Trasgredir la historia solamente por apropiación personal es sinónimo de violencia. Esta es una de las reflexiones que deja el reciente libro de Gabriela Wiener, la reconocida cronista y literata peruana que se presentó durante el Hay Festival 2021 junto a Marco Avilés.
Huaco retrato es un viaje introspectivo en el que ella misma busca el inicio de sus raíces topándose con la existencia de su tatarabuelo, Charles Wiener. Austríaco, explorador y parte importante de la historia porque, gracias a uno de sus mapas, se contribuyó al descubrimiento de Machu Picchu. Pero su tatarabuelo también era un huaquero.
Gabriela no tiene problemas en calificarlo de esa manera. En su libro ella explica que «huaquear es una forma de violencia: convierte fragmentos de historia en propiedad privada para el atrezzo y decoración de un ego. (…) Wiener pasó a la posteridad no solo como estudioso, sino como autor de esta colección de obras, borrando a sus autores reales y anónimos, arropado por la coartada de la ciencia y el dinero de un gobierno imperialista».
Saqueo cultural
En efecto, la descendencia que marcó su nombre y su ADN trajo consigo a lo largo de la historia de Gabriela huecos de donde se cuestiona el verdadero significado del mestizaje.
“Nos ha faltado hablar muchísimo de la violencia, una violencia claramente colonial, que atraviesa toda esta parafernalia aparente de la mezcla de razas, de culturas, de lenguas. Hubo una cultura que absorbió a la otra, dominó a la otra; un genocidio cultural del que hay que seguir hablando”
Andrea Wiener – escritora.
El libro enfrasca un conjunto de reflexiones que permiten preguntarse sobre si esta apropiación cultural y sus consecuencias como el racismo y la discriminación continúa vigente. Gabriela piensa que sí. “Hay una violencia que está muy viva, sobre todo que está en nuestros cuerpos marrones (…) y que precisamente vienen de esa violencia original”.
Ciento cincuenta años después, los huacos robados de su tatarabuelo se exhiben en un museo de París. Esa memoria robada, la historia que representa que es la historia de un continente o dos, sobre las consecuencias de la colonización y el racismo en nuestras vidas y en nuestro presente.
La literatura desde la pluma de un marrón
“Muy difícil encontrarnos en la vida de Julius ¿no?”
La resistencia literaria actual es motor para que Gabriela siga escribiendo, sobre todo desde que reside en España. Ella afirma que hay más voces por parte de quienes durante mucho tiempo fueron llamados resentidos por hablar directamente de justicia y reparación.
“Me llamaron muchas veces negra, yo era la menos Wiener de todos los Wiener. Estuve mascando ese dolor de ser la menos privilegiada en un mundo que por ser marrón estabas en el lado triste, en el lugar de la discriminación y del racismo. Aquí todo el mundo te dice ay supéralo por favor, porque no ven lo estructural, no ven lo que te tiene que costar, el doble o el triple por ser marrón…por escribir”.
Andrea Wiener – escritora.
Hay una derecha cultural, afirma. Mario Vargas Llosa es ejemplo de ello, la manera en que se utiliza lo literario en el caso de Vargas Llosa, quien ahora mismo está identificado con cosas antidemocráticas aunque haya luchado toda su vida en contra de ellas es impresionate. Ella confiesa que entiende a la perfección lo que siginifica cuestionar a Vargas Llosa en el “mundillo literario” y entiende el miedo que sienten los demás escritores ante lo que representa el poder y el peso de un nobel.
Gabriela Wiener es autora de una decena de publicaciones sobre temas diversos, muchos autobiográficos, sobre temas sociales como la discriminación, la violencia de género y el racismo y también sobre la diversidad sexual.
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