Los sacrificios humanos fueron practicados desde hace miles de años por muchas culturas del mundo. Según un reciente descubrimiento científico, los sacerdotes incas sacrificaban a niñas en el nevado Ampato, ubicado en Arequipa, como ofrendas humanas. Y antes de hacerlo, les daban hojas de coca y también la famosa bebida llamada ayahuasca.
Este procedimiento se realizaba por unos cuatro meses antes de sacrificar a los menores, hace aproximadamente 550 años. Los estudios se aplicaron en los cuerpos congelados de dos niñas albergadas por el Museo Santuarios Andinos de la Universidad Católica de Santa María (UCSM).
La responsable de esta investigación es Dagmara Socha, bioarqueóloga del Centro de Estudios Andinos de la Universidad de Varsovia. Durante dos años, realizó pruebas de rayos X a los cuerpos, los sometió a tomografías para analizar su morfología y analizó bioquímicamente los cabellos de los cuerpos congelados.
El artículo se publicó en la revista científica Journal of Archaeological Science: Reports, y se considera como uno de los cinco principales descubrimientos recientes.
¿Por qué los Incas sacrificaron niñas en el Ampato?
Los arqueólogos descubrieron los cuerpos congelados de las niñas en una zona que servía como un altar de sacrificios en el Nevado Ampato. El hallazgo lo hizo Johan Reinhard, el mismo científico estadounidense que encontró a la Momia Juanita en 1995.
Reinhard reveló que el Ampato era una de las deidades más importantes del imperio, ya que de los glaciares que se formaron en sus cumbres, nacieron los ríos para desarrollar la agricultura.
“Los niños fueron sacrificados porque se produjeron sequías en la zona sur del imperio y erupciones volcánicas. Esto nos hace suponer que se produjeron catástrofes naturales, que impulsaron a los sacerdotes a calmar a sus dioses con niños criados en condiciones de pureza, para aplacar su ira”, reveló el científico estadounidense.
¿Y la ayahuasca?
La ayahuasca es una sustancia preparada en base a las hierbas como Banisteriopsis caapi, que contiene Harmina, un antidepresivo y relajante. De esta forma, los niños no sufrían cuadros de ansiedad y depresión, cuando eran trasladados hasta el nevado.
La UCSM, junto con el Centro de Estudios Andinos de la Universidad de Varsovia, buscarán determinar el origen étnico y la procedencia de los niños sacrificados. Para ello, desarrollarán un nuevo estudio, que incluirá un análisis genético de los cuerpos hallados en los volcanes.
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