frente a la adversidad y de fe en el poder del conocimiento. Su llamado a proteger los glaciares peruanos no es solo una advertencia científica, sino una invitación a cuidar la herencia natural del país. En un contexto global cada vez más incierto, su mensaje cobra especial relevancia: aún hay tiempo para actuar, pero la ventana se estrecha rápidamente.

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