Para aquellos afectados por las intensas lluvias en febrero, no ha sido fácil recobrar la normalidad después de casi dos meses. En Pozo Negro, todavía siguen eliminando enseres que se dañaron con el lodo. A eso se suma el confinamiento obligado por el Covid-19, nuevo golpe del que tratan de sobreponerse a la espera de ayuda de las autoridades.

Las últimas precipitaciones afectaron a más de 2 mil 400 familias, según reportes del Centro de Operaciones de Emergencia Regional (COER). Distritos como Socabaya, Paucarpata, Mariano Melgar, Cerro Colorado, Yura, entre otros, registraron daños en viviendas, vías y sistemas de alcantarillado.
Además de enfrentar esta tragedia, las familias tienen que sobrellevar las limitaciones impuestas por el Gobierno que busca evitar y controlar la pandemia. Pero con los escasos recursos que cuentan y las dificultades que tienen para acceder a algún beneficio del Estado, tratan de sobrevivir con lo poco que les queda.
La tragedia continúa
Frente a la tienda de Martha Incahuanaco Sucasaca se exhiben aún la congeladora y otros equipos que se dañaron tras el huaico que cayó el pasado 25 de febrero. El pequeño negocio familiar volvió a reabrir con el apoyo de sus hijos, familiares y amigos, cuenta. Sin embargo, sus ventas disminuyeron desde que el Gobierno ordenó el aislamiento obligatorio por cuatro semanas.

“Mi hija me está ayudando a sobresalir, ¿qué hago? no hay para comer. Es una desesperación, parece como si estuviéramos viviendo el fin del mundo”, menciona afligida Martha. Su esposo, Isaac Caira, tampoco labora por el momento debido al cierre temporal de varias empresas.

Ellos no accedieron al bono de 320 soles que distribuyó el Gobierno porque el subsidio es solo para aquellos que están en situación de pobreza. Según consideran, fueron excluidos porque ven que tienen una casa y un negocio propio. La Municipalidad de Paucarpata tampoco ha brindado algún apoyo en el lugar, salvo la ocasión en que se produjo la tragedia.

“La municipalidad no nos ha dado hasta ahorita ningún apoyo. Estamos excluidos de las canastas”, agregó Isacc.
Cuarentena por Covid-19 es difícil
La cuarentena ha obligado a que los trabajos de rehabilitación en este sector queden paralizados. Un tramo del pasaje Nueva Vida continúa cubierto con una capa de tierra y piedras. También continúa cortada la vía para ingresar al sector denominado Taller Buena Vista.

“Desde que ingresó el huaico se malogró esta carretera y los carros no pueden ingresar hasta Buena Vista”, señaló Seferina Incahuanaco, quien vive en la ladera de este cerro. Además, el huaico carcomió la calle y resulta difícil transitar por este lugar.
Como vecina de Buena Vista ha pedido a las autoridades que no se olviden de los trabajos de rehabilitación. Además, pidió que el municipio asfalte las calles en este barrio.

Así, este es uno más de los dramas que se viven bajo un rígido estado de cuarentena que, sin embargo, no es posible evitar.
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