Según un Informe reservado de la Organización Internacional para las Migraciones al que tuvo acceso este cronista, el panorama de las migraciones para el próximo año se torna preocupante e incierto por las fricciones y conflictos que han empezado a generar entre sus Estados miembros; esto a raíz de la pandemia del coronavirus declarada en febrero del 2020.
La histórica tendencia de las migraciones del sur hacia los países del norte, se ha visto invertida en el bienio que termina; luego de que el virus cobrara más de 3 millones de víctimas en los países industrializados. Bastantes más que los pronósticos estadísticos de la primavera boreal del 2020. La angustia generalizada que eso ha provocado, no cesará, aunque la vacuna se hallada el día de mañana, según expertos en psicología social.
Los primeros signos del giro migratorio se observaron luego del 4 de julio de ese año, cuando apenas levantada la cuarentena de Nueva York, miles de automóviles y camionetas abarrotaron las autopistas que conducían a Florida y la frontera mexicana. El gobierno mexicano anunció inmediatamente que sólo permitiría el retorno de sus nacionales, pagándole con la misma moneda al gobierno de Mr. Trump, quien hizo su carrera política cerrando las fronteras de USA a los migrantes mexicanos y centroamericanos. El gobierno de Mr. Biden que lo sucedió, ha tratado por todos los medios de apaciguar la confrontación y busca por todos los medios un acuerdo migratorio que alivie los pesares de su nación.
Países como Canadá, Bahamas, Bermudas, Jamaica y Belice han visto incrementada su población entre un diez y veinte por ciento, por la presencia de caucásicos americanos; mientras Puerto Rico e Islas Vírgenes, así como Panamá, han crecido hasta en un cuarto.
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Por su parte, la migración italiana se ha dirigido principalmente –como hace un siglo – a Argentina y Uruguay, mientras la española a Islas Canarias, Cuba, Venezuela y México y están por llegar a acuerdos con Marruecos y otros países del Magreb. La migración francesa se dirigió, en principio, a Argelia, a cambio de inversiones en petroquímica, automotores e informática; y luego a la Guayana Francesa y las Antillas francófonas. Los italianos han repoblado Malta, Chipre y las islas griegas y siguen negociando un acuerdo con Libia y Egipto, similar al de los franceses.
De América del Sur, cuatro países abrieron sus fronteras, aunque con cuotas muy estrictas: Argentina, Uruguay, Paraguay y Chile;, mientras que en el caso de Bolivia el asunto se redujo a una transacción comercial: cien mil euros cuesta el permiso de residencia, que miles de europeos llenos de pánico, han depositado sin chistar. La idea fue del pragmático Evo Morales, luego de su retorno al poder, el año pasado.
Australia, que sigue siendo el gran refugio de la población anglosajona, ya recibió a 4.5 millones en el último bienio; y está a punto de cerrar sus fronteras.
(Publicado en Noticias Ser)
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