La nauseabunda polĂ­tica criolla en el PerĂș

- Publicidad -

Nauseabunda, asĂ­ han nombrado diversos analistas, con el adjetivo calificativo que usara MariĂĄtegui hace 90 años, a la polĂ­tica criolla de estos dĂ­as; que de acuerdo con el diccionario de la RAE quiere decir “produce nĂĄuseas”. Efectivamente, lo que estamos viendo hoy es un contraste de porquerĂ­as entre los acusadores del Congreso que acusan para librarse de las acusaciones fiscales en su contra, exhibiendo las tambiĂ©n supuestas porquerĂ­as, en grabaciones obtenidas ilegalmente, de la Presidencia de la RepĂșblica. Da nĂĄuseas, porque en todos los casos y ante tanta bajeza la pregunta es ÂżdĂłnde estĂĄn los intereses del paĂ­s?

golpe y polĂ­tica criolla

Una cuestión crucial del actual período, que constituye la llave maestra para entender lo que pasa, generalmente se ignora por parte de quienes emiten opinión. Se trata de la crisis de régimen agravada con la pandemia, que significa que la forma neoliberal de mandar, inaugurada con el golpe del cinco de abril de 1992 y refinada con la fallida transición a la democracia del 2000, se ha agotado.

Quizås si el ejemplo mås claro de esto es la pérdida de peso del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) en la política peruana. El MEF, otrora poder omnímodo, como antiguo gamonal sobre vidas y haciendas, es objeto de burla y hasta se atreven a tacharlo de equivocado y mentiroso para cubrir su sistémica preferencia por los ricos, mientras tratan de censurar, para bien, a la titular de turno. Por ello, la conciencia sobre la crisis de la autoridad neoliberal es fundamental para entender lo que pasa y asumir que solo una nueva forma de ejercer el poder puede permitir encarar nuestros problemas de fondo; de lo contrario la imposibilidad de gobernar, sea cual fuere el que esté al mando, seguirå reproduciéndose de manera endémica.

La crisis de rĂ©gimen que empieza con el descalabro de Kuczynski, continĂșa con el cierre del Congreso anterior, sigue con la mediocridad de Vizcarra y las tonterĂ­as de algunos congresistas, no tiene soluciĂłn en este perĂ­odo de transiciĂłn. A lo sumo se trata de un momento que hay que atravesar para llegar al 28 de julio de 2021.

Todo el que quiera arreglar los problemas del PerĂș los prĂłximos meses estĂĄ descaminado, se trata de llevar la nave al prĂłximo puerto y punto. Vizcarra pudo liderar una reforma polĂ­tica, pero en eso tambiĂ©n ha fallado. Si Legislativo o Ejecutivo quieren hacer otra cosa que no sea asegurar el prĂłximo proceso electoral, los riesgos son enormes; porque o levantan proyectos de corsĂ© neoliberal para parametrar a un prĂłximo gobierno, como el Pacto por el PerĂș; o se aprovechan de algĂșn atajo como la vacancia presidencial para beneficiar algunos egos y permitir que los innombrables salgan libres de polvo y paja. En ambos casos, salidas de derecha que vienen acompañadas de un componente autoritario con un inevitable tufillo golpista.

AsĂ­, el Ășltimo despliegue de militarismo de las dos facciones del poder en conflicto, la mayorĂ­a congresal y la Presidencia de la RepĂșblica, son obscenas. Unos, los congresistas, intentando coordinar con mandos militares; y otros el presidente de la RepĂșblica y su jefe de gabinete, trayendo a Palacio de Gobierno a jefes militares uniformados en traje de combate. Repiten la inveterada costumbre de la Ă©lite criolla, antes gamonal y hoy neoliberal, de respaldarse en los militares para hacer polĂ­tica. Esa insolencia contra los peruanos y el orden democrĂĄtico debe ser radicalmente rechazada. Otro elemento mĂĄs, de desesperaciĂłn en este caso, que profundiza la crisis del rĂ©gimen neoliberal.

Por lo demĂĄs, hay que hacer todas las investigaciones que sea preciso hacer, pero esforzarse con prioridad en que continĂșe, porque ya ha sido convocado, el proceso de elecciones generales para el 2021. Ahora bien, este no es cualquier proceso electoral; para darle sentido hay que relacionar los problemas inmediatos producto de la crisis sanitaria y la crisis de hambre y desempleo con un viraje en la democratizaciĂłn del PerĂș. Insistir en lo que se ha venido haciendo los Ășltimos 30 años (inversiĂłn pĂșblica mĂĄs baja en salud, por ejemplo) es receta para el fracaso. 

Este viraje democråtico tiene un nombre: proceso constituyente. Hay que ir a un nuevo acuerdo entre peruanos dejando de lado la imposición de 1993 y nos brinde un nuevo poder, legítimo para todos. Es preciso por ello convertir al proceso constituyente en el parteaguas del próximo debate electoral. Ponerlo en debate serå una primera victoria democråtica que presagiarå varias otras que nos acerquen a materializar un poder constituyente. 

El BĂșho, sĂ­guenos tambiĂ©n en nuestras redes sociales: 

BĂșscanos en Facebook, Twitter, Instagram y YouTube

Autor

SuscrĂ­bete a La Portada

RecomendaciĂłn: Antes de iniciar la suscripciĂłn te invitamos a añadir a tu lista de contactos el correo electrĂłnico [email protected], para garantizar que el mensaje de confirmaciĂłn de registro no se envĂ­e a la carpeta de correo no deseado o spam.
- Publicidad -

ArtĂ­culos relacionados

Últimas noticias