Ya llevo dicho que el 28 de febrero de 1865 estalló una rebelión popular en Arequipa denunciando el Tratado de la escuadra española en las Islas Chincha (los chapetones querían recuperar los que fueron sus dominios y, empezaron, por el mejor bocadito de esa etapa histórica ¿las Islas Chincha? ¡Claro! Pues de esas islas se sacaba el guano de islas que, exportado a Europa, era la principal e ingente riqueza que tenía el Perú por aquellos tiempos de Maricastaña).
Tengo también dicho que el coronel Mariano Ignacio Prado, que hasta esa rebelión se desempeñaba como Prefecto de Arequipa, abandonó ese cargo y se puso al frente de la rebelión, la encabezó y con numerosos rebeldes partió a Lima donde se hizo de la Presidencia de la República.
Prado tuvo el tino de nombrar un gabinete ministerial estupendo, que fue conocido en esos días como el gabinete Todos Talentos, denominación que hasta nuestros días se respeta. ¿Quiénes fueron los talentosos ministros de entonces? José Gálvez (Ministro o Secretario de Guerra), Toribio Pacheco (de Relaciones Exteriores), Manuel Pardo y Lavalle (de Hacienda), José Simeón Tejeda (de Justicia e Instrucción) y José María Químper (de Gobierno). De los cinco Todos Talentos, tres eran arequipeños, a mucha honra: Pacheco, Tejeda y Químper. A esa rebelión arequipeña, a Prado, a los cinco Todos Talentos y a los valerosos que pelearon en el Combate del 2 de mayo, les debemos ese triunfo bélico, político e histórico con el que confirmamos la libertad de Hispanoamérica.
(En las citas textuales de esta obra se respeta la ortografía de los originales)
Juan Guillermo Carpio Muñoz
Texao. Arequipa y Mostajo. La Historia de un Pueblo y un Hombre
Tomo I. Pág. 193
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