Las proyecciones económicas para Arequipa no son positivas. La ampliación de la cuarentena en la región, necesaria por la crecida del COVID-19, acarreó la exclusión de empresas y negocios locales de la Fase 3 de la reactivación económica.
Como consecuencia, el Producto Bruto Interno (PBI) de Arequipa en el 2020 caerá en un 14%, en comparación a lo registrado en el año 2019. Así lo pronosticó el economista Gustavo Riesco Lind.
Estas proyecciones corresponden a un escenario favorable para la región. En caso sea necesaria una nueva ampliación del confinamiento, la perspectiva es una caída aún mayor en el PBI de Arequipa.
Se espera que en el año 2022 la mayoría de la actividad económica se reestablezca a los niveles del 2019. Rubros como Minería se encuentran en un contexto más favorable para su recuperación. A nivel internacional, la demanda de minerales va al alza, lo mismo que la cotización del cobre.
Gustavo Riesco, director del Centro de Estudios de Economía y Empresa de la Universidad Católica San Pablo, consideró prioritaria la forma en que convivimos con el virus de Wuhan. Si no se logra frenar los contagios y muertes en Arequipa, la recuperación económica no sería posible ni en el año 2023.
Solo con el cumplimiento adecuado de los protocolos de bioseguridad será posible garantizar la salida del encierro, lo que favorecerá la reactivación de actividades.
Respecto al sector público, tanto instituciones como autoridades deberán priorizar la eficacia en la ejecución del gasto, y que se destine a las inversiones correctas.
Asimismo, se espera una precarización de las actividades económicas. El empleo informal crecerá debido a los despidos y al cierre de empresas. Esto se verá agravado por la gran cantidad de migrantes extranjeros que también perdieron sus empleos, señaló Riesco a diario El Pueblo.
Pasos hacia la reactivación económica de Arequipa
A cuentagotas, diversos proyectos de inversión en la región retoman actividades. Es el caso del Terminal Portuario Multiboyas, destinado a la recepción, almacenamiento y despacho de combustibles líquidos.
Se trata de un proyecto de uso privado ubicado en Mollendo, impulsado por la empresa Monte Azul Logística. La inversión total alcanzará los 43,5 millones de dólares, y registra un 85% de avance. Su construcción se retomó el pasado 4 de julio.
La Autoridad Portuaria Nacional aprobó su plan de reactivación y los protocolos de bioseguridad. Las obras comprendidas son las construcciones de un amarradero multiboyas con tres tuberías submarinas; tanques de almacenamiento para diésel, gasolina y biocombustibles. Además de la habilitación de áreas para recibir camiones cisterna y vagones de tren. Finalmente, se implementará una planta de tratamiento de aguas residuales.
En su primera etapa, el terminal operará con 550 mil barriles de capacidad de almacenamiento. En posteriores ampliaciones podría ampliarse hasta 1 millón de barriles en función a la demanda. El término de obras se prevé para el mes de diciembre del presente año.
Síguenos en nuestras redes sociales:
Búscanos en Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.
