La Virgen “pidió quedarse” en Chapi y hasta se escucharon voces diciendo “aquicito, nomás”

La historia de la llegada de la imagen más venerada en Arequipa y el sur del Perú no está exenta de curiosidades y leyendas urbanas

La imagen original de la Virgen de Chapi, Patrona de Arequipa, llegó a la ciudad aproximadamente a principios del siglo XVIII. Según los historiadores, aunque no se sabe a ciencia cierta quién la trajo desde España, se cree que pudieron ser los misioneros franciscanos quienes tenían a su cargo el curato de Pocsi, del cual Chapi era una de sus capillas.

Se cree también que la pudieron traer los misioneros jesuitas establecidos en Moquegua desde el año 1709. Lo cierto alrededor de la imagen es que se le conocía antes como a la Virgen de la Candelaria y que el nombre de Chapi aparece por primera vez en un documento histórico de 1655 en el que se refieren a un “vallecillo” de poca extensión, donde abundan los “chapis”, es decir, cactus.

“…Se vendiesen a Españoles y otras personas y en particular un vallecillo de los de otro repartimiento de Pocsi tienen llamado Chapi”.

Así lo revelan algunos hechos registrados en estos documentos y en los que se da cuenta de las visitas de ciertos personajes de la iglesia y autoridades quienes “hablan” de la imagen de la Virgen de la Candelaria que se venera en el valle de Chapi o el Ayllu de Chapi, que es la zona que se conoce hoy en día como “Capilla Vieja”.

Por los desórdenes que causaba su fiesta piden por favor que la lleven a otro lugar

De acuerdo a los escritos del canónigo Presbítero Leónidas Bernedo Málaga (quien fue párroco de Quequeña y además historiador), “en el año 1743, cuando la imagen de la virgen (de la Candelaria) llegó al valle de Chapi, según constaba en una relación dada por el Sr. Francisco Gómez en el año 1795…el valle de Chapi que era un ‘ayllu’ de buen clima y el lugar de frecuente residencia de los párrocos”.

Allí los pobladores “le construyeron a la imagen de la Virgen una capilla de barro, piedra y techo de paja, donde por poco más de cincuenta años veneraron a su patrona en esa humilde capilla, cuyos restos aún hoy pueden verse. La tradición oral indica unos cien años”.

Pero como las fiestas que se realizaban en honor a la Virgen de la Candelaria –en febrero- creaban muchos desórdenes porque asistían más personas ya que se comenzaron a conocer los favores o milagros recibidos de la Virgen, algunos notables solicitaron al párroco de Pocsi, al cual pertenecía Chapi, que por favor trasladará la imagen. Es así que, “atendiendo a las razones argumentadas por el señor Párroco, ordenó el traslado de la imagen hacia Pocsi. Esto fue en 1798”.

Cumpliendo lo dispuesto por el párroco, la imagen se trasladaría desde el valle de Chapi hacia Sogay, cerca de Quequeña. Para este propósito nombró “dos comisiones especiales de indígenas de Sogay y Chapi”, las que previamente arreglaron un poco el camino y realizaron otros trabajos preparatorios.

La Virgen decide quedarse en Chapi

Sacaron la imagen de su capilla, cargándola en sus hombros rumbo a Sogay, tarea nada fácil por ser un sendero angosto y accidentado que llevaba hacia allí. Fue así que, quizás por el esfuerzo, decidieron descansar antes de ascender por la escalerilla. Dicen que la parada fue frente al actual Santuario, donde ahora se estacionan los colectivos y que ya habían avanzado cerca de 5 kilómetros.

Y es allí donde se produce un hecho milagroso –según la tradición oral- que en algunas versiones no coincide en los detalles, pero cuentan que hubo una lluvia de ceniza unida a un fuerte viento que impedía la visibilidad, por lo cual tuvieron que detenerse dejando la imagen en el suelo y, al querer levantarla para proseguir, no pudieron hacerlo. Otros hablan de una lluvia de ceniza y un fuerte viento. Y otros que, terminado el descanso, trataron de levantar la imagen, pero no pudieron hacerlo y que, al intentarlo nuevamente, comenzó a soplar un viento fuerte y arremolinado que arrojó gran cantidad de ceniza.

