Tercer capĆ­tulo del combate contra la corrupciĆ³n: nuevos congresistas

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El primer capĆ­tulo de esta miniserie (o tal vez miseria) tuvo como hecho central el referĆ©ndum de diciembre de 2018, que los congresistas de ese momento fueron compelidos por el presidente de la RepĆŗblica a admitir (so pena de cesarlos), acto que incorporĆ³ en la ConstituciĆ³n tres normas contra la corrupciĆ³n y le dio a este una apabullante aprobaciĆ³n. 

El segundo capĆ­tulo se articulĆ³ en torno a la disoluciĆ³n del congreso de la RepĆŗblica y al despido de los congresistas, por inĆŗtiles, obstruccionistas y soberbios, hecho que casi toda la ciudadanĆ­a aplaudiĆ³.

El tercer capĆ­tulo comienza con la elecciĆ³n de nuevos congresistas y resultados que confirman el repudio largamente mayoritario de los ciudadanos a los partidos tradicionales y a ciertos aventureros convivientes con la corrupciĆ³n que se habĆ­an enquistado en el Congreso de la RepĆŗblica. Esta elecciĆ³n tiene tambiĆ©n al presidente de la RepĆŗblica como autor.

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Un primer examen de las preferencias en las recientes elecciones muestra que obedece, en gran parte, a la reducida manipulaciĆ³n del poder empresarial en la campaƱa prelectoral por medio de la prensa y la televisiĆ³n. Frenado por los escĆ”ndalos del financiamiento ilegal a determinados partidos en las elecciones pasadas, que son materia de procesos penales, los empresarios acostumbrados a darles dinero, no han podido hacerlo esta vez en las cantidades que hubieren sido necesarias para cubrir los espacios en los periĆ³dicos y las pantallas de televisiĆ³n. Por lo tanto, la gran masa de electores quedĆ³ limitadamente libre para decidir su voto llevada por motivaciones diversas, consejos y recomendaciones.

SĆ³lo una minorĆ­a de votantes sabe que las personas elegidas tendrĆ”n la responsabilidad de dar las leyes del paĆ­s, una funciĆ³n que a la mayorĆ­a le es aĆŗn indiferente.

Los resultados generales al 99.25% de las actas procesadas por la ONPE, que dan una visiĆ³n cierta de ellos, fueron los siguientes:

OrganizaciĆ³n polĆ­ticaTotal votos% votos vĆ”lidos
AcciĆ³n Popular1ā€™342,02310.31
FREPAP1ā€™075,8298.27
Podemos PerĆŗ1ā€™049,2928.06
Alianza para el Progreso1ā€™048,7698.06
Partido Morado962,1707.39
Fuerza Popular941,7047.24
UniĆ³n por el PerĆŗ898,8826.91
Frente Amplio808,5596.21
Partido Somos PerĆŗ790,4446.07
Juntos por el PerĆŗ619,9014.76
Partido Popular Cristiano520,8994.00
Democracia Directa486,4563.74
Partido PerĆŗ Libre447,3343.44
Partido Aprista353,5122.72

El rechazo al partido fujimorista Fuerza Popular y a su incondicional sĆŗbdito, el Partido Aprista, es mĆ”s que evidente. Es una censura a la corrupciĆ³n patrocinada y ejecutada por ambos grupos. Fuerza Popular, que obtuvo el 39.86% de la votaciĆ³n en la primera vuelta de las elecciones de 2016, se ha reducido al 7.24%. Su dirigente dinĆ”stica pensĆ³ errĆ³neamente que un rostro fiero y amenazante como cabeza de lista le bastarĆ­a para reunir votos y apoyo financiero. SerĆ” ese rostro amargado el de su partido en el Congreso. Mientras que el Partido Aprista sĆ³lo alcanzĆ³ el 2.72% y no tendrĆ” congresistas.

AcciĆ³n Popular, un partido de blancos y blanquiƱosos, financiado por una parte del capitalismo, ha logrado acumular el 10.31%. Pero su electorado prefiriĆ³ votar por lĆ­deres menos conocidos. Curiosamente este partido tiene como sĆ­mbolo una lampa que nunca sus dirigentes y financistas han agarrado, ni siquiera para arreglar los jardines de sus mansiones.

TambiĆ©n fue una sorpresa que varias agrupaciones, algunas relativamente nuevas, hayan logrado los votos de millones de electores; son, por lo tanto, formaciones polĆ­ticas populares: Frente Popular AgrĆ­cola del PerĆŗ (FREPAP), Podemos PerĆŗ, Alianza para el Progreso, Partido Morado, UniĆ³n por el PerĆŗ, Partido DemocrĆ”tico Somos PerĆŗ y Democracia Directa.

Para los opinĆ³logos del poder empresarial esta masiva irrupciĆ³n, que ha destrozado el cuadro en el cual se movĆ­an las piezas colocadas por este poder con titularidad exclusiva, los ha dejado fuera del estadio.

