La presidenta Dina Boluarte llegĆ³ a Ayacucho, donde su gobierno provocĆ³ 10 muertes, a repartir caramelos entre una portĆ”til que le echaba vivas previamente ensayadas. Entre tanto, los deudos de las vĆctimas mortales reclamaban justicia y la llamaban “Dina asesina”. El nulo avance de la investigaciĆ³n sobre los responsables de las muertes y la revelaciĆ³n de que los jefes de esos operativos, antes que investigados habĆan recibido ascensos y premios; hizo lo suyo. El montaje de una supuesta “popularidad” acabĆ³ con una agresiĆ³n a la presidenta.
SegĆŗn el presidente del Consejo de Ministros, Alberto OtĆ”rola, lo que hubo fue un “mitin multitudinario donde decenas de personas la recibieron de la mejor manera, como la reciben a donde va”. “Hemos visto la protesta de 10 a 15 personas, y deploramos esta agresiĆ³n a quien personifica la naciĆ³n… ella va a seguir viajando a todo el Sur y va a regresar a Ayacucho”, anunciĆ³.
Pero las imĆ”genes muestran a un portĆ”til entrenada que recoge caramelos, a un grupo numeroso de protestantes, a Ruth BĆ”rcena confrontando directamente a Dina Boluarte por la muerte de su esposo, y a la madre de un niƱo de 15 aƱos asesinado por las Fuerzas Armadas, que le dio un jalĆ³n de cabellos a la mandataria.
DĆas antes, ya hubieron conatos de desborde en Ica y Cusco, a donde viajĆ³ Dina Boluarte con una sonrisa falsa y la cara como un riel. Regalos baratos y ninguna menciĆ³n al dolor de las familias de los muertos que su gobierno provocĆ³.
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