La relación entre Alberto Fujimori y la ciudad de Arequipa siempre fue complicada. Tras la histórica silbatina que el exdictador recibió en la inauguración de los Juegos Bolivarianos 1997, en el Estadio de la UNSA, el cisma entre el León del Sur y el autócrata no hizo mas que empeorar con el paso de los años. El Búho reportó a detalle en las páginas de su semanario la última etapa de la dictadura fujimorista en la ciudad blanca. Aquí una recopilación de los hechos.
La telaraña del poder: Tejes y manejes políticos en Arequipa
Un viernes 3 de marzo del 2000, salió a circulación el primer número impreso del semanario El Búho. Esta edición expuso una forma distinta y alternativa en cuanto a la manera de hacer prensa en Arequipa. En ese número se exponen y los tejes y manejes tras bambalinas en la Arequipa del 2000, muestra el panorama político en un año de quiebre para la democracia en nuestro país. A continuación el texto original.
Una noche de fines de 1998, en horas poco convenientes, la estridencia de teléfono habría interrumpido la tranquilidad de la residencia del entonces prefecto, Héctor Zuzunaga Meneses, quién, molestó, comunicó a su interlocutor que no estaba dispuesto a ser importuno de esa manera y que volviera a llamar al día siguiente.
A pesar de su probada lealtad al régimen pocos días después Zuzunaga fue relevado del cargo. Al otro lado del hilo telefónico, esa aciaga noche, habría estado el general Abraham Cano Angulo, jefe de la Tercera Región Militar.
Su reemplazante, Javier Quezada Rivas, afirma que su función principal es difundir y promocionar las labores del gobierno. Cierto que el cargo está desde hace mucho venido a menos, pero si antes el prefecto cumplía con cierta solemnidad los roles protocolares, ahora da la impresión que sólo privilegia el papel de acompañante del general Cano en las multiplicadas visitas ministeriales.
Como sus antecesores, Quesada no pierde oportunidad de proclamar las virtudes que, desde su perspectiva, adornan al mandatario de la nación y a su gestión de gobierno. Sin embargo, su “performance” parece no satisfacer del todo las expectativas de quienes lo colocaron al frente de la Prefectura, pues no han sido pocos los rumores que han circulado en los últimos meses especulando sobre su destitución.
El prefecto no parece consciente de su real situación, por lo que en semanas previas al 9 de febrero se habría dado el lujo de invitar a algunas personas, para que conformen la lista de aspirantes al Congreso de Perú 2000. Incluso se dice que el prefecto estaría confiado en que en un eventual tercer gobierno del ingeniero Fujimori, pasaría a formar parte del gabinete ministerial. El impresionante despliegue policial que lo acompaña a donde quiera que va, abonaría este sueño, pero la realidad es que el cargo pesa menos que una pluma.
Vladimirito en Arequipa, durante el régimen de Fujimori
Aunque nadie lo diga públicamente, las figuras y trajines de Vladimiro Montesinos y Absalón Vásquez, quienes gozan de un poder mucho mayor del que sus cargos oficiales les confieren, se reproducen en lares mistianos con similares características.
El súper asesor presidencial, tendría fuertes hilos sujetando los mecanismos del poder en esta, su tierra natal. Entre los personajes a quienes se habrían ungido con el poder está su amigo de infancia y compañero de promoción en el colegio: Daniel Postigo Cerpa.
Su cargo oficial es de director de Circulación Terrestre, dependencia de la Dirección Regional de Transportes, pero la verdad parece ser que de él depende incluso sus superiores. Sus predecesores se limitaban a firmar las licencias de conducir y declarar a la prensa con respecto a la ampliación de plazos para el canje de estos documentos. Algunas denuncias de “mafias” al interior de esta oficina era lo más resaltante de su quehacer público.
Pero Daniel Postigo trasciende su despacho de Pampita Zeballos y está presente en cuánta visita oficial llega a nuestra ciudad. Su actitud y el tratamiento que recibe, no es el de un funcionario de segunda línea. Los representantes del gobierno, incluidos los ministros que llegan de la capital, coinciden en hospedarse sin excepción en La Maison De’Elise, que termina convirtiéndose en una suerte de punto de operaciones descentralizado del gobierno de turno.
Este hospedaje de la Alameda Bolognesi (Arequipa) es, como era de suponerse, de propiedad de Postigo. La comida escogida es casi siempre de restaurante Sol de Mayo, también de propiedad de Postigo y sus hermanos.
Algunos lo creían representante del Ministerio de la Presidencia, pues aparece allí en donde se coloque la primera o la última piedra de las obras que se anuncian en cartel naranja. Férreo defensor del lema: “Perú, país con futuro”, se encarga de distribuir polos y gorros con este distintivo, empeñándose en que hasta los periodistas luzcan estas prendas en las visitas de ministros.
