Y la presidenta Dina Boluarte lo hizo de nuevo. Los incendios forestales están acabando con cientos de vidas silvestres, miles de hectáreas de áreas verdes y, en este momento, hay 15 muertos. Sin embargo, para el Gobierno esto no es razón suficiente para declarar el estado de emergencia. Así lo dijo el presidente del Consejo de Ministros, Gustavo Adrianzén.
Pero lo peor vino de la propia presidenta cuando, en un nuevo intento fallido de demostrar su acercamiento a la población, viajó hasta Pomacochas, en Amazonas, para sobrevolar el área que se está incendiando.
Sin pena y sin gloria, la presidenta Dina Boluarte no anunció nada, pero sí terminó maltratando a un reportero que, hace días, pidió entre lágrimas la presencia del Gobierno para ayudar a mitigar los incendios forestales. La presidenta Boluarte, con la humildad que la caracteriza, le dijo al reportero que la confrontó que no necesitaba sus lágrimas para haber llegado hasta allí. Esta actitud no es nueva; pues aún está fresco el recuerdo de cómo se comportó durante el desfile militar por Fiestas Patrias. Ah, pero para llorar ante la prensa y consolar a Keiko sí es buena.
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