El congresista Edwin Martínez, con varias acusaciones a cuestas -entre ellas haber formado parte de Los Niños de Acción Popular en el gobierno de Pedro Castillo-, es el más vehemente defensor del entuerto. Pero no se quedan atrás los otros congresistas arequipeños cuyo ominoso silencio con respecto al bono injustificado de 9,900 soles grita a todo pulmón su “frescura”.
Sin ninguna justificación, los congresistas “aceptaron” el depósito de una bonificación de 9,900 soles, ya abonada, en mérito a “su trabajo”. No se trata de la bonificación por fiestas navideñas, ni por viajes de representación, ni viajes al extranjero, ni gastos de oficina ni de personal, todo lo cual ya está cubierto.
Así, en el mes de noviembre totalizarán un cobro de 36 mil soles, lo que incluye su sueldo, los gastos de la semana de representación (suma fija) y esta bonificación. Dado que el bono también fue percibido por los trabajadores, el Congreso gastó unos 30 millones de soles, solo en esta bonificación especial.
Además, en diciembre percibirán la gratificación navideña equivalente a otro sueldo y una concepto denominado “canasta de Navidad” que se ha ido incrementando cada año. Todo esto al tiempo que su producción legislativa decae en cantidad, pero sobretodo en calidad. Más bien, la acción de los congresistas se dirige a copar el poder en otras instituciones y eliminar todos los frenos a sus abusivas decisiones.
Y todo eso cuando la aprobación del Congreso a nivel nacional alcanza apenas en 6%. Y en las regiones Sur y Centro decae hasta un histórico 3%.
Pero ellos, con la cara más dura que un riel, defienden “su derecho” al bono. Según Martínez, con esa suma harán obras de caridad en navidad. Veste!!!
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