Pero la labor del llamado “Vladimirito de Arequipa” no se reduciría a la abierta campaña de reelección, se cree que él está encargado de informar al paisano y asesor presidencial acerca del desenvolvimiento de los personajes políticos de la región, lo cual redunda en el nombramiento o destitución en importantes cargos.
Se dice también que, a raíz de algunas influencias en el Poder Judicial, pudo sacar libre de polvo y paja a José Ugarte Rodríguez, exgerente general de Credicoop. Cuando está cooperativa paso de la boyante bonanza a la quiebra total por causas nunca bien explicadas, esto le valió numerosos juicios emprendidos por los socios que lo perdieron todo, pero nunca prosperó ninguno de los procesos. Ugarte es cuñado de Postigo.
El generalísimo
Igual o mayor conexión con Montesinos tendría el comandante general de la Tercera Región Militar, general Abraham Cano Angulo, a quién le espera supuestamente el Ministerio de Defensa si Fujimori es reelecto. Como las autoridades civiles lo sabrían muy bien, es a él a quién hacen referencia en toda ceremonia oficial, por encima de otras autoridades como el alcalde, el arzobispo, o el presidente regional.
El general se ha dedicado a la ardua tarea de asfaltado de pistas y a dar una suerte de “recomendaciones” de las que depende el apoyo gubernamental. En tal sentido el alcalde de Miraflores, Arturo Valderrama, ha denunciado en más de una oportunidad que las famosas acciones cívicas favorecen sólo a los distritos cuyos burgomaestres se han adherido al oficialismo.
Por eso todas las autoridades locales no dudan en otorgarle el lugar de invitado de honor y es que, si algo se quiere del gobierno, habría que pedírselo a él. Se dice de muy buena fuente que incluso cuando el Banco de la Nación demorada excesivamente la respuesta a la solicitud de préstamo del Consejo Provincial de Arequipa, que se encontraba en la virtual bancarrota, el general Cano se ofreció de intermediario para salvar el impasse.
La intromisión del jefe de la Tercera Región Militar en asuntos civiles es tan evidente, que los periodistas no dudan en preguntarle sobre cualquier tema y él, a diferencia de sus antecesores, no responde “no puedo pronunciarme sobre ese asunto” o “no me competen”, sino que se despacha a sus anchas. No contento con ello, a través de Postigo, habría reclutado a su propio equipo de prensa autodenominado “Periodistas Unidos”, para encargarse de labores, como las famosas publicaciones de las cartas de renuncia a Somos Perú que plagaron los medios hace algún tiempo.
En la despiadada lucha que sostuvieron quienes pretendían ocupar un lugar en la lista de congresistas de Perú 2000, se especula que fue nuevamente el general Cano quien logró influir a nivel superior, favoreciendo a Rubén Terán, director ejecutivo de Autodema, pero sobre todo amigo suyo y de Daniel Postigo.
Conocido por su constante mal humor, largos e ininteligibles discursos, y su cuestionada gestión en la Dirección Regional de Agricultura de Arequipa, Oscar Vásquez Vásquez es uno de los personajes locales a quienes se vincula con otros de su mismo apellido, Absalón, hoy cabeza de lista de los aspirantes oficialistas al Congreso. Desde que ocupó la presidencia del Consejo Transitorio de Administración Regional, entidad que todos conocen como Gobierno Regional, Olger Vázquez hizo más clara su filiación política progobiernista, dejando atrás la estrella aprista que también alumbró a Absalón.
Siempre esquivo con la prensa, se ha dedicado a visitar el interior de la región, en donde tenía que competir con su sucesor en la Dirección de Agricultura, Danilo Loaiza. Absalonistas los dos, no han escatimado esfuerzos por ganarse el apoyo de grupos organizados de agricultores, ganaderos y microempresarios, al parecer con la intención de obtener la ansiada candidatura al Congreso de la República, que finalmente no consiguieron.
Varias veces se voceó la remoción de Vázquez en el Gobierno Regional sobre todo tras los reportajes que los diarios Correo y la República publicaron con graves denuncias en su contra, pero el padrinazgo lo habría salvado.
Los caídos del palto
Cuando Cambió 90 era todavía el brazo político de Fujimori, Leopoldo Rondón Fudinaga, su secretario general en Arequipa, gozaba de gran influencia. Fue a instancias suyas que su hermano Gustavo ocupó la Dirección Regional de Salud y se convirtió en el candidato a la alcaldía provincial por el movimiento Vamos Vecino. Pero poco a poco, Leopoldo Rondón ha ido perdiendo su poder. Primero no pudo impedir que cesaran al carismático Gustavo, y luego fueron inútiles sus esfuerzos por incluirlo en la lista de candidatos por Arequipa al Congreso.