En lo que sí coinciden es en afirmar que la Virgen manifestó su voluntad de quedarse, haciendo que su imagen pesara más de lo normal. Como también ocurrió con la imagen de la Virgen de la Candelaria de Cayma que debía ir al Cusco. “O con la imagen de Nuestra Señora de la Raíz en México o la de Nuestra Señora de Copacabana en Bolivia”.

Honores desde siempre a la Virgen de Chapi, a donde sus fieles devotos van cada 1° de mayo para agradecerle y pedirle su intercesión y favores. Foto: El Peruano

Se escucharon voces en quechua y en aymara…”aquicito nomás”

También dicen que “cuando se estaba produciendo el milagro, ancianas quechuistas de la comitiva oyeron una voz que dijo “¡¡Chaypi, Chaypi!!”. Otros, “¡¡Chajchay llallápi!!”, y otros, “¡¡Chaj llallápi!!”. Expresión que, según los entendidos, proviene del quechua y del aymara y que todas expresan más o menos lo mismo. “¡¡Aquicito nomás!!”, “¡¡aquí, aquí!!”, “¡¡aquí nomás!!”, “!!hasta aquí!!”.

Fueron entonces estas mismas personas -según los mayores- las que dijeron: “La Virgen no solo quiere quedarse aquí, sino que se le ha dado el nombre”. Y es muy probable que, desde ese momento, se comenzó a conocer a esta imagen con el nombre de Virgen de Chapi (o sea, la Virgen de Aquí)”. Porque hasta entonces —según el P. Málaga— se la conocía como Nuestra Señora de la Purificación del Valle de Chapi.

Y si bien ahora se conoce a la imagen como a la Virgen de Chapi, “a sus iguales de Cayma y Characato siempre se las conoció como la Candelaria de Cayma y la Candelaria de Characato o más antiguamente, la Purificación de Cayma y la Purificación de Characato”.

Luego de que el Cielo o la imagen de la Virgen manifestaran su voluntad de quedarse en Chapi, los indígenas del lugar y de Sogay le levantaron inmediatamente una ‘chujlla’ es decir, una pequeña ramada o “cabaña con techo de ramas”. La hicieron para cobijar la imagen en el lugar del milagro. Esto, mientras le edificaban la capilla de barro y piedra que estaba en la margen derecha de la “Plaza Vieja”, mirando de frente al Templo Viejo. Este es el lugar donde ahora se ubican los comerciantes que vienen en mayo.

¿Se construyeron varios templos a la Virgen?

La pequeña capilla sufrió un incendio y los pobladores la volvieran a reconstruir. Y, en el año 1868 se cayó con el terremoto que asoló el sur peruano, pero de manera asombrosa, la imagen quedó intacta. Fue tras el terremoto que el cura Don Pablo Retamozo Málaga comenzó la construcción de un nuevo templo “con la cooperación voluntaria y eficaz de los vecinos de Chapi y Quequeña”.

Respecto a la cantidad de templos que se pudieron edificar y su ubicación, hay versiones de los presbíteros Cárdenas, Bernedo Málaga y Retamozo que, de estos antiguos templos, no quedan huellas. Y de haberlas, podrían estar bajo los cimientos de los antedichos ‘mercadilleros’. Lo que está más o menos establecido es que se edificaron entre los años 1887 y 1888.

Porque como lo refiere el P. Bernedo Málaga, es el P. Don Emeterio Retamozo, párroco de Pocsi, quien al visitar la antigua capilla de Chapi levantada por el P. Málaga y al ver su “triste estado” decide levantar un “templo digno y decoroso que sirviera de morada a la Madre de Dios”. Y como la obra era grande, creó una junta con aquellos devotos que quisieran ayudarlo en su propósito.

