El regreso

Apuntes para una historia de la fotografía contemporánea en Arequipa (mediados de los 80′ comienzos de los 90′)

La escena fotográfica de Arequipa experimentó un notable resurgimiento entre mediados de los años 80 y principios de los 90. El catalizador de este renacimiento fue la organización de dos concursos emblemáticos

Por Redacción El Búho | 20 octubre, 2024
Foto: Claudia Villaseca Flores

Texto: Juan Carlos Belón Lemoine

La escena fotográfica de Arequipa experimentó un notable resurgimiento entre mediados de los años 80 y principios de los 90. El catalizador de este renacimiento fue la organización de dos concursos emblemáticos: «Arequipa en blanco y negro» y «Arequipa fue así» (1987-88). Estos certámenes no solo revitalizaron el interés por la fotografía local, sino que también sentaron las bases para un ambicioso proyecto: la creación de una fototeca regional con aspiraciones nacionales. Las bases de estos concursos, que exigían a los participantes presentar copias originales, resultaron providenciales. Gracias a esta cláusula, los organizadores lograron acumular un valioso acervo de fotografías antiguas, constituyendo así el núcleo de lo que se perfilaba como un archivo histórico- visual para la Ciudad Blanca y el país. Desgraciadamente esos intentos no lograron concretarse.

En diciembre de 1989, Arequipa marcó un hito en la historia cultural del Perú al inaugurar la primera Bienal de Fotografía del país. Este evento pionero, que tuvo su segunda edición en 1991, no solo fue precursor a nivel nacional, sino que también se posicionó entre las primeras iniciativas de su tipo en Sudamérica. Contemporánea al Festival de la Luz de Buenos Aires, creado el mismo año.

Suscríbete

Recibe información especializada todas las semanas.

El paso por la ciudad, en esos años, de un crítico influyente en las esferas del arte en Lima, Luis Lama, para visitar talleres y encontrarse con los artistas locales es también un momento importante, esa visita fue visionaria e inédita que permitiría posteriomente la presencia de artistas de Arequipa en la capital.

Tuvieron que pasar 29 años, desde el final de la actividad del estudio de los Hnos Vargas (1958) (1) para que que la ciudad volviese a entrar en el mundo de la fotografía contemporánea conectándose con las otras ciudades del Perú, en particular Lima y Cusco, así como el extranjero (varias muestras de la primera bienal del 89 y la del 91 procedían de fondos extranjeros; Francia, Alemania, México).

Las galerías del banco Extebandes, Industrial, Wiese, Central de reserva, las casonas de la Unsa (Iriberry, Arróspide), así como los institutos culturales francés, americano y alemán, empezaron a organizar muestras de fotografía desde 1987.

El sector privado también intervino en el financiamiento de las actividades culturales, aunque de manera muy restringida, una novedad en esos momentos.

Entre 1958, fin del estudio Vargas, y la primera bienal 1989, la práctica fotográfica estuvo dominada por los estudios que funcionaban en la ciudad; J. Cano A., Glave, Bravo Pineda, FotoArte Martínez por citar algunos, y otros estudios más pequeños. La actividad fotográfica principal en ese momento consistía en las fotos de identidad, matrimonios, nacimientos y eventos sociales. Alguno fotógrafos trabajaban en los diarios «El Pueblo» y el diario «Correo», así como el semanario «Caretas» que empezó a editar regionalmente. Las exposiciones de fotografía eran casi inexistentes. (2)

La atmósfera que reinaba en ese periodo de tiempo en la ciudad permitió que se viviese una suerte de « Movida » cultural sin precedentes, porque no solo se mostraba fotografía, se editaban varias revistas de poesía y literarias, se comentaban las exposiciones en los diarios locales y la actividad teatral tuvo un desarrollo interesante. Algunos lugares como «El Quinqué» que funcionó de fines junio de 1981 hasta los 90′ en el centro histórico, constituye un antecedente pues operaba como lugar de reunión de los integrantes que agitaban el medio cultural de esa época, y es a partir de los 90′ con la creación del Centro cultural Chavez de la Rosa en los locales de la Unsa, que se amplifican y estructuran las actividades culturales, la que se enriquece con la creación del café/bar «El Búho» en los altos de la calle San Agustín, dentro de los locales de la Unsa.

Esta experiencia puede ser considerada como una de gestion cultural exitosa a nivel institucional. Estos dos locales fueron dos núcleos importantes pues allí se gestaban las ideas. Se puede decir que, de cierta manera, hubo una continuidad entre «El Quinqué» y «El Búho». Fueron lugares donde se presentaban conciertos de música y en éste último presentaciones de libros, música en vivo y teatro si mal no recuerdo.

