DOBLAJE
Si hubiera prescindido de un suculento, desmesurado y absolutamente innecesario desayuno habría salido temprano de mi casa y nada de esto hubiera pasado. Pero ya se sabe que la glotonería es una de las cualidades que más saltan en mi persona y que más dan de hablar a los maledicentes. Así que se puede decir que la culpa es mía. Bueno, evidentemente yo no tengo la culpa de que aquel hombre fuera atropellado por una combi asesina y salga volando por los aires y que yo me haya visto obligado a recogerlo en mi carro y llevarlo a emergencias. Pero sí que tengo la culpa de que haber estado ahí justo en ese momento.
El pobre hombre gemía desesperadamente mientras avanzábamos a cinco kilómetros por hora en medio del farragoso tráfico arequipeño. Yo trataba de calmarlo con los pocos medios que tenía: la radio y un abanico que guardo en la guantera …
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