Eso va aparejado con el descenso de popularidad en las esferas capitalinas del otrora poderoso Gilberto Siura, quién habría tenido que efectuar máximos esfuerzos para quedarse en la lista de Perú 2000 a tentar la reelección.
El secretario general de Perú 2000, un ilustre desconocido llamado José Sialer, protagonista por breves días de las movidas al interior de la alianza del mismo nombre, ha pasado también a segundo plano. El único personero y vocero autorizado es el alcalde de Yanahuara, Ernesto Alarcón, de amplia trayectoria en el Frenatraca y hoy íntimo de Postigo.
Otro personaje que también aparecía como ungida de poder es la jefa del Pronaa, Sonia Sánchez. El apoyo – vía distribución de alimentos – que brindó a los candidatos de Vamos Vecino en las elecciones municipales, denunciado por la prensa independiente en aquella oportunidad, se esperaba fuera suficiente. Pero al centralismo político, no alcanzó ni el visto bueno de los jerarcas locales.
Así está tejida la telaraña del poder en Arequipa, con los mismos vicios e irracionalidades que la caracterizan a nivel nacional, pero con el agravante que la concentración de poder en la capital, la hace solo un instrumento de una mayor acumulación.
Arequipa: lo bueno, lo malo y lo feo en una década de fujimorismo y centralismo
El 17 de marzo del 2000 salió a circulación el tercer número impreso del semanario El Búho. En este reportaje, a cargo de José Luis Ramos, se analiza el desarrollo de la región Arequipa, en base al centralismo imperante durante la década de mandato de Alberto Fujimori, tras su caida. A continuación el informe.
El mandatario nunca olvidará la sonora silbatina que sufrió en el estadio de la UNSA. Arequipa siempre ha mantenido una conflictiva relación con el régimen y es que, como veremos, no le faltan motivos para protestar.
Infraestructura en tiempos de Fujimori
La infraestructura básica es una preinversión que propician la modernización de las ciudades al atraer inversiones públicas y privadas, aunque no todos los gobernantes lo han entendido así en los gobiernos anteriores al del ingeniero Fujimori. En Arequipa se iniciaron, en algunos casos se concluyeron, importantes proyectos de infraestructura que constituirían la base del desarrollo de nuestro departamento.
Entre ellos podemos mencionar el proyecto Majes, Cerro Verde, la ampliación del puerto de Matarani, el Parque Industrial del Palomar, cemento Yura, Charcani V y el mejoramiento y la ampliación de la carretera Panamericana. La globalización y el vertiginoso avance tecnológico hicieron que todo esto no sea suficiente para andar al ritmo necesario para no ver decaer nuestra economía. Esto vale para todo el Perú, pero en especial para las provincias que a los factores foráneos deben sumar un centralismo asfixiante (Lima concentra el 53% del PBI, 35% de la población, 75% de la capacidad industrial, 79% de las colocaciones bancarias y 85% de las inversiones).
Durante los dos gobiernos de Fujimori nuestra infraestructura vial transversal no tuvo mejoras significativas salvo la 100 veces postergada pavimentación de la carretera Arequipa – Juliaca, que actualmente se encuentra en ejecución. Esto es todo un suceso, si consideramos que en el sur del Perú solo el 10.2% de las carreteras están asfaltadas.
En cuanto a la infraestructura ferrocarrilera debemos decir que prácticamente quedó inoperativa.
Durante dos décadas se la dejó morir, llegó a tener solo el 25% de sus máquinas funcionando. Luego vino un préstamo del Banco Mundial de 35 millones de dólares y la entrega en concesión por 30 años de los Ferrocarriles del Sur empresa Containers & Peruval, sin embargo hasta ahora no se nota ninguna mejora sustantiva. Muy lamentable, si recordamos la importancia que tuvo hace algunas décadas y si entendemos la potencialidad que posee para el proyecto de integración de la Macro región sur.
El sistema interconectado del Sur (SISUR) es un factor positivo. La unión en 1997 de las redes eléctricas de Arequipa, Socabaya, Tiabaya, Machupicchu, Juliaca, Puno, Toquepala y Tacna han permitido obtener un excedente de 10%, pero que de por sí aislado no puede convocar importantes inversiones En los sectores productivos, Arequipa cuenta con un puerto mayor, Matarani, y dos menores, Mollendo y Atico, además de la caleta de Quilca y Matarani operativo desde 1947 y renovado en 1984, sólo se ha movido por inercia.
En la última década, casi se ha perdido totalmente el tráfico de exportaciones bolivianas, el que se ha trasladado a puertos chilenos.