Y para realizar esta construcción se utilizaría sillar que tendrían que traer desde Arequipa. Pero afortunadamente, encontraron este material en una de las laderas de las montañas que, a partir de ese momento, se comenzó a llamar Las Canteras. Es de allí de donde salió la piedra volcánica necesaria para toda la iglesia y las construcciones complementarias.

De la verdadera imagen que llegó de España: ¿está guardada?

Los historiadores refieren que los peregrinos empezaron a venerar a la Virgen de Chapi hace más de 280 años a la fecha, aproximadamente en el año 1743, cuando fue trasladada al Valle de Chapi. En aquellos entonces, la fiesta era el jueves anterior al inicio de la Cuaresma, es decir, a fines del mes de febrero. Luego los campesinos de las zonas cercanas adelantaron la fiesta para el 2 de febrero, que es cuando se celebra a la Virgen de la Candelaria en la actualidad.

Pero, desde 1876, la Fiesta Central, reconocida nacional e internacionalmente, se trasladó al 1 de mayo. Y desde entonces, se sigue festejando ese día a la “Mamita de Chapi”. Y como la devoción ha crecido tanto, se ha establecido la fiesta del 8 de septiembre de la Natividad de la Virgen María para los devotos de Ica que vienen a verla. También, a pedido de los mineros de la zona, se instauró la fiesta del 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción desde 1940-41.

La leyenda urbana dice que la imagen antigua está celosamente guardada para impedir que se deteriore con el humo delas velas, el agua bendita y hasta la humedad de las flores. Algunos fieles mayores dicen que hay pequeñas diferencias entre la actual y la “verdera”.

Pero la imagen que está en el Santuario no sería la “verdadera”. Aquella que trajeron de España, según las “leyendas urbanas”, está celosamente guardada para conservarla porque es de madera. Por lo menos, sus manos, cabeza y busto, fueron tallados armoniosamente en este material natural.

Su rostro tiene ojos de color castaño oscuro y, como sus manos, ha sido empastado y encarnado con un suave tono trigueño, dándole naturalidad. Tal como la actual, no es muy grande y mide 1,30 metros de altura. Y el Niño Dios que lleva en brazos es de proporción menor a lo que correspondería en relación con el tamaño de la Virgen.

Las leyendas creadas alrededor de la imagen

Las razones para conservarla en un gabinete especial, en el mismo Santuario o en algún lugar especial, son porque el humo de las velas, el agua bendita y la propia humedad de las flores podrían resquebrajar el material. Esta medida, y lo benigno del clima en Chapi, ha permitido que esté en buen estado. Las anteriores fueron en 1904 y 1983.

Algunas pequeñas diferencias hacen notar que la imagen original no es la que encontramos en el templo. Un detalle de esto, son las sombras oscuras alrededor de sus ojos que hacen más profunda su mirada, al igual que los ojos del Niño. Y también, la forma en que lo carga, ya que está más echado en la imagen actual que en la “verdadera”.

Lo que también dicen los “mitos” creados por los devotos -quienes no dejan de acompañarla en sus festividades y a lo largo del año, porque la visitan en su Santuario- es que la imagen que visita Arequipa es la original. Fue a esta imagen a la que coronó su Santidad Juan Pablo II el 2 de febrero de 1985.

El Papa roció con agua bendita las coronas de la Virgen Santísima y el Niño Jesús. Luego, procedió a Coronar Canónicamente, primero al Hijo y luego a la Madre, y la proclamó como Reina y Señora de Arequipa. Además, le dejó un hermoso rosario de oro en recuerdo de su visita.