Numerosos electores se sintieron representados por los rostros mestizos del FREPAP y su disciplina y moral de grupo confesional, expresando su alejamiento del catolicismo tradicional que sigue teniendo como fachada la cara del cardenal Cipriani, de ciertos jerarcas eclesiƔsticos y los rostros blancos del Partido Popular Cristiano.

Podemos PerĆŗ les pareciĆ³ a muchos que podrĆ­a aportar la seguridad en las calles y los hogares, y combatir la delincuencia con mano firme. Mientras que Alianza para el Progreso es una expresiĆ³n de una parte del capitalismo nuevo y mestizo, ajeno a la oligarquĆ­a blanca. El Partido Morado se presenta como una nueva opciĆ³n de renovaciĆ³n dentro del sistema capitalista, animada por profesionales y ciudadanos de la pequeƱa burguesĆ­a.

nuevo Congreso y congresistas

UniĆ³n por el PerĆŗ, que ha dejado de ser el partido que fundara PĆ©rez de CuĆ©llar, reĆŗne ahora a trabajadores y reservistas del EjĆ©rcito que apoyaron a Ollanta Humala y se sintieron traicionados por Ć©ste, y estiman que Antauro Humala, su lĆ­der, es la expresiĆ³n de una parte del EjĆ©rcito, con el don de mando indispensable para gobernar a nuestro paĆ­s. El Partido DemocrĆ”tico Somos PerĆŗ expresa a otros grupos de la pequeƱa burguesĆ­a urbana. Democracia Directa sigue siendo un esfuerzo encomiable de los fonavistas, es decir de extrabajadores que desean tener representaciĆ³n en la polĆ­tica a travĆ©s de congresistas

De haberse presentado unidos los grupos de izquierda y autocalificados como de izquierda: Frente Amplio (6.21% de la votaciĆ³n), Juntos por el PerĆŗ (4.76%) y PerĆŗ Libre (3.44%) habrĆ­an obtenido teĆ³ricamente el 14.41% de la votaciĆ³n y tal vez mĆ”s porque hubieran decidido a otros electores a apoyarlos como una promisoria fuerza legislativa.

Pero esa uniĆ³n era imposible, primero, porque en los grupos integrantes de Juntos por el PerĆŗ se halla cĆ³modamente establecido el virus del caudillismo, la arrogancia y la inopia ideolĆ³gica; segundo, porque no querĆ­an juntarse con el principal dirigente de PerĆŗ Libre, condenado por hechos calificados de ilĆ­citos durante su gestiĆ³n como gobernador y que Ć©l no ha desvirtuado ante la opiniĆ³n pĆŗblica; y tercero, porque los dirigentes del Frente Amplio rehusaron juntarse con ellos por su deslealtad en las elecciones anteriores, no obstante haber acogido sus candidaturas; querĆ­an quedarse con su partido inscrito. Por lo demĆ”s, ninguno de estos grupos diversos le ha dado nada a los trabajadores y a otros sectores de la poblaciĆ³n cuyas aspiraciones dicen representar.

El tiempo de trabajo legislativo para estos congresistas hasta el prĆ³ximo perĆ­odo constitucional es muy breve.

Se espera y es de desear, para la inmensa mayorĆ­a de la ciudadanĆ­a que les ha ofrecido su voto, que las formaciones nuevas con representantes en el Congreso continĆŗen la faena ya emprendida contra la corrupciĆ³n, que es la causa de fondo por la cual han sido elegidos.

Robarle al Estado requiere de tĆ©cnicas, como los robos a los bancos que numerosas pelĆ­culas tienen como argumento. Esas tĆ©cnicas deben conocerse. Algunos partidos polĆ­ticos han formado a sus militantes, con habilidades y gusto por el delito, en la manera de llegar a los cargos pĆŗblicos y utilizar allĆ­ los recursos de la ley para sus exacciones e impunidad, con la complicidad de ciertos fiscales y jueces que previamente han hecho nombrar.

AsĆ­, parece obvio que deba revisarse la legislaciĆ³n sobre adquisiciones y contratos del Estado y licitaciones pĆŗblicas y cambiarla. Correlativamente, es preciso prohibir la adquisiciĆ³n por el Estado de servicios que su propio personal debiera efectuar, puesto que para eso estĆ”n y se les paga un sueldo. Junto a ello se deberĆ­a sustituir la ContralorĆ­a General de la RepĆŗblica por un Tribunal de Cuentas de cinco miembros. El Contralor de la RepĆŗblica se ha convertido en una suerte de autĆ³crata incapaz de evitar tanto latrocinio contra el Estado.

Otra labor indispensable de los congresistas para poner orden en el paĆ­s tendrĆ­a que ser declarar en reorganizaciĆ³n al Poder Judicial y al Ministerio PĆŗblico, y revisar los nombramientos de jueces y fiscales de todos los niveles, mientras se les da un plazo perentorio para poner al dĆ­a el despacho que sufre retrasos de meses y aƱos, aduciendo como disculpa la carga procesal, que no figura como causa para esas demoras en ninguna norma. Se debe suponer que al aceptar ocuparse de esas funciones por un sueldo se han comprometido a cumplirlas segĆŗn los tĆ©rminos de la ley y como ese trabajo se presenta.

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