«El vals peruano» es el título de la publicación de Augusto Vera Béjar, reconocido músico, compositor y director de orquesta, es fruto de más de veinte años de trabajo y estudio. La publicación explora los orígenes de este género musical en el Perú, así como un análisis e investigación de su estado actual.
Vera Béjar comparte un listado completo de más de dos mil valses criollos, cada uno con su título, autor y primeros versos, para que puedan ser identificados por el lector. Además, clasifica los temas según su contenido y temática. Otro de los aportes más destacados del texto es el dedicado a las partituras de valses criollos y peruanos, recopilados y transcritos, sumando un total de 108.
“Cuando se canta el vals en el Perú, recién nace el vals criollo. La gente quería jaranear. Querían bailar, cantar, reunirse entre amigos, y por eso le pusieron letra. A fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX, el vals no tenía letra, sino solo música, principalmente alegre, para ser bailada en pareja con movimientos cortos y cadenciosos. Esta etapa se conoce como la Guardia Vieja, que tiene en Felipe Pinglo a su figura representativa”, señala el maestro Vera Béjar.
Sin embargo, el vals criollo no fue popular en sus orígenes. Es entre las décadas de 1950 y 1970 cuando se da el auge del género, gracias a la masificación de la radio y los discos. En este periodo surgen figuras como Chabuca Granda, Augusto Polo Campos, Alicia Maguiña, los hermanos Dávalos y Mario Cavagnaro, estos dos últimos arequipeños, entre otros. Todos ellos conforman lo que se denomina la Guardia Nueva.
En su apreciación, el vals criollo está en declive debido a la ausencia de compositores de nuevos temas. Por ello, hizo un llamado a preservar y difundir mejor este género, pues constituye una valiosa tradición nacional que ha perdurado en el tiempo. Además, es una muestra del mestizaje peruano, ya que tiene influencias de la música española, indígena y afroperuana.
La directora de orquesta, musicóloga y escritora Zoila Vega Salvatierra, quien participó en la presentación del texto, señaló por su parte que el vals peruano «es un género particular y multidimensional, ya que comenzó como una danza y se convirtió en una canción. Estamos ante un género complejo, que hace que las personas se muevan, canten, disfruten y se conmuevan con lo que suena y se dice”.

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