Como para no dejar de disfrutar de la sensación de color y ritmo, tan propia del mes de febrero en Puno, rememoramos estás imágenes que representan la más grande concentración de danzas y bailarines del folklor en el Perú, ausente después de décadas, a causa de la pandemia.
El derroche de sensualidad y resistencia que cada año se da en el altiplano, con motivo de la Fiesta de la Candelaria, no pudo desplegarse hoy a causa de las medidas de restricción, por lo que miles de danzarines, músicos, coordinadores, artesanos que elaboran los trajes y otros conexos, vivieron su privación, los días tradicionales de fiesta, cada quien a su manera. En todos los casos, la procesión de la Virgen, iba por dentro, por caminos de nostalgia y esperanza de que todo vuelva a la normalidad el próximo febrero. La fiesta no morirá jamás, se han dicho a sí mismos y así
será.
Entretanto, aquí algunas instantáneas de los aspectos más representativos de una fiesta única que todos en el Perú conocen, de una forma u otra…
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