Alberto Kenya Fujimori Fujimori, 28 de julio de 1938 – 11 de setiembre de 2024, murió este 12 de setiembre en Lima, a sus 86 años. Ocurrió luego de luchar contra un cáncer a la lengua que se habría agravado en los últimos días. El expresidente, convertido en dictador, pasó 12 años en la cárcel y fue liberado en 2023 gracias a un polémico indulto que le permitió pasar sus últimos días de vida con su familia.
Tras conocerse el hecho, se ha desatado una nueva polémica entre quienes recuerdan sus deudas con el país, desde los crímenes cometidos bajo su mandato, que permanecen en impunidad, sus condenas vigentes, el legado político y la reparación civil impaga.
Pasivo personal
Fujimori fue ingeniero agrónomo y rector de la Universidad Nacional Agraria de La Molina, antes de entrar en la política. Conducía un programa de televisión de entrevistas, pertenecía a la clase media alta gracias a los negocios de su esposa, Susana Higuchi, con quien tenía 4 hijos menores. No obstante fue acusado por ella de haberla torturado, encerrado y no pagarle el dinero que usó para su campaña a modo de préstamo.
Fue presidente del Perú entre los años 1990 y 2000 de la mano de Vladimiro Montesinos, de oscura trayectoria, y con el apoyo de los militares. Su relación con Montesinos se habría basado en la “limpieza” que hizo éste de sus problemas tributarios, que lo hubieran perseguido durante su mandato. A partir de entonces, fue su mano derecha, a pesar de conocerse sus vínculos con el narcotráfico y la venta de armas.
Su sorpresiva elección, en los comicios generales de 1990 frente a su contendor, el escritor Mario Vargas Llosa, se explica por el temor de la población al shock económico anunciado por el escritor. Muchos recuerdan que, en el debate final por la presidencia, Fujimori se ausentó alegando haber sufrido una intoxicación por “bacalao”, mentira que lo persiguió por mucho tiempo.
Contrario a su discurso preelectoral, Fujimori aplicó reformas económicas neoliberales para frenar la hiperinflación y la inestabilidad económica. Por ello recibió el apoyo de las instituciones financieras internacionales, los militares y la clase alta peruana.
El gobierno de una década
En 1992, Fujimori dio un autogolpe. Repitiendo la palabra “disolver…” intervino todos los poderes del Estado con apoyo de los militares. Cerró el Congreso y tomo control del poder Judicial y el Ministerio Público, nombrando sus autoridades. Por eso se le considera un dictador.
Durante su gobierno, en 1992, se capturó al líder terrorista Abimael Guzmán, por lo que sus seguidores le atribuyen erróneamente el mérito de haber vencido al terrorismo. Poco después, Vladimiro Montesinos inicia conversaciones con Guzmán para obtener un “acuerdo de paz”.
Su gobierno se caracterizó por reformas económicas hacia el libre mercado, el país adquirió estabilidad. Sin embargo, se denunció una corrupción política generalizada y se perpetraron numerosas violaciones a los derechos humanos. Se destruyó la institucionalidad del Estado, ya que todo dependía de las “influencias” por cercanía al fujimorismo o a los militares. Los sindicatos y otras organizaciones de la sociedad civil fueron sistemáticamente debilitadas desde el gobierno.
En 1995 obtuvo su reelección y de nuevo en el año 2000, en medio de denuncias de fraude electoral y postulación irregular. Para entonces, ya había denuncias de corrupción en todas las instancias del gobierno. Y ya se conocían los crímenes de lesa humanidad cometidos por su régimen en medio de la lucha armada contra los movimientos terroristas Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA).
Tras la revelación de los vladivideos, con los que se demostró cómo fue que su gobierno manejó a los medios de comunicación y empresarios, con pagos millonarios en la salita del SIN, Alberto Fujimori huye a Japón. Allí se reclama japonés e intenta ingresar en la política, sin éxito. Al intentar regresar, lo detienen en Chile en el año 2005. Por decisión de la Corte suprema de ese país, es extraditado al Perú. Fue juzgado y sentenciado a 25 años de prisión por múltiples cargos, como la violación de derechos humanos y malversación.
Deudas con la justicia
En 2007, Fujimori llegó extraditado al Perú desde Chile, para enfrentar 7 de los 13 procesos penales que tenía pendientes ante la justicia peruana.
Las condenas que se le aplicaron al exmandatario por sus crímenes fueron:
- 25 años de prisión por asesinato en 2009: Barrios Altos y La Cantuta. Se le consideró autor mediato de los crímenes cometidos por militares, así como por el secuestro agravado del periodista Gustavo Gorriti y del empresario Samuel Dyer, en los sótanos del Servicio de Inteligencia del Ejército.
- 7 años por corrupción, 2009: pago ilegal de USD 15 millones por CTS a Montesinos. Los cargos fueron peculado doloso y falsedad ideológica. Fujimori aceptó los cargos presentados por la Fiscalía.
- 6 años por diversos delitos en 2009: Fujimori se le condenó por los pagos ilegales a los llamados congresistas tránsfugas, la interceptación telefónica a políticos y periodistas opositores a su gobierno, y la compra de medios de comunicación y sus líneas editoriales. En este caso, también aceptó los cargos presentados en su contra por el Ministerio Público.
- 6 años por corrupción en 2007: allanamiento de casa de Montesinos. A Fujimori se le condenó por ordenar a un militar hacerse pasar por fiscal y el robo de varios “vladivideos” en la vivienda del que fuera su asesor principal.
Un quinto caso terminó en absolución en una sala presidida por el exvocal Javier Villa Stein. El caso se refería a la compra de diarios “chicha” y otros manejos desde el SIN de Montesinos.
Los casos pendientes
Recientemente, el Poder Judicial de Chile aprobó en primera instancia la ampliación de la extradición del expresidente Alberto Fujimori, para que se le juzgue en Perú por cinco casos adicionales.
Estos casos incluyen el secuestro y asesinato de miembros de la familia Ventosilla, en 1992, a cargo del Grupo Colina (caso Pativilca); las presuntas ejecuciones extrajudiciales de terroristas del MRTA durante la operación de rescate Chavín de Huántar; las muertes y lesiones ocurridas durante el desmantelamiento de un motín en el penal Miguel Castro Castro en 1992; el secuestro agravado de Arturo Moreno Alcántara y otros; y las presuntas esterilizaciones forzadas llevadas a cabo durante su gobierno.
La reparación civil sumada de sus procesos con sentencia asciende a 57 millones de soles, de los cuales, Fujimori no pagó ni un sol.
El indulto y el relanzamiento político de Alberto Fujimori
Pese a sus condenas, salió libre en diciembre de 2023 por un cuestionado indulto que inicialmente otorgó Pedro Pablo Kuczynski y luego se revirtió por orden de la CIDH. Pero el Tribunal Constitucional actual lo validó y ordenó su liberación, el año pasado.
Una vez libre, y aunque lo negó en un inicio, retornó a la política realizando por un tiempo tiktoks y apariciones en público. Su hija, la lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, anunció que “habían decidido” que participaría de las elecciones generales de 2026, siendo él, el candidato y la lideresa, un apoyo en su candidatura.
La semana anterior a su deceso se le vio saliendo de una clínica. Entonces declaró que se había hecho una tomografía. Al consultarle sobre si sería el candidato de Fuerza Popular, dejó en duda la anterior afirmación con un “ya veremos”.
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