Wendy Ramos abarrotó el teatro Fenix en Arequipa durante la presentación de su primer libro para niños: “Perronejo”, en el marco del Hay Festival. Fans se emocionaron hasta las lágrimas por verla, abrazarla y regalarle presentes referentes a ella o a su pequeño compañero de viajes y aventuras.
A partir de ahí, Wendy cuenta que a su nuevo amigo sus seguidores lo confundían con un perro o llama, por esa razón decide llevarlo a todos los sitios a los que viajaba. ¿La razón?, quería hacerlo sentir único porque fue rechazado y en algún momento ella también se sintió así, por ser diferente, único.
El libro es de producción completa de Wendy, desde el texto hasta los dibujos. Tiene su ADN como ella dice.
“No voy a echar más leña al fuego”
Inevitablemente, la conocida serie Pataclaun aún sigue presente en la memoria de miles de peruanos. Wendy Ramos asegura que esa etapa no volverá, aunque se lo pidan a donde quiera que vaya. Sin embargo, además de ser un programa de humor, Pataclaun también fue un espacio con alto contenido de crítica social, sobre todo en la época más álgida del Perú, donde se atrevieron a denunciar sutilmente a personajes denunciados por corrupción y otros delitos como Vladimiro Montesinos, Alberto Fujimori o a la misma Laura Bozzo.
Al consultarle sobre la razón por las que dejó de hablar de política o sobre la crisis que afronta el Perú, Wendy explica que no piensa echar más leña al fuego.
Para la actriz, opinar sobre estos temas es provocar que la gente se pelee y el entorno que ha creado en la comunidad de sus redes sociales podría verse seriamente afectada. Además, asegura que desde que terminó Pataclaun, y empezó a trabajar con Bola Roja, salió de la burbuja en la que se encontraba, para ir directo a la realidad peruana. “Ir a hospitales públicos, ir a lugares superlejanos, meterse en comunidades perdidas, en zonas de desastre. O sea, lugares donde había mucho dolor. Comencé a ver otra realidad completamente distinta”.
Todos deberíamos hacer Clown obligatoriamente
El Clown debería ser una asignatura obligatoria, asegura Wendy. “Siento que el clown ha hecho que yo me acerque a lo que soy y que deje de estar como escondiéndome. Hay gente que quiere parecer culta. Entonces, todo el tiempo se esmera en qué palabras usar. No quiere bailar, Porque eso no es culto; etc. Estás todo el tiempo forzándote y eso cansa”.
Los padres son los que deberían practicarlo para enseñar a sus hijos a hacerlo porque son ellos quienes los educan.
Wendy Ramos asegura que el trabajo que viene realizando es para crear una mejor conciencia humana para el bien de la sociedad, un acercamiento con tu ser interior para que nunca deje de jugar y no quedarse en un solo lugar por miedo.
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