No se ha invertido en la renovación ni en los equipamientos operativos de los puertos. El mantenimiento de las naves, el abastecimiento del agua y combustible, el avituallamiento, la carga y descarga se hacen con tecnología atrasada ocasionando esperas y mayores costos a las compañías navieras. Lo mismo sucede con las operaciones de retro puerto (almacenaje, embalaje, despacho y control). Además, hay que tener en cuenta que el éxito de un puerto depende en gran medida al sistema vial al cual está conectado. En este caso es el del ferrocarril, pero ya hemos señalado la grave crisis por la que atraviesa este sector.
Pese a todo, el movimiento total de mercadería ha tenido un crecimiento de 23.6% en 1995 fue de 849 mil 345, 98 toneladas y en 1998 de 1 millón 50 mil 135 toneladas. El aumento de volúmenes ha venido todo por el lado de las importaciones de autos usados. Pero según los expertos esto no va a durar mucho tiempo más (en 1996 ingresaron mil 825 ton. Y en 1998 46 mil 707, es decir, un crecimiento de 2 mil 559 por ciento).
Pero estos datos pueden resultar engañosos sino los comparamos con el puerto de Arica, por ejemplo. El terminal marítimo chileno en el periodo 94 – 95 recibió 469 naves y 1024708 TM, mientras que Matarani Atendió 179 naves que llegaron con 842726 TM.
Esto resulta contradictorio si tenemos en cuenta que el puerto de Matarani está mejor ubicado que sus pares de Arica, Iquique. Pero estos dos están mucho mejor equipados.
Muy relacionadas con la actividad de los puertos están las dominadas zonas francas. En el Perú, en 1989 se crearon las industriales de Ilo y Matarani y la comercial de Tacna. Sólo la última tuvo cierto éxito. En 1996 se intentó modificar la situación con la creación de los centros de exportación, transformación, industrias, comercialización y servicios (CETICOS). Pomposo nombre para el conjunto de talleres que se dedican a cambiar de lado el timón de los vehículos importados de segundo uso y es que la escasez de recursos locales hace poco atractivas las condiciones para invertir. La dependencia externa y su baja capacidad tecnológica hace el resto.
Algo similar ocurre en nuestro aeropuerto cuyo pavimento y longitud de pista de 2980 kilómetros hacen imposible el arribo de naves de gran tonelaje. Nada se ha hecho a pesar que el movimiento aéreo en Arequipa creció en 400% de 1991 a 1997.
Muevan las Industrias
El gobierno de Fujimori se caracteriza por haber pasado de manera traumática del proteccionismo a la apertura total. Muchas industrias colapsaron y otras sólo sobreviven, las de Arequipa no son la excepción.
El modelo económico vigente, que controla la inflación con la recesión, ha hecho que el 70% de las industrias mineras tengan capacidad instalada ociosa hasta en un 30%.
El 80% de los equipos fueron adquiridos antes de 1990 y sólo 12% tiene plantas automatizadas totalmente.
Un análisis del PBI puede dar luces acerca del problema de las Industrias. En 1992 Arequipa tenía el 6.35% del PBI nacional y en 1996 sólo el 6%. Si consideramos que nuestra región alberga al 18% de la población nacional, podemos concluir que existe un déficit de 5%.
Pero lo más grave tal vez no esté en la reducción de la actividad económica, sino en el tipo de sectores que están concentrados en las inversiones. Hay una tendencia a la postergación de la economía regional con la consecuente caída de la actividad manufacturera combinada con el crecimiento del sector terciario.
Industria sin chimeneas en Arequipa
Aunque el número de turistas ha aumentado en los últimos años, la calidad de los servicios y el tamaño de las empresas relacionadas con esta actividad económica no han registrado mayor avance. Y es que, a pesar de que los atractivos son locales, los operadores son de la capital. El turismo también está marcado por el centralismo. Paradójicamente, a medida que iba aumentando el número de visitantes extranjeros, iba disminuyendo el número de agencias de viajes.
En lo que se refiere al turismo interno, es notorio su decrecimiento. En una economía de subsistencia no basta declarar días feriados para que la población viaje en busca de atractivos turísticos.
El patito desempleado
El efecto más pernicioso del modelo económico que patrocina el gobierno es sin duda el desempleo. Según la encuesta Nacional de Hogares de 1997, el desempleo en el país es de 8.3%. No existen datos oficiales sobre esta variable en nuestra región, pero utilizando algunos estudios del INEI y otros elaborados por profesionales independientes se llega a la escalofriante conclusión que Arequipa es el departamento con mayor índice de desempleo en el Perú. Nada menos que el 15% casi el doble del promedio nacional. En tanto el subempleo llega a 65% y sólo un 20% está empleado adecuadamente.
La situación se agrava si consideramos que quienes tienen un empleo laboral, en su gran mayoría están en sectores no productivos propiamente dichos.