Lo que habría que retener de ese periodo es que las condiciones estaban reunidas para alentar el desarrollo cultural de la ciudad que transitó por un momento fecundo en los últimos decenios del siglo pasado y de ese esfuerzo colectivo que tuvo una influencia significativa en Arequipa, algo que no se ha vuelto a repetir y tal vez es el Hay festival quien ha tomado la posta desde el año 2015. El cambio generacional así como una cierta diáspora posterior a esos años contribuyó a que se crease un vacío en las actividades culturales.

Esto, a pesar de la crisis económica del primer gobierno de Alan García y el inicio del periodo de Fujimori, a comienzos de los 90′. Además, del conflicto armado interno que vivió el país desde mediados de 1980 hasta el 2000. Arequipa no estuvo en el epicentro del conflicto y fue relativamente evitada.

*

Intento rememorar hechos, actos y atmósferas de un periodo reciente, que aunque fue corto, tuvo una influencia en el mundo de la cultura de Arequipa de entonces y que en cierta medida se ha proyectado hasta hoy.

Esa historia de Arequipa queda por escribirse y contribuyo a ella con la parte que me tocó impulsar; la fotografía.

Existe poca documentación pública, recurro en buena parte a la que poseo personalmente, sobre esa época. No existe tradición de conservar documentos que pueden servir al conocimiento de hechos pasados que contribuyan a la construcción de una historia cultural en Arequipa. He rastreado en la biblioteca municipal y en los principales diarios poco es lo que he encontrado. En algunos casos la información ha desaparecido o es incompleta.

Para ello he tenido que recurrir a mi memoria, a falta de fuentes directas. Estas son siempre un ideal y como tal son el resultado de un proceso de idealización. Porque las fuentes no lo son todo mas aún cuando uno ha sido testigo de ese pasado cercano huérfano de informaciones. La fuente no es una instancia «pura» de origen, sino que es ya un tiempo complejo y estratificado (3)(G.D. Huberman 2011). El pasado no deja de re-configurarse y es lo que construimos en nuestra memoria lo que nos permite volver a esos momentos recurriendo a nuestro propio presente, con nuestros propios conocimientos.

Es la memoria la que descifra y clarifica el pasado de su pretendida exactitud, humanisando y configurando el tiempo, es la memoria la que nos cuestiona y no exactamente el pasado, la historia no es una ciencia del pasado (4) (G.D. Huberman idem). Es la aparición de síntomas (visuales y temporales) los que perturban el curso de la historia cronológica y que nos aleja del historicismo que es solo la adición de una masa de fechas y hechos a partir de fuentes sin una estructura teórica.

*

En el encuentro con esos tiempos aparecen voluntades que colaboraron para producir algo que no correspondía a la vida de la ciudad en ese momento pero la necesidad hizo que se crearan las condiciones. Con mucha ilusión, buena dósis de osadía y de egos se gestaron proyectos que vieron el día en artes plásticas, poesía, literatura, teatro, cine clubs y fotografía. (Ver anexo).

Es importante señalar que el resultado de muchas de las acciones que tuvieron lugar solo pudieron salir adelante gracias a un tejido de relaciones de amistad y hasta cierto punto solidarias en el que los artistas y la comunidad colaboraron conjuntamente. Para dar cuenta de ello he recurrido a fuentes orales a parte de las escritas, es solo la memoria la que permite recrearlas porque pasaban entre bambalinas. Ese es el valor que tienen las historias que han sido vivídas.

Fotografía de los Hermanos Vargas, presencia ineludible cuando se habla de la fotografía arequipeña, en cualquier época.

Las Bienales de fotografía de Arequipa 1989/1991

En 1989 luego de participar en el primer coloquio sobre la fotografía peruana y participar en la exposición colectiva « Fotografía peruana actual » organizado por el Consejo peruano de fotografía en la universidad de Lima por los 150 años de invención de la fotografía del 06 al 08 de noviembre, tomé la decisión de sentar las bases para la futura Bienal de fotografía de Arequipa trayendo a Arequipa un conjunto de exposiciones de fotógrafos peruanos así como extranjeros que habían sido expuestos en Lima durante el coloquio mencionado.

La organizacion de la bienal se realizó en un tiempo record, un mes, con el apoyo del Consejo peruano de fotografía que aceptó que una parte de las exposiciones del primer coloquio viaje a Arequipa. En Arequipa las instituciones fueron muy receptivas a la propuesta de acoger exposiciones de fotografía lo cual se llevó a cabo con un presupuesto muy reducido. Es la energía de colaboradores anónimos la que permitió los montajes de las diversas exposiciones.

Los acuerdos para traer las exposiciones desde Lima se hicieron sin mayor formalidad, lo que se tenía que asumir era el transporte de las obras y el lugar donde debían ser expuestas, la palabra contaba.

