Por: Iván Paredes Tamayo, fuente: Mongabay Latam. El Parque Nacional Noel Kempff Mercado, ubicado en el departamento de Santa Cruz, es el área protegida de Bolivia más afectada por los incendios. En esta reserva, 15 000 hectáreas ya fueron arrasadas por las quemas. Desde el Gobierno boliviano aseguran que son provocadas por el narcotráfico y la minería ilegal. Fuentes policiales afirmaron, además, que la droga que se produce en esta área protegida sale a Brasil por su cercanía.
Ante la consulta de Mongabay Latam, el ministro de Medio Ambiente y Agua de Bolivia, Álvaro Ruiz, confirmó la presencia delictiva en el Noel Kempff Mercado. “Las actividades ilegales pueden ser las principales responsables” de los incendios, sostuvo, y añadió que las sospechas recaen en la minería ilegal y el narcotráfico.
Ruiz explicó que en varias ocasiones bomberos forestales y militares sofocaron los incendios en el parque Noel Kempff Mercado, uno de los más extensos de Bolivia, pero que en otros puntos se activan nuevos focos.

Una fuente policial explicó a Mongabay Latam que la presencia de narcotraficantes en el área protegida data de hace más de 40 años y que en un inicio se encontraron plantaciones de hoja de coca, pero luego de varios operativos, se destruyeron laboratorios especializados para fabricar clorhidrato de cocaína. “Esa cocaína refinada se va directamente a Brasil, por la cercanía que hay con el parque Noel Kempff Mercado”, dijo la fuente, que pidió reserva de identidad.
El Parque Nacional Noel Kempff Mercado tiene una extensión de 1 523 446 hectáreas recostadas sobre el oriente de Bolivia, al norte del departamento de Santa Cruz y en la frontera con Brasil. La UNESCO declaró a esta reserva como Patrimonio Natural de la Humanidad en el año 2000. Aun así, esta área protegida viene siendo avasallada por actividades delictivas.
Fue creada en 1979 con el nombre de Huanchaca y con algo menos de la mitad de su tamaño actual. La reserva conoció tres diferentes etapas en su evolución. La inicial, hasta 1986, podría calificarse de inactiva. El parque existía sobre el papel, pero sin presencia física de controles o guardas ni una gestión concreta en cuanto a investigación científica ni cualquier otro tipo de aprovechamiento. La soledad del lugar facilitó su colonización por el creciente narcotráfico que se movía por la región. Dentro del parque comenzaron a funcionar laboratorios de producción de cocaína, se construyeron pistas clandestinas de aterrizaje y el negocio de la droga se hizo dueño de la zona.
El escenario se tornó violento, y fue así cuando el 5 de septiembre de 1986, en la meseta de Caparú, una de las más altas del parque, fue asesinado por narcotraficantes Noel Kempff Mercado, el naturalista más reconocido del país, quien acompañaba a una misión de investigadores españoles.

Tras el asesinato del naturalista
La noticia de la tragedia sacudió a la sociedad y motivó un cambio de actitud hacia el parque. Fue creado el Centro Regional de Conservación de la Naturaleza con la tarea de planificar y gestionar el área, que un par de años más tarde cambiaría de nombre para homenajear al científico fallecido. Allí comenzó un lento proceso de organización que se consolidaría a partir de 1993, cuando dos organizaciones, la local Fundación de Amigos de la Naturaleza (FAN) y la estadounidense The Nature Conservancy (TNC), diseñaron y presentaron un proyecto para la gestión global del área. Ahí comenzaba la época dorada.
En esa misma meseta de Caparú, donde a Noel Kempff Mercado lo sorprendió la muerte, existe una hermosa cascada de agua de 88 metros de altura. Otra de sus maravillas es el río Paucerna, donde se denuncia que hay minería ilegal.
Hace tres meses, la fuerza antidrogas de Bolivia y el Ministerio Público hallaron y destruyeron dos «megalaboratorios» para procesar cocaína en el parque nacional. Estas factorías tenían una capacidad aproximada para producir media tonelada diaria de cocaína de alta pureza. Según la investigación, en uno de estos laboratorios se producía alrededor de 500 kilos de cocaína por día, ya que contaba con ambientes y equipos para la cristalización y purificación de la droga y se identificó que allí operaban «ciudadanos colombianos y brasileños».