Las visitas de la Virgen a Arequipa luego de que el papa la coronara

Pero las visitas de la Virgen han sido más. En el 2001, luego de que el terremoto sacudió el sur del Perú y causó daños en su templo mayor, la “Mamita de Chapi” tuvo que ser trasladada a Arequipa. Luego, en el 2003, por la fiesta de la Natividad de la Santísima Virgen María, fue trasladada a la parroquia San Juan Bautista, en el distrito de Yanahuara. Allí permaneció durante un tiempo y dicen que regaló con favores a muchos fieles.

Igualmente, en el 2007, monseñor Javier Del Río Alba, arzobispo de Arequipa, consagró la ciudad de Arequipa a la Virgen María. Esto, en la advocación mariana de la «Mamita de Chapi». Y dos años después, la Arquidiócesis de Arequipa celebró el Año Jubilar Arquidiocesano por los 400 años de su fundación el 20 de julio de 1609, junto a la Virgen de Chapi cuya imagen fue trasladada hasta el estadio de la UNSA.

Nuevamente, la Madre de Arequipa regresa para reunirse a sus fieles e iniciar un recorrido por las 73 parroquias que en ese entonces formaban parte de la Arquidiócesis. Su peregrinar inició el 1 de octubre del 2011 y terminó el 24 de noviembre de 2013.

La Mamita de Chapi regresa a Arequipa por un importante motivo

En el 2015, regresó a la ciudad para la inauguración del «Jubileo Extraordinario de la Misericordia», convocado por el Papa Francisco. Cinco años después, en medio del confinamiento social obligatorio por la pandemia del covid-19, la Mamita de Chapi dejó su Santuario para sobrevolar la ciudad de Arequipa.

Y la última visita que realizó fue el 31 de mayo para tenerla presente en misa que se realizó en el atrio de la catedral de Arequipa para todo el público. La celebración la presidió monseñor Paolo Rocco Gualtieri, nuncio apostólico en Perú y representante oficial del Papa Francisco.

El motivo fue, contar con su bendición para la Asamblea General del Sínodo de los Obispos que se realizó en Roma, en octubre del año pasado. Como se sabe, contó con los prelados de todo el mundo para debatir asuntos de interés para la Iglesia.

La Patrona de Arequipa es Patrimonio Cultural de la Nación y tiene su oración

La fiesta de la Virgen de Chapi es una celebración que es parte de la identidad de los arequipeños y sus fieles. Es considerada también una de las manifestaciones más grandes de religiosidad popular que se ha transmitido de generación en generación. Por eso en el 2012 fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación. Su advocación se ha difundido no solo en el Perú sino también en otros países. Y, todo indica que sigue creciendo a decir de las últimas multitudinarias peregrinaciones a su Santuario, a donde van a agradecerle, orar y pedirle sus favores y bendición intercesora.

Juan Pablo II dejó expresado en una oración a la Mamita de Chapi el sentir de sus fieles cuando dijo: “Mira Señor benignamente a estos tus siervos que, al ceñir con una corona visible la imagen de Cristo y de su Madre, bajo la advocación de la Santísima Virgen de Chapi, reconocen que tu hijo es Rey del universo e invocan como Reina a la Virgen María”. “Haz que, siguiendo su ejemplo, te consagren su vida. Y cumpliendo la ley del amor, se sirvan mutuamente con diligencia. Que se nieguen a sí mismos y con entrega generosa ganen para ti a tus hermanos; que, buscando la humildad en la tierra, sean un día elevados a las alturas del cielo, donde Tú mismo pones sobre la cabeza de tus fieles la corona de la vida. Por Jesucristo Nuestro Señor”. Y todos respondieron al unísono y con ferviente convicción, ¡Amén!

Con extractos del “Santuario de Chapi”, Arzobispado de Arequipa, 2018. Diario Oficial El Peruano, Tradición al pie del Misti. Honores para la patrona, de José Vadillo Vila, 5 de mayo de 2019.

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Autor

Martha Valencia
Martha Valencia
Periodista. Estudió en la Universidad Católica de Santa María de Arequipa. Trabaja en El Búho desde el 2020 y antes en medios escritos y radio.

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