En las últimas semanas, se repite con frecuencia que, luego de esta pandemia, el mundo no será el de antes. Muchas personas, luego de tanto tiempo de encierro, han comenzado a darle valor a las cosas sencillas que no supieron apreciar cuando las tuvieron sin restricción: una reunión con amigos, una caminata, un abrazo… Aunque es muy probable que tanta reflexión quede en nada cuando todo haya pasado, no podemos dejar de preguntarnos qué deberíamos hacer como sociedad para responder al mensaje que esta situación está dejando (prioridades)
Entre las múltiples respuestas, creo que hay una que es fundamental: la próxima vez que elijamos autoridades debemos pensar que serán estas las que dirigirán una crisis económica, ambiental o sanitaria; es decir, que de ellos podría depender la vida -literalmente- de miles de personas. Más allá de ideologías políticas y modelos económicos, estaremos eligiendo a los gestores de nuestra supervivencia. No lo podemos tomar a la ligera nunca más; no debemos elegir con ambiciones ni revanchismos, no más. Otra respuesta es: sin salud no hay nada. Y pensar que, aún hay muchos que se niegan a comportarse de acuerdo con las circunstancias y prefieren zurrarse en la cuarentena para surfear, tomar unos tragos o ir al gimnasio. Ellos, que deberían cargar solos con las consecuencias de su irresponsabilidad, perjudican incluso a los otros que sí cumplen las reglas.
Respuesta tres: nuestras vidas dependen del nivel de humanidad de los demás y esa dependencia es recíproca. Es decir, la educación que se recibe en casa puede construir una nueva sociedad o terminar de destruir la que tenemos.
“Prioridades” fue publicado en Correo Arequipa
[banner id=”117862″]
El Búho, síguenos también en nuestras redes sociales:
Búscanos en Facebook, Twitter, Instagram y YouTube