Veamos ahora los niveles de ingreso. Un estudio de convenio PROSUR, UNSA, CAF encontró que, entre abril y septiembre del año pasado, había registrado una disminución preocupante en valores constantes de 329.5 dólares a 307.6 dólares mensuales (promedio). Si analizamos esta variación por estratos, encontraremos que el sector más acomodado ha visto crecer sus ingresos, mientras que el resto cada vez gana menos.
El aspecto social en Arequipa durante el mandato de Fujimori
El hecho que la provincia de Arequipa concentra el 85% de la población de la región, provoca distorsiones al momento de evaluar niveles de pobreza. Pues los promedios parecerán bastante aceptables a los funcionarios públicos que parecen no darse cuenta que tras las cifras estadísticas departamentales se oculta una penosa realidad sufrida por los pobladores de las zonas alto andinas y rurales de Arequipa, que no se diferencia en nada a la vivida en los lugares más pobres del país.
En 1993 el 41% de los hogares en la región tenían por lo menos una necesidad básica insatisfecha. Otro dato que preocupa es que, si bien el analfabetismo se viene reduciendo porcentualmente año tras año, no sucede lo mismo en cifras absolutas. La realidad es que cada vez hay más iletrados. Y la calidad de la educación sigue dejando mucho que desear sobre todo en las zonas alejadas.
El trato a la Universidad Nacional de San Agustín merece mención aparte. Pese a haber sido una de las pocas universidades estatales que ha progresado de manera continua, el gobierno ha venido recortándole sistemáticamente su presupuesto.
En cuanto a salud, es innegable la disminución de enfermedades fácilmente prevenibles, pero hay indicios que está ocurriendo lo que se llama la transición epidemiológica. Esto es, el incremento de las enfermedades con causas de orden estructural, con respecto a las frecuentes y estacionales.
Otro aspecto a tener en cuenta es la debacle de las organizaciones sociales. Prácticamente no ha quedado sindicato en pie y hasta entidades como la Cámara de Comercio no logran recuperar el liderazgo que las caracterizó en épocas pasadas. En tanto las nuevas organizaciones nacidas de la necesidad, como los comedores populares, vienen desnaturalizándose por el chantaje electoral, y el descarado intento de hacerlas parte del clientelismo político.
En cuanto a la vivienda, mediante ENACE y el Banco de Materiales, se logró construir, entre 1981 y 1993, alrededor de 30 mil casas. Sin embargo, este crecimiento urbano no se enmarca dentro de un plan de desarrollo integral. Los municipios se vieron afectados en esta importantísima tarea por las atribuciones otorgadas a COFOPRI y se teme que la cosa empeore con el PROFAM.
La institucionalidad
Durante estos diez años de gobierno, su mayoría parlamentaria ha conseguido destruir o desnaturalizar a las instituciones que deben velar por la democracia y el estado de derecho.
Producto del centralismo, y bajo la fachada de establecer sedes descentralizadas, el Tribunal Constitucional dejó de funcionar en Arequipa y se instaló en Lima; aunque mutilado como está, no tiene mayor actividad.
La Corte Superior de Justicia de Arequipa se ha visto fortalecida en cuanto a infraestructura y equipamiento; pero en cuanto a su esencia deja mucho que desear. La mayoría de sus jueces son provisionales y suplentes. Además, se ha destruido la tradicional majestad de los vocales superiores para que en la sala plena elijan al presidente de la Corte. La comisión ejecutiva primero establecido qué tan alto cargo sería alcanzado por concurso y luego, desde 1999, se optó por Designar al presidente a dedo. Una lástima que el Dr. Berly Cano, magistrado de intachable trayectoria, haya tenido que llegar a este puesto mediante ese sistema.
La Defensoría del Pueblo es una de las pocas instituciones que ha logrado mantenerse totalmente independiente al régimen. La evaluación de su actuación, especialmente en cuanto a la liberación que de los inocentes se hizo con otras instituciones, es muy loable. Su representación en Arequipa, también ha tenido importantes avances.
Arequipa dijo no al fraude: Recuperando al León del Sur
La edición N° 4 del semanario El Búho fue publicada el 24 de marzo del 2000. En aquella ocasión, Arequipa había expuesto su mayoritario rechazo a la tercera candidatura de Alberto Fujimori a la Presidencia de la República. Para ello, se realizó un multitudinario mitin en la Plaza de Armas, que recordó a Arequipa porque era conocida como el León del Sur. Aquí la historia.
Después de mucho tiempo, la Plaza de Armas de Arequipa se vio repleta. Gente de toda condición, marchó y se emocionó tras el vibrante discurso del alcalde Juan Manuel Guillén, y el ensordecedor rumor de la multitud. Además de exigir que el presidente Fujimori ponga fin a la controversia deponiendo su candidatura, Guillén invocó a los demás candidatos a unirse detrás de una candidatura única.
