Luego de un extendido proceso de calificación, se presentaron los resultados del Concurso Literario “El Búho”. Después de ardua deliberación en la categoría Poesía, el jurado calificador otorgó una Mención Honrosa al trabajo «Agnostos Theos o libro del penitente»” de Cromwell Pierre Castillo Cabrejos, bajo el seudónimo de Benjamín. Además, otros trabajos fueron laureados con la misma distinción. En esta categoría, el jurado de esta edición del Concurso Literario estuvo conformado por los poetas Luis Pacho, Jorge Campero y Leda Quintana Rondón, todos con una larga trayectoria en los versos.
El Concurso Literario El Búho se realiza desde 2008, inicialmente convocando a los escritores de Arequipa y luego del sur del país. Luego, desde 2021, ha extendido su convocatoria a escritores de todas las regiones del Perú, con el fin de promover los nuevos valores de la literatura de manera descentralizada.
Sobre el autor del poema finalista
El finalista del concurso literario, Cromwell Castillo Cabrejos, nació en Motupe-Lambayeque, en 1981, pero radica actualmente en La
Victoria-Chiclayo. Es poeta, artista plástico y diseñador gráfico.

Es autor de ocho libros, de los cuales se ha publicado “Signos” (Tiro de gracia editores, Chiclayo, 2007), “Demolición de los reinos” (Sol negro editores, Lima, 2010), “Estética de las revelaciones” (Cascahuesos editores, Arequipa, 2011) y “Divina extinción” (Movimiento Cultural Internacional ERGO, Bilbao, 2023). Así mismo ha publicado las plaquetas “Fuego” (Cinosargo ediciones, Arica, 2010) y “Cromwell Castillo: vida / itinerario & arte” (Ediciones e impresiones Frías, Chiclayo, 2024).
Su trabajo literario ha sido difundido en medios físicos y digitales de Perú, Argentina, Brasil, Chile, México, Estados Unidos, España y Francia; así como en muestras y antologías, entre las que destacan: “Cuervo Iluminado”, Colección de Nueva Poesía Peruana (2010); «Rito verbal», Muestra de Poesía Peruana 2000-2010 (2011); «Me Usa”, Brevísima Antología Arbitraria Perú- Uruguay (edición colectiva Perú, Venezuela y Chile, 2012); “Circo de pulgas”, Antología de la minificción peruana (2012); en la colección 157-158 de la revista “Blancomóvil” (México, 2023) y en la revista de poesía “Zeppelin” (Chile,
2024).
Ha sido finalista en el Concurso Internacional de Minificción “Francisco Garzón Céspedes (España, 2007), Premio Iberoamericano de Poesía “José Vicente Anaya” (México, 2023) y XIII Concurso Literario “El Búho” (Arequipa-Perú, 2024). Tiene en proceso de publicación “Agnostos Theos o Libro del Penitente” y “Estética de las revelaciones” (segunda edición física). El día 8 de mayo de 2024, recibió un homenaje por parte de la I.E.P. “César Augusto College” de Chiclayo.
Poesía finalista Concurso Literario
AGNOSTOS THEOS O LIBRO DEL PENITENTE – Seudónimo: Benjamín
─ FUEGOS ESENCIALES─
reacción expansiva y sonora sobre el origen
I
Toda la materia concentrada en un único punto: nivel de energía muy alto que funde todo lo que encuentra a su paso con furia ciega. Así empezaría todo: brillante desde el punto primigenio, candente en su estado más puro. Habría que balancearse en sus puentes fantasmales para sopesar la chispa expansiva y admitir que solo uno se prolonga en la ardua ceremonia estelar. Algunos le llaman Big Bang, otros Inflación Cósmica; yo le llamo Poesía de los Orígenes.
.
[Programación evolutiva: nada extinguirá
la semilla encarnada en la llaga de lo que somos]
II.1
Universo: útero elástico en cuyo centro el espíritu arroja el caos, la revelación y el poema. Vertedero de voces aferradas a cuerpos ciegos de origen geométrico. Velocidad lucífera de sol, zumbido extravagante de piedras celestes que no pueden ser procesadas por los sentidos [falta de identidad celular]. La luz se funda en el ojo: atajo primitivo de húmedo desastre. La oscuridad es una posibilidad trashumante a la que asistimos con voluntad integral. Estrictamente nada es una mancha sin nombre. Pero el nombre no es la naturaleza, es solo el espectáculo inútil del lenguaje: un rumor invasivo. El cielo futuro del ojo es el fracaso del Hombre.
