Columnista invitado

Un Cerrón de presidente  

Para Waldemar se le ha abierto una senda para avanzar en su arribismo sin principios. Tras que Jerí pasó de la presidencia del Congreso a la de la presidencia, su puesto lo tomó el fujimorista Fernando Rospiglosi y Waldemar ha escalado a ser su número dos

Por Isaac Bigio | 19 octubre, 2025

El prófugo Vladímir Cerrón siente que le han arrancado la presidencia pues, al haberlo sacado de la plancha presidencial que triunfó en las elecciones del 2021, él no ha podido reemplazar a Pedro Castillo y a Dina Boluarte cuando estos dejaron palacio. 

Ahora no se cansa en vaticinar de que, si no le impiden ser candidato en las presidenciales del 2026, él podría ganarlas. Esto, cuando ninguna encuesta le da mayor fuerza y su desprestigio es tal que apenas sacaría un porcentaje similar al dígito de aprobación que tiene el actual congreso.

Sin embargo, su hermano Waldemar aún tiene una posibilidad de llegar a la presidencia del Congreso y de allí a la de la república. Desde que se instaló este parlamento (el 26 de julio del 2021) él reclamó que le correspondía la presidencia por encabezar la primera bancada. No obstante, no pudo entrar a la primera o segunda mesa directiva.  Solo pudo incorporarse a ella cuando su partido perdió al 75% de los congresistas elegidos en su lista. Y cuando Perú Libre se convirtió en un satélite de quienes le derrocaron del gobierno.  

Waldemar es el único legislador que ha logrado estar en las últimas tres directivas congresales, aunque siempre en el tercer puesto.  A pesar de que primero le pidió a Castillo y luego a Boluarte el nombramiento de primer ministro, ninguno de ellos lo tomó en cuenta. Ahora ni Jerí se inclina a otorgarle tal puesto ni él como mandatario puede que dure mucho. 

Empero, para Waldemar se le ha abierto una senda para avanzar en su arribismo sin principios. Tras que Jerí pasó de la presidencia del Congreso a la de la presidencia, su puesto lo tomó el fujimorista Fernando Rospiglosi y Waldemar ha escalado a ser su número dos. Fuerza Popular le demanda a su militante Rospiglosi que deje la directiva congresal a fin de no quemar las chances de Keiko de quedar algo bien en las elecciones 2026. Pero él, por ahora, se niega a acatar la orden, creando una crisis en el fujimorismo.

En caso de que Rospiglosi renunciase a su posición, a Waldemar le podría corresponder sucederle, con lo cual, en los hechos, un Cerrón, por gin, accedería el rol de facto de ser presidente (aunque sea del congreso). Asegurándoselas tal posición, Waldemar podría convertirse en una carta de recambio en caso de que Jerí pudiese caer.

Por supuesto que el cerronismo no va a ser un gobierno de izquierdas, pues abiertamente se reclama como enemigo del progresismo. Una eventual llegada de un Cerrón a la presidencia congresal va a ser el último manotazo en el poder que pueda tener Perú Libre. Pues esta fuerza esta destinada a perder su registro electoral en las elecciones del 2026, donde todo apunta que va a recibir un peor castigo que el que obtuvo en las elecciones locales y regionales del 2023. Entonces, no llegó ni al 2% a nivel nacional. 

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Isaac Bigio

Isaac Bigio. Politólogo economista e historiador con grados y postgrados en la London School of Economics.