Las exposiciones fueron presentadas desde la primera semana del mes de diciembre en todas las galerías disponibles en la ciudad; institutos peruano-norteamericano, francés, alemán, bancos Central de Reserva, Wiese, Industrial y las diferentes casonas, Chavez de la Rosa, Yriberry, Arróspide, Casa del Moral.

La II bienal de fotografía de Arequipa fue en noviembre 1991, se desplegó en los mismos espacios de la primera, esta vez hubo un homenaje a Martín Chambi por el centenario de su nacimiento, se presentó una retrospectiva de José Casals, gran fotógrafo chileno que vivió gran parte de su vida en el Perú y que fué un pionero en la fotografía peruana contemporánea, los trabajos de los Talleres de fotografia social (TAFOS) así como la muestra del cultural peruano-alemán en la que participaban artistas alemanes de primer orden, entre ellos Gerhard Richter, Joseph Beuys, Katarina Sieverding entre otos. La fototeca andina Bartolomé de las Casas presentó una muestra de los Hnos Cabrera, los Vargas Hnos estuvieron también presentes, el mejicano Victor Flores Olea tuvo una individual, una muestra de autoretratos y otra del Consejo peruano de fotografia completaban el programa.

Fotografía de Guillermo Montesinos, Arequipa del siglo XX

La respuesta de la sociedad arequipeña a esos eventos fue entusiasta y la frecuentación de las exposiciones numerosa. La bienal fue considerada como el evento de mayor importancia dentro de las actividades culturales de la ciudad el año 1991.

En 1995 el CC Chávez de la Rosa organizó un «Festival de la foto» con la participación de fotógrafos limeños. Desde 1990 el nombre de Bienal de fotografía de Arequipa sigue inscrito en los registros públicos.

NOTAS

(1) Recuerdo, sin embargo, cuando vivía en Arequipa que el estudio Vargas Hnos continuó funcionando en sus locales del portal de San Agustín hasta finales de los 70′, aunque tal vez sin el prestigio ni el mismo tipo de fotografía que realizaron hasta 1958.

(2) Personalmente recuerdo a Luis Calderón Cuervo (70/80′) que realizaba exposiciones de fotografîa en B&N y que también trabajaba en el diario «El Pueblo» y colaboraba con «Caretas». Miguel Zavala trabajaba en El Pueblo y fue el ganador de unos de los concursos de fotografía. Jimy Carty (años 80′)fué un fotógrafo dedicado a trabajar en la realización de almanaques para algunas empresas de la ciudad. Existían algunos otros pero sin una actividad sostenida por exposiciones, publicaciones, etc que se les podría considerar como « amateurs ».

(3) Georges Didi-Huberman, «Devant le temps: histoire de l’art et anachronisme des images», collection critique, edt de Minuit, 2011.

(4) Georges Didi-Huberman, idem.

Anexo: Periodo 1980 -1990 en Arequipa

A.- Publicaciones

Omnibus (1977-1984), Manos sucias (1988). El deseo, Revólver (1991 o 1992, creo), Veintiuno (enero 1987- abril 1988). Virtual (1984-1985, creo), Polen de letras, Amor y anarquía (1983 o 1984).

B.- Eventos

La Bienal de fotografia de Arequipa 1989-1991.

« Esta calle es nuestra » 1990, intervencion callejera para pegar afiches en los muros de la ciudad.

« La república de los poetas » 1990, encuentro de los mayores poetas del país.

« Diez años antes del 2000 » 1990. Manifestación pluridiciplinaria en la ciudad (Fuegos artificiales creativos, exposiciones, etc).

Exposición «El deseo» 1990.

C.- Creación del Centro Chavez de la Rosa con salas de exposiciones, cine, librería y bar El Buho el primer centro cultural del país, 1990.

D.- Institutos culturales que organizaban exposiciones. Alianza francesa

Peruano norteamericano Peruano alemán

E.- Galerías de bancos que organizaban exposiciones: Extebandes

Industrial

Casa del Moral

Casona Chavez de la Rosa

F.- Teatro, Foro estudio.

G.- Cine club

Centro de audiovisuales de la Unsa, 90′. Cine club «Primer plano». 1987-1994

Cine club «Blanco y negro». Década de los 80′.

H.- Programa de música Rock

En Contiental TV y en radio Nevada.

(C) Juan Carlos Belon lemoine, Octubre 2024 [email protected]

Síguenos también en nuestras redes sociales: 

Búscanos en FacebookTwitterInstagram y además en YouTube. Únete también a nuestro canal informativo de WhatsApp haciendo clic AQUÍ.

Redacción El Búho

Las notas publicadas por “Redacción El Búho” son elaboradas por miembros de nuestra redacción bajo la supervisión del equipo editorial. Conozca más en https://elbuho.pe/quienes-somos/.