En la Cámara de Comercio de Arequipa aún están molestos con Martín Vizcarra. La decisión del presidente, de no apresurar el proyecto Tía María en lo que le queda de su mandato, dejó descontento al empresariado local.
César Lutgens, gerente general de la CCIA, calificó la decisión del mandatario como “apresurada”. Consideró que la forma de evitar conflictos es buscar diálogo y consensos, más no eludir las dificultades.
“Un estadista, presidente de la República, lo que tiene que hacer es enfrentar el problema. No pasar la bola al siguiente gobierno. Porque esto sigue pendiente. Y lo que sucede es que, simplemente, en este gobierno se está tratando de pasar el problema”, sostuvo.
En opinión de Lutgens, el jefe de Estado debe sustentar técnicamente su decisión de aplazar el proyecto. Si los argumentos son válidos y comprobados, entonces sí debería proceder la suspensión.
Asimismo, consideró que la medida es una señal negativa para las inversiones. Se demostraría que no existen condiciones suficientes para que los proyectos gocen de estabilidad jurídica. Un escenario que provocaría que los inversionistas se lleven sus inversiones a otros lugares o abandonen la región, como sería el caso del proyecto Zafranal. En las últimas semanas trascendió que la empresa buscaría vender sus activos, ante la resistencia de la población.
A falta de confirmación, Zafranal supondría una inversión de 1 200 millones de dólares para el país, mientras que Tía María implicaría otros 1 400 millones. Este último representaría el 0,5% del PBI nacional. Un aporte significativo, si tenemos en cuenta que se requiere un crecimiento mínimo del 4% para reducir la pobreza en el país.
Expectantes por Tía María
Pese a los cuestionamientos, el papel de la Cámara de Comercio de Arequipa es poco activo en la solución del conflicto. Al respecto, Lutgens sostuvo que solo les corresponde alzar la voz y expresar su preocupación. Pero solo eso.
Sin embargo, señaló que intentaron acercarse a autoridades locales, aunque sin recibir una respuesta concreta. Del mismo modo, invocaron al diálogo, aunque también sin mayor éxito.
Los cuestionamientos del empresario también fueron contra Southern. Reconoció que la empresa cometió diversos errores a lo largo del desarrollo del proyecto. Uno de ellos es la comunicación y socialización ante la población del Valle de Tambo.
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