José Antonio Kast es el nuevo presidente electo de Chile. Su principal preocupación es restablecer el orden y, con ello, se suma tanto la expulsión de migrantes masivos como la represión anunciada contra escolares, jóvenes o quien ose alzarse en protesta contra su gobierno. En entrevistas previas, Kast había dicho que daría amnistía e indultos a carabineros que provocaron lesiones y muertes de manifestantes durante las protestas de 2019 contra el presidente Sebastián Piñera. Incluso aprovechó para rendirle homenaje al expresidente, agradeciéndole por su trabajo en educación y asegurando que cada día que pasa su imagen crece más.
Precisamente mientras Kast daba estas declaraciones se reportaron las primeras manifestaciones en su contra.
El ahora mandatario, identificado con la ultraderecha chilena, ya había mostrado un rechazo frontal a las protestas sociales tanto durante el estallido de 2019 como a lo largo de su campaña electoral. Con su llegada al poder, distintos analistas advierten que Chile podría ingresar a una etapa marcada por fuertes conflictos sociales y políticos, en un contexto de alta polarización.
Contra los derechos humanos
Kast ha evitado referirse a los hechos de 2019 como “estallido social”. Prefiere llamarlo simplemente “estallido” y ha respaldado las posturas que lo califican de “delictual” o incluso “terrorista”. En reiteradas declaraciones públicas, puso el foco en la violencia y el caos, asegurando que gran parte de los centros urbanos fueron destruidos, que se perdió una enorme cantidad de recursos económicos y que se impuso “el miedo y el terror”, responsabilizando a grupos que vinculó con el narcotráfico, barras bravas y ocupaciones ilegales.
En materia de orden público, se ha definido como parte del “partido del orden” y ha sostenido que sin este no puede existir democracia, advirtiendo que el país no puede ser entregado, según sus palabras, a “violentistas, vándalos o anarquistas”.
Su postura frente a las violaciones de derechos humanos también ha generado fuerte controversia. Kast ha defendido de manera enfática a Carabineros, señalando que “lo han hecho increíblemente bien” y argumentando que no son “robots”, tras meses de agresiones e insultos. En noviembre de 2019 aseguró que en Chile no existía una violación sistemática de derechos humanos, negando la existencia de una política represiva del Estado y señalando que cualquier abuso debía resolverse en los tribunales. Incluso instó al gobierno de entonces a respaldar a las fuerzas policiales y rechazar las acusaciones de organismos de derechos humanos.
«A los Carabineros que fueron perseguidos en el estallido, yo los voy a indultar», dijo.
El discurso de Kast ha tendido a minimizar la gravedad de los hechos y a responsabilizar principalmente a los manifestantes, en abierta contradicción con los informes de organismos de derechos humanos y de la sociedad civil.
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