“Aún hay tiempo” dijo, antes de bajar, y cargado en hombros, presidir una contundente manifestación de protesta contra las maniobras, la manipulación, la falta de transparencia y la burla en qué se ha convertido el presente proceso electoral.
Perdido el miedo y alentados por las encuestas que por primera vez, le da un triunfo al candidato Alejandro Toledo en una segunda vuelta, miles de pobladores repitieron este cuadro de protesta en varias ciudades del país.
Este hueco en el panorama electoral se produce justo 24 horas antes de vencerse el plazo para la publicación de encuestas, en medio de una atmósfera cada vez más encarecida por nuevas denuncias. A las ya conocidas se suman la posible intervención de otro miembro de la ONPE en la supuesta falsificación de firmas de Perú 2000, y la presunta falsificación de firmas de otra agrupación ligada al gobierno, que a última hora no logró inscribirse. Se trata de la llamada Alternativa Democrática, conspicuos representantes en nuestra ciudad. Precisamente “esta agrupación lidera la contramarcha que se ha previsto para hoy”.
Por su parte, el presidente candidato, ha perdido lo que le queda de pudor y se ha lanzado con todo al aparato estatal, en una campaña que, hasta él adivina perdida, por lo menos respecto a un triunfo en primera vuelta. Decididamente, el destino del país se decidirá en segunda vuelta.
Esta semana el presidente viajó al Cusco con toda la maquinaria estatal cuando iba en su calidad de candidato, mientras sus ministros están de gira por todo el país. Entregando títulos, alimentos, y cuánto puede servir para alentar la reelección. Sólo en esta semana, cuatro ministros estuvieron en nuestra ciudad.
Mientras la marcha transcurría ruidosa por el centro, el ministro de Salud ofrecía nuevo equipamiento en el hospital regional y el ministro de Transportes entregaba títulos en Hunter. El ministro de la presidencia, por su parte, regalaba a sus anchas el 30% del presupuesto nacional que tiene asignado su despacho. Estos dos últimos se han vuelto especialmente asiduos en Arequipa.
En este clima, se espera más reacciones a la valiente actitud adoptada por el pueblo arequipeño y su alcalde. Los días que vienen son decisivos y la oportunidad, única.
Recuperando al viejo León del Sur de Arequipa
Después de las 9:30 de la mañana, el ingreso al centro de la ciudad se hizo literalmente imposible. Combis, ómnibus y microbuses debieron modificar sus rutas y retornar al área periférica. Los manifestantes ingresaron a la plaza por sus cuatro costados; mientras en la calle Jerusalén los desprevenidos conductores debieron esperar casi 2 horas hasta que la marcha concluyera.
Un mono que representaba al SIN y un chino disputándose el primer pisotón sobre la Constitución. Muchos muñecos representando al mandatario fueron quemados cual Judas, en medio de ensordecedores gritos y algarabía.
Pese a que los manifestantes provenían de diversas canteras políticas, sindicales y barriales, voces enronquecidas, al unísono gritaron un rotundo “no al fraude”. Entre los pobladores también se infiltraron grupos de desconocidos que quisieron provocar hechos violentos que no prosperaron.
En este escenario, tal como se había anunciado, hizo su aparición el alcalde provincial, quien inició un encendido discurso. “Después de mucho tiempo estamos recuperando al viejo León del Sur y desde aquí le decimos al ingeniero Fujimori que retire su candidatura”, dijo desafiante al tiempo de cuestionar su calidad moral porque “un auténtico gobernante es aquel que une, no aquel que enfrenta”.
Juan Manuel Guillén se refería a la polarización que hoy sufre el país y que en Arequipa ha motivado incluso la convocatoria a una marcha en apoyo del gobierno para hoy. Adelantándose a los hechos, Guillén preguntó a la masa ¿A quién han chantajeado para estar hoy aquí, a quién han presionado para estar hoy aquí?. La respuesta fue un sonoro “a nadie”.
Finalmente, el burgomaestre pidió a los candidatos de la oposición unirse tras un solo candidato para derrotar en primera vuelta a Fujimori.
Como es mejores épocas, el alcalde bajó del balcón y se confundió con la compacta multitud que abarrotaba la Plaza de Armas. No faltaron quienes lo alzaron en hombros para marchar y dar una vuelta triunfal por nuestra plaza mayor. El régimen ya está advertido.
Arequipa contra el fraude: manan Fujimori
El 26 de mayo del 2000 se publicó la edición N° 13 del semanario El Búho. Como en los últimos 20 años, nuestro medio ha cubierto las protestas icónicas de Arequipa. En este caso, un Alberto Fujimori bastante criticado llegaba a la Ciudad Blanca, para realizar un mitin con miras a su tercera elección presidencial. A pesar de las portátiles y los esfuerzos de los organizadores al mando del fujimorismo, la población de manera espontánea empezó a reunirse en la Plaza de Armas, para exigir que Fujimori se vaya de la ciudad. Aquí una crónica de aquellos hechos.
