#Hace20Años La telaraña del poder: Tejes y manejes políticos en Arequipa

Aquí el primer reportaje publicado en la edición N° 1 de El Búho, un 3 de marzo del año 2000. El poder tras bambalinas en la Arequipa de inicios de siglo

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Hace 20 años, un viernes 3 de marzo del 2000, salió a circulación el primer número impreso del semanario El Búho. Esta edición expuso una forma distinta y alternativa en cuanto a la manera de hacer prensa en Arequipa. Sus contenidos se enfocaron en dos puntos claves para el desarrollo de la Ciudad Blanca, la política y la cultura, distintivo de nuestro medio en los años venideros.

A manera de recordar aquí la historia política de nuestra ciudad, y los tejes y manejes tras bambalinas en la Arequipa del 2000, inauguramos esta sección denominada “Hace 20 años”. El primer reportaje de El Búho, publicado el 3 de marzo del año 2000, muestra el panorama político en un año de quiebre para la democracia en nuestro país.

Nota original

Una noche de fines de 1998, en horas poco convenientes, la estridencia de teléfono habría interrumpido la tranquilidad de la residencia del entonces prefecto, Héctor Zuzunaga Meneses, quién, molestó, comunicó a su interlocutor que no estaba dispuesto a ser importuno de esa manera y que volviera a llamar al día siguiente.

Arequipa

A pesar de su probada lealtad al régimen pocos días después Zuzunaga fue relevado del cargo. Al otro lado del hilo telefónico, esa aciaga noche, habría estado el general Abraham Cano Angulo, jefe de la Tercera Región Militar.

Su reemplazante, Javier Quezada Rivas, afirma que su función principal es difundir y promocionar las labores del gobierno. Cierto que el cargo está desde hace mucho venido a menos, pero si antes el prefecto cumplía con cierta solemnidad los roles protocolares, ahora da la impresión que sólo privilegia el papel de acompañante del general Cano en las multiplicadas visitas ministeriales.

Como sus antecesores, Quesada no pierde oportunidad de proclamar las virtudes que, desde su perspectiva, adornan al mandatario de la nación y a su gestión de gobierno. Sin embargo, su “performance” parece no satisfacer del todo las expectativas de quienes lo colocaron al frente de la Prefectura, pues no han sido pocos los rumores que han circulado en los últimos meses especulando sobre su destitución.

El prefecto no parece consciente de su real situación, por lo que en semanas previas al 9 de febrero se habría dado el lujo de invitar a algunas personas, para que conformen la lista de aspirantes al Congreso de Perú 2000. Incluso se dice que el prefecto estaría confiado en que en un eventual tercer gobierno del ingeniero Fujimori, pasaría a formar parte del gabinete ministerial. El impresionante despliegue policial que lo acompaña a donde quiera que va, abonaría este sueño, pero la realidad es que el cargo pesa menos que una pluma.

Vladimirito

Aunque nadie lo diga públicamente, las figuras y trajines de Vladimiro Montesinos y Absalón Vásquez, quienes gozan de un poder mucho mayor del que sus cargos oficiales les confieren, se reproducen en lares mistianos con similares características.

El súper asesor presidencial, tendría fuertes hilos sujetando los mecanismos del poder en esta, su tierra natal. Entre los personajes a quienes se habrían ungido con el poder está su amigo de infancia y compañero de promoción en el colegio: Daniel Postigo Cerpa.

Su cargo oficial es de director de Circulación Terrestre, dependencia de la Dirección Regional de Transportes, pero la verdad parece ser que de él depende incluso sus superiores. Sus predecesores se limitaban a firmar las licencias de conducir y declarar a la prensa con respecto a la ampliación de plazos para el canje de estos documentos. Algunas denuncias de “mafias” al interior de esta oficina era lo más resaltante de su quehacer público.

Pero Daniel Postigo trasciende su despacho de Pampita Zeballos y está presente en cuánta visita oficial llega a nuestra ciudad. Su actitud y el tratamiento que recibe, no es el de un funcionario de segunda línea. Los representantes del gobierno, incluidos los ministros que llegan de la capital, coinciden en hospedarse sin excepción en La Maison De’Elise, que termina convirtiéndose en una suerte de punto de operaciones descentralizado del gobierno de turno.

Este hospedaje de la Alameda Bolognesi (Arequipa) es, como era de suponerse, de propiedad de Postigo. La comida escogida es casi siempre de restaurante Sol de Mayo, también de propiedad de Postigo y sus hermanos.

Algunos lo creían representante del Ministerio de la Presidencia, pues aparece allí en donde se coloque la primera o la última piedra de las obras que se anuncian en cartel naranja. Férreo defensor del lema: “Perú, país con futuro”, se encarga de distribuir polos y gorros con este distintivo, empeñándose en que hasta los periodistas luzcan estas prendas en las visitas de ministros.

Pero la labor del llamado “Vladimirito de Arequipa” no se reduciría a la abierta campaña de reelección, se cree que él está encargado de informar al paisano y asesor presidencial acerca del desenvolvimiento de los personajes políticos de la región, lo cual redunda en el nombramiento o destitución en importantes cargos.

Se dice también que, a raíz de algunas influencias en el Poder Judicial, pudo sacar libre de polvo y paja a José Ugarte Rodríguez, exgerente general de Credicoop. Cuando está cooperativa paso de la boyante bonanza a la quiebra total por causas nunca bien explicadas, esto le valió numerosos juicios emprendidos por los socios que lo perdieron todo, pero nunca prosperó ninguno de los procesos. Ugarte es cuñado de Postigo.