II.2
Escribir es un ciclo explosivo como cualquier teoría de indiscutible evolución.
II.3
Liberar el lenguaje hasta purificar la hoja en blanco. Solo cenizas se ofrendan al amanecer.
[Imagen retenida: el arma del ritual
es el dolor acelerado sobre una cabeza horadada
y deconstruida en su pensamiento]
─DISPERSIÓN DE LA LUZ─
insumo espiritual como hoguera desbocada
[La semilla de la muerte es la oscuridad]
¿Qué nos alienta del fuego perdurable,
su calma artificiosa, la fractura de la evidencia
o el signo encostrado de la esperanza?
Reconstruyo mis vísceras
para penetrar el centro del dolor.
Esta es la canción
del Hombre sobre los abismos:
[su torsión sobre el laberinto]
¡Escucha lo imposible y huye del cuerpo!:
I
Como nudo sagrado que eleva sus términos con vigor unitario,
encordamos nuestras dimensiones hasta hacernos un solo pensamiento.
[voluntad suicida / inutilidad complementaria]
Pero qué más da, Señor, mi imprecisión es el primer afecto de tu celo;
un hermoso accidente que se desborda
para recrear lo que no está hecho para los sentidos.
Lléname la boca de palabras y cúbreme de tierra el corazón
para ahogar el siniestro laberinto del insomnio,
esa vibración punzante que fragmenta los cristales
de la voz y hiere la memoria.
[La verdad se esconde bajo los párpados del miedo,
rodea la moral como un animal salvaje
y se refugia en el centro anómalo que la gobierna]
Contengo la contemplación inmóvil de una bestia de caza,
es decir, soy un cuerpo atormentado con evocaciones primitivas.
─El silencio absorbe la piel del olvido.
La moldea hasta convertirla en un vientre cotidiano y ligero─.
Oh, Reino de la sublime atadura,
¿Miedo de ti donde estragan los puñales sus brillos sanguinarios?
Estamos suspendidos en un puerto concebido y sin nombre.
[Busca la verdad en el aire, esa ala rota que destruye la música del mar
y penetra en la áspera matriz de los puertos]
Palabra: objeto trashumante
[Miedo: atributo ascendente del dolor anticipado.
Ágil y efectista, ¿espejo de la intuición?]
Manantial de purísimo autochantaje, tremante como la sombra derramada
en las más de cien mil millones de células nerviosas.
¿Qué tan larga es la amenaza que el tiempo evoca en la memoria?
Pronuncio la lluvia y transito por la húmeda edad de la añoranza.
El tiempo es un arma percutida con capricho asesino.
[Arma para apacentar la miseria.
Arma para besar el silencio de un cadáver.
Arma para erigir templos de redención y justicia]
He arrojado las viejas profecías de mi corazón
y escuchado el llamado puro de la mansedumbre estelar
─recóndita armadura de una luz que se propaga─.
Porque perderlo todo es recuperar la luz entrañable de la locura.
Alquimia de voces circundantes vagan consumidas por empedrados caminos que ya sé.
Yo que he tratado de matar estatuas armado con una flor en el pensamiento,
me pregunto por el puñal castrado de la lengua y sesteo con inacallable desencanto:
soñar es caer en un pozo de trombas imaginarias
que nos arrastra al hondo continente de la sangre.
[¿Aquí nace la flor del silencio?¿Qué espuma umbrosa sostiene sus raíces?]
El cuerpo es una bóveda en cuya integridad crece el abandono de un ser insuficiente.
Luego vi como mi imagen se alejaba lentamente del espejo de agua.
¡Quiero corresponderte ─desconocido en mí─,
Recóndito Señor de las altas colinas de la oscuridad y los abismos!
¡Tu palabra en mis manos es un campo nutricio, sobreabundante de esperanza!
[¡Abre los ojos, la luz no hiere sino solo las cosas posibles!]
─umbral fecundo de la vasta demolición interior─.
[Entonces, ¿qué es primero, el espíritu o la poesía?]