Los observadores de esta turbulenta campaña electoral inciden en que el candidato presidencial Alberto Fujimori vivió su noche, tras el lunes pasado en la Plaza de Armas de Arequipa. Desde la mañana, los characatos demostraron que no estaban dispuestos a ser parte de la farsa
Todo comenzó cuando entre 8 y 9 de la mañana, arremolinada como siempre ante los puestos de periódico, se enteró por los titulares de los diarios locales que Fujimori haría un mitin en la Plaza de Armas ese día: lunes 22 de mayo del año 2000. Como siempre, se suscitaron pequeñas discusiones entre los marchantes, cada vez menos defensores de Fujimori y las expresiones de rechazo más sagradas y desafiantes.
El día anterior se había producido un mitin organizado por la AUPA donde ya se pusieron de manifiesto los ánimos de la población cuando pifió sonoramente a Olger Vázquez, presidente del CTAR y un funcionario de COFOPRI. En contraste, sacó en hombros al alcalde Juan Manuel Guillén Benavides, básicamente en reconocimiento a su posición en defensa de la democracia.
Los preparativos
Eso mañana no sólo se vivía un clima agitado en los locales de Perú 2000, algunas dependencias públicas también estaban llenas de movimiento; como ya se ha hecho costumbre cuando llega el presidente candidato. Pero el lugar donde se cocían las habas era otro: el local del FREDICON de Felipe Domínguez, ubicado en la calle Consuelo.
Desde tempranas horas de la mañana hasta el lugar llegaban dirigentes de asentamientos humanos de distintos puntos de la ciudad, para entrevistarse con Edmundo Laguna Bustamante. ; encargado de entregar el dinero que debía servir eado para el pago de las unidades de transporte, que por docenas más tarde trasladaron a las humildes madres de los comedores populares hasta la Plaza de Armas.
La pregunta es si el FREDICON tiene tantos fondos para solventar esos onerosos gastos, o en todo caso quién entregó el dinero a Laguna para que esté a su vez lo distribuya. Las llamadas telefónicas hacia la Maison de Eliseo de propiedad de Daniel Postigo eran frecuentes.
En este local también se preparaban miles de banderitas de Perú 2000 y otro tanto de afiches. La pregunta insistente de los visitantes era si esta vez iban a regalar polos. Otras denuncias señalan que Domínguez llegó a ofrecer 200 soles a quienes lograran reunir 10 personas nuevas para asistir al mitin (20 por cabeza). De nuevo la pregunta, ¿quién corrió con estos gastos?
Fujimori, fuera de nuestra plaza
Mientras tanto, a las 11 de la mañana en la Plaza de Armas se iniciaba el armado del estrado, donde horas más tarde llegaría el ingeniero Alberto Fujimori. La policía cerró el tránsito en la vía del Portal de Flores y un timorato Edgar Valcárcel, dirigente de los choferes de combis y acérrimo opositor a la campaña contra la contaminación, se encargaba de coordinarlo todo.
Llegado al portal el camión de Alcisa, la empresa capitalina contratada para esta tarea, los chiflidos de los que circulaban por el lugar se hicieron presentes, la oposición para la edificación del estrado provocó que los trabajadores no se animaran a armarlo. Ciudadanos de toda clase los instaban a no sumarse al fraude y les hablaban como pobladores, finalmente desistieron del intento.
Hechas las coordinaciones con Valcárcel y un misterioso interlocutor en su camión trasladó al portal de San Agustín, donde se empezó a armarlo. Esto enojó más a la población que ya se empezaba a reunir espontánea y pacíficamente. No había ningún líder que los guiara o instara a hacerlo. Apenas iniciaba el armado de los tubos y fierros se protagonizaron algunos incidentes.
Las personas se apostaron en la vía arreando arengas contra el candidato presidente y el proceso en sí; “fuera, fuera”, “Arequipa dice no al fraude” cuando los 10 o 12 empleados llegados de Lima, quisieron iniciar el armado del estrado, los fierros les fueron arrancados de las manos, algunos otros manifestantes golpeaban el camión pidiendo que se retire. En unos 15 minutos lograron su cometido, recogieron los materiales y se fueron, lo que despertó la algarabía de los presentes.
Edgar Valcárcel, qué miraba todo desde un auto rojo junto a su hija, inicia la retirada como si su presencia obedeciera sólo a una casualidad.
