El expresidente Pedro Castillo reapareció ante el Pleno del Congreso para defenderse en la acusación constitucional que busca inhabilitarlo por 10 años. A pesar de estar sentenciado a más de 11 años de prisión por el fallo del 27 de noviembre, dijo que no se arrepiente de “haber defendido a su pueblo”. Castillo acusó a sus perseguidores de intentar “silenciar” su voz con la sanción política. Insistió en que su defensa nace de defender al ciudadano común, aunque eso implique perder su libertad.
Para Castillo, su argumento tiene respaldo legal: aunque fue condenado por conspiración a rebelión y la pena judicial fue de 11 años con prisión, la sanción política —según él— debe ser en su contra solo si se demuestra abuso de cargo o mal desempeño, no por diferencias ideológicas.
Al mismo tiempo, otro escándalo sacude al Congreso: el abogado de defensa de Betssy Chávez, Raúl Noblecilla, fue expulsado del hemiciclo por orden del presidente del Congreso, Fernando Rospigliosi, tras afirmar que conoce a varios parlamentarios que antes rechazaban a Fujimori y hoy son sus aliados. La alusión, interpretada como una burla directa al presidente del Congreso, generó indignación entre los congresistas.
Rospigliosi increpó al abogado y lo expulsó sin haber terminado su tiempo para expresarse. La expulsión ocurrió entre gritos y fuertes reclamos de congresistas que días atrás ya se habían visto aludidos e insultados por Noblecilla en otros incidentes.

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