La poesía es una hoguera de airados presentimientos,
por eso hundo mi nariz en la vida subterránea de los otros
y hallo sentimientos truncos y emociones resonantes:
cuánta utilidad se asoma a su itinerario cósmico.
─Pero poesía, no necesito buscarte solo en la fallida piedad de la gente.
Tu poder elemental se cuece en el espíritu y la travesía elástica que despliegas
se corona de polvo y sed:
sudor constelado / andamiaje de luz / sonoridad seca─.
La fluidez es el sagrado eslabón de su dominio.
No sé qué terrible fiebre organiza su naturaleza.
[Naturaleza: palabra soñada en la soledad glacial del asombro.
Su noción se ramifica en la lengua petrificando la lágrima temblorosa y consumada
─mazmorra de insuficiencias─.
¿Qué elemental carencia la contiene?
Niego su nudo y su ávida profundidad. No sé si realmente existe]
Dudo del agua que he visto pasar por el ojo del puente,
pero no la que ha visto pasar el ojo del puente.
Agua, fuego, tierra y aire: circuito de móviles espejos
soterrados dulcemente en la boca del poeta:
cazador de revelaciones, pero ciego desde la breve transición del parpadeo.
Ciego desde el borde hasta la orilla. Ciego en la transitada ambigüedad de la muerte.
[estaciones fluctuantes del ser]
Alteridad multiplicada en la mudez cautiva del invierno,
esa prolongación de la incertidumbre que propaga el mensaje del hielo:
sinfonía del agua: ─Las plantas también escapan de su sombra invasiva─.
Quién pudiera besar la verdad en el umbral de la voz.
Pero morimos de mirarnos y calibrar el vacío. Morimos de no entender.
Por eso la luz atufa la cualidad íntima del ojo,
es decir, robustece el dolor en la puerta de la lágrima.
Yo que tuve que cortarme las alas de cuervo y en su lugar aposentar la primavera,
sé que cada estación llora como un niño desbordando su imagen llana
sobre la recóndita hiel de la inocencia.
[Inocencia genéticamente malherida,
fiera extraviada en el boscaje silencioso de la infancia]
Mi latido no tiene edad, retumba y yace en la arremolinada quietud de la contemplación.
He restaurado la sagrada alianza de los orígenes. Estancia circular / constelada esencia
[La eternidad es el negro ataúd de un mar navegable]
La mano intacta de la redención la precede. La extinción de la lepra fuera del círculo
se remonta a las plegarias y al mutismo solar.
¡Señor, a ti va la danza proclamada de la arena, que aunque vasta, es finita!
¡Es lo que soy!
Por eso ardo en el centro de una conversión encarnizada y lúcida,
desafiando todas las fronteras del pensamiento.
Por eso estoy aquí, para sustentar el júbilo y detener los pájaros insaciables de la memoria.
Acaso los últimos que quedan, esperando inútilmente
la muerte escandalosa del poema.
[Todavía arde la médula del sueño]
Desde el fondo de la tierra
descifro la ruta concéntrica del dolor y el gozo
─sinfonía de sombras que imitan la frágil mansedumbre de las flores─
Nada me desconecta de la semilla unitiva y telúrica.
Me muerde la trágica imagen de la poesía matando al ojo
─PAÍS NEUTRAL─
oda a las murallas de carne
El manto blanco sobre la grotesca cámara ósea. La piel absorbe los rayos del sol como parte de un protocolo cotidiano que no logra asfixiar las sombras. Trémula corteza donde cada poro tiene vocación de agujero negro [1. Escudriñando símbolos nutricios / 2. Tragando fuegos navegables / 3. Escupiendo su colorida alteridad hacia las puntas innombrables del espacio]. Mi soledad es una caverna blanca donde me oculto día y noche de los monstruos impasibles que me acechan: útero desmembrado y tibio en cuya tensión se concentra el inmemorial abrazo de la infancia. Ahí habita el paisaje de mi voz, desde ahí se ilumina el país neutral del olvido.
[Afuera, solo el crudo hedor de la nostalgia
me invita a vivir fatigado, pero desconocido]
[Renacer es el discurso poderoso de las cicatrices]
[Renacer es la cicatriz poderosa del discurso]
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