Luego de algunos minutos volvió pero ahora caminando. Por un momento defendió a los responsables de la empresa que, textualmente, eran obligados a retirarse, sin embargo cuando la gente inició fuertes gritos en contra del régimen de Fujimori, otra vez se hizo el de la vista gorda para no volver más.
Calmados los ánimos, los trabajadores de la empresa Alcisa, volvieron al Portal de Flores, pues por la rápida huida habían dejado olvidado algunos a los tubos que servían para el armado del estrado. Esta actitud enfureció aún más a los pobladores, algunos de los cuales se llevaron tubos para arrojarlos por los alrededores de la plaza.
Informado Daniel Postigo del incidente, se habría comunicado con el general Alfonso Cateriano, jefe de la Región Policial, preguntando por los refuerzos. Los refuerzos era un centenar de policías vestidos de civil, expertos en trabajo de multitudes que habían llegado de Lima esa mañana y confiados, se encontraban paseando por la ciudad.
Varios portatropas se movilizaron hacia la plaza con efectivos de la DINOES. Debidamente armados y escudados. La orden fue desalojar la plaza para que el estrado pudiera armarse rápidamente, porque ya se había perdido mucho tiempo.
Los presentes en la plaza se negaron a retirarse de ella para impedir un nuevo intento de armado, sin embargo transcurridos algunos minutos luego de un fuerte contingente policial qué cercó la plaza por las cuatro esquinas, no se permitió el ingreso de nadie y se procedió a echar a los manifestantes por la calle del puente Bolognesi.
Con bombas lacrimógenas y fuertes golpes los obligó a retirarse. Eran las 2:20 de la tarde.
Postigo mandando y Vizcardo bizqueando en mitin de Fujimori
A las 3 de la tarde otra vez empezó a ingresar la gente a la Plaza de Armas. Se trataba de los policías vestidos de civil, vinculados al servicio de Inteligencia del Ejército, que fueron convocados rápidamente por sus celulares.
Entre ellos fue notoria la presencia de dos camarógrafos de la Tercera Región Militar que filmaron a todos los periodistas y a los contra manifestantes agrupados en las esquinas de la plaza. Con tal desfachatez era evidente que el fin era amedrentar.
Algo que llamó la atención fue la presencia de medio centenar de adolescentes de Defensa Civil que fueron apostados en el segundo piso de los portales.
Con este inusual despliegue de seguridad pudieron ingresar los vehículos que transportarían el estrado y los enormes parlantes; pese a que los manifestantes intentaron impedir su paso por las calles aledañas, donde también fueron reprimidos.
En el primer vehículo llegó un tipo de gran contextura y de actitud abiertamente matonesca al que nos referiremos después. El camión era de procedencia japonesa, lo que se intentó ocultar sobre pintando los símbolos que caracterizan a las unidades de transporte niponas.
A las 4 de la tarde ya habían alrededor de un centenar de personas. Era evidente que algunos civiles habían logrado esquivar los cercos policiales. Entonces el matón al que nos hemos referido, escoltado por otros cinco, empezaron a acercarse a quiénes se les consideraban sospechosos y con amenazas o simplemente empujones los sacaban de la plaza. Al ver esto empezamos a seguirlos para ser testigos de la total impunidad con la que actuaron en medio de centenares de policías.
Grande fue nuestra sorpresa cuando llegaron hasta el centro de la plaza y el cabecilla se acercó a recibir instrucciones. Era nada menos que Daniel Postigo, militar retirado que funge de director de Circulación Terrestre; pero que en realidad según todos los indicios representan a Vladimiro Montesinos en Arequipa.
De inmediato intentamos tomarle una foto. Como suelen hacerlo los delincuentes, ordenó a los matones que nos quitaran la cámara. Se inició entonces una persecución contra un medio en la plaza sin que ningún policía moviera un dedo. Finalmente la colaboración de otras periodistas y la circunstancia de presencia del fiscal Manuel Vizcardo y de su adjunto hicieron desistir a los matones.
Cómo estos nos lanzaron amenazas y se quedaron mirándonos horas antes del mitin de Fujimori, pedimos garantías a Vizcardo, fiscal de prevención del delito. Él nos contestó, “que no había visto nada. Vayan y sigan tomando fotos y si algo les pasa preséntense mañana la Fiscalía para presentar la denuncia”. Los hombres de prensa de inmediato la increparon su actitud recordándole que su función es la “de prevenir la comisión de delitos”; a lo que contestó muy orondo que él “no puede ser nuestro guardaespaldas”. Entonces no nos queda más que reírnos, “nunca más una foto para el más figureti de los fiscales”.
Contrariamente a la actitud del abogado Vizcardo, las muestras de solidaridad de algunos de los presentes no se hicieron esperar. “Váyanse de inmediato, ese al que le han tomado la foto ha ofrecido 100 soles para quien les quite la cámara”, nos advirtió un caballero.