El segundo laboratorio se encontraba en proceso de instalación, pues, aunque también tenía ambientes y equipos, aún no estaba operando por falta de instalaciones de luz y agua, según la fiscalía boliviana.
«Nosotros no vamos al parque porque están los narcos en el lugar donde se encuentran nuestras parcelas, ellos están justo donde tenemos que ir”, explicaron a Mongabay Latam investigadores del Museo de Historia Natural Noel Kempff Mercado (MHNNKM), que pidieron resguardar sus nombres por su seguridad.
Estas personas explicaron que esas parcelas para monitoreo se asignaron y visitaron desde 1993. Y que a partir de entonces se incorporaron a una red de inventarios forestales en 2001. “Es una red de más de 200 investigadores de toda la Amazonía. Se publica cantidad de artículos, cada dos años esas parcelas deben medirse para ver la dinámica de cuántos individuos crecieron, murieron, etcétera”, dijo la fuente.
“Cada vez que nos dicen que entremos desde el SERNAP (Servicio Nacional de Áreas Protegidas), a la semana aparece alguna noticia de narcotráfico. No es chiste, son vidas en peligro”, dijeron. Y remarcaron que hay fondos económicos de ingleses y alemanes para esto, pero que desde 2018, aproximadamente, no pudieron retornar, según otro funcionario del MHNNKM.
Según expertos, los narcotraficantes incendian los terrenos del área protegida para abrir caminos, instalar sembradíos de hoja de coca y hasta para construir pistas clandestinas.
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Joao Paulo Berté, delegado policial en la localidad Vila Bela, frontera entre Brasil y Bolivia, afirmó que tienen registro de al menos cinco encuentros armados de narcos en los operativos de la Gefron (policía de frontera). Ocurrieron en los últimos dos años y medio en el límite con el parque Noel Kempff Mercado.
“Hemos logrado identificar colombianos trabajando en las fronteras, son los mejores en la química de la coca. Los traficantes que son de Bolivia contrataron a esos colombianos. Se les ha detectado en Vila Bela haciendo compras. Y tenemos información confirmada de que también fueron detectados en San Ignacio de Velasco”, municipio de Bolivia, dijo Berté.
Transporte de droga
Sobre los actores bolivianos en frontera, el funcionario brasileño dijo que se trata especialmente de familias que trabajan con el transporte. Y que dominan esta parte del negocio. Berté explicó que es precisamente por esta falta de control del transporte que el Primer Comando Capital (PCC) hace el “esfuerzo” de pasar las drogas por Paraguay, territorio que sí controla.
Para Berté, el narcotráfico se intensificó con toda certeza desde la pandemia. Auguró que, en cinco años, la frontera de Bolivia y Brasil tendrá un “crecimiento en violencia”. Pues antes existían entre tres y cuatro familias disputando el negocio del transporte de la cocaína, pero actualmente serían alrededor de 15 clanes.

“Empiezan a disputar territorios, compradores, a denunciarse entre ellos”, dijo. Sobre su certeza de que el PCC opera en Brasil y Bolivia, explicó que se puede identificar a esta mafia por su forma de ataque.
Según la policía antidroga boliviana, los comunarios están involucrados en el narcotráfico por la zona del parque Noel Kempff Mercado y la TCO Bajo Paraguá. Sobre todo en las comunidades de Florida y Porvenir, donde tienen más vegetación para esconderse.
En la investigación hay pistas sobre colombianos que lavan dinero de la cocaína en municipios bolivianos de Concepción, San Ignacio, San Miguel y San Rafael. “En todos lados están los prestamistas, colombianos en moto, que son informantes, saben de los movimientos. Esto es una empresa organizada. Hay narcos con almacenes, compran tierras, tienen estancias por todos lados, alquilan maquinaria a otros agricultores, así legalizan la plata del narco. Hoy esos narcotraficantes son sojeros, ganaderos, y los más grandes son los brasileños”, apuntó la fuente policial.
Mongabay Latam consultó al Viceministerio de Defensa Social y Sustancias Controladas sobre las acciones que realiza en el parque Noel Kempff Mercado. Esta entidad afirmó que se realizan “operativos permanentes” en la reserva. Y que incluso instalaron el año pasado una base móvil que puede albergar hasta 32 uniformados de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN).
Según esta entidad, se realizó una inversión de 3.3 millones de bolivianos (más de 474.000 dólares) para instalar esa base móvil. Se encuentra en la región donde Noel Kempff Mercado acabó asesinado por narcotraficantes.
Imagen principal: la base móvil que se instaló en el parque Noel Kempff Mercado. Foto: cortesía ABI