El generalísimo

Igual o mayor conexión con Montesinos tendría el comandante general de la Tercera Región Militar, general Abraham Cano Angulo, a quién le espera supuestamente el Ministerio de Defensa si Fujimori es reelecto. Como las autoridades civiles lo sabrían muy bien, es a él a quién hacen referencia en toda ceremonia oficial, por encima de otras autoridades como el alcalde, el arzobispo, o el presidente regional.

El general se ha dedicado a la ardua tarea de asfaltado de pistas y a dar una suerte de “recomendaciones” de las que depende el apoyo gubernamental. En tal sentido el alcalde de Miraflores, Arturo Valderrama, ha denunciado en más de una oportunidad que las famosas acciones cívicas favorecen sólo a los distritos cuyos burgomaestres se han adherido al oficialismo.

Por eso todas las autoridades locales no dudan en otorgarle el lugar de invitado de honor y es que, si algo se quiere del gobierno, habría que pedírselo a él. Se dice de muy buena fuente que incluso cuando el Banco de la Nación demorada excesivamente la respuesta a la solicitud de préstamo del Consejo Provincial de Arequipa, que se encontraba en la virtual bancarrota, el general Cano se ofreció de intermediario para salvar el impasse.

La intromisión del jefe de la Tercera Región Militar en asuntos civiles es tan evidente, que los periodistas no dudan en preguntarle sobre cualquier tema y él, a diferencia de sus antecesores, no responde “no puedo pronunciarme sobre ese asunto” o “no me competen”, sino que se despacha a sus anchas. No contento con ello, a través de Postigo, habría reclutado a su propio equipo de prensa autodenominado “Periodistas Unidos”, para encargarse de labores, como las famosas publicaciones de las cartas de renuncia a Somos Perú que plagaron los medios hace algún tiempo.

En la despiadada lucha que sostuvieron quienes pretendían ocupar un lugar en la lista de congresistas de Perú 2000, se especula que fue nuevamente el general Cano quien logró influir a nivel superior, favoreciendo a Rubén Terán, director ejecutivo de Autodema, pero sobre todo amigo suyo y de Daniel Postigo.

Conocido por su constante mal humor, largos e ininteligibles discursos, y su cuestionada gestión en la Dirección Regional de Agricultura de Arequipa, Oscar Vásquez Vásquez es uno de los personajes locales a quienes se vincula con otros de su mismo apellido, Absalón, hoy cabeza de lista de los aspirantes oficialistas al Congreso. Desde que ocupó la presidencia del Consejo Transitorio de Administración Regional, entidad que todos conocen como Gobierno Regional, Olger Vázquez hizo más clara su filiación política progobiernista, dejando atrás la estrella aprista que también alumbró a Absalón.

Siempre esquivo con la prensa, se ha dedicado a visitar el interior de la región, en donde tenía que competir con su sucesor en la Dirección de Agricultura, Danilo Loaiza. Absalonistas los dos, no han escatimado esfuerzos por ganarse el apoyo de grupos organizados de agricultores, ganaderos y microempresarios, al parecer con la intención de obtener la ansiada candidatura al Congreso de la República, que finalmente no consiguieron.

Varias veces se voceó la remoción de Vázquez en el Gobierno Regional sobre todo tras los reportajes que los diarios Correo y la República publicaron con graves denuncias en su contra, pero el padrinazgo lo habría salvado.

Los caídos del palto

Cuando Cambió 90 era todavía el brazo político de Fujimori, Leopoldo Rondón Fudinaga, su secretario general en Arequipa, gozaba de gran influencia. Fue a instancias suyas que su hermano Gustavo ocupó la Dirección Regional de Salud y se convirtió en el candidato a la alcaldía provincial por el movimiento Vamos Vecino. Pero poco a poco, Leopoldo Rondón ha ido perdiendo su poder. Primero no pudo impedir que cesaran al carismático Gustavo, y luego fueron inútiles sus esfuerzos por incluirlo en la lista de candidatos por Arequipa al Congreso.

Eso va aparejado con el descenso de popularidad en las esferas capitalinas del otrora poderoso Gilberto Siura, quién habría tenido que efectuar máximos esfuerzos para quedarse en la lista de Perú 2000 a tentar la reelección.

El secretario general de Perú 2000, un ilustre desconocido llamado José Sialer, protagonista por breves días de las movidas al interior de la alianza del mismo nombre, ha pasado también a segundo plano. El único personero y vocero autorizado es el alcalde de Yanahuara, Ernesto Alarcón, de amplia trayectoria en el Frenatraca y hoy íntimo de Postigo.

Otro personaje que también aparecía como ungida de poder es la jefa del Pronaa, Sonia Sánchez. El apoyo – vía distribución de alimentos – que brindó a los candidatos de Vamos Vecino en las elecciones municipales, denunciado por la prensa independiente en aquella oportunidad, se esperaba fuera suficiente. Pero al centralismo político, no alcanzó ni el visto bueno de los jerarcas locales.

Así está tejida la telaraña del poder en Arequipa, con los mismos vicios e irracionalidades que la caracterizan a nivel nacional, pero con el agravante que la concentración de poder en la capital, la hace solo un instrumento de una mayor acumulación.

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Autor

  • Semanario El Búho

    Las notas publicadas por “Semanario El Búho” fueron elaboradas por miembros de nuestra redacción bajo la supervisión del equipo editorial. Conozca más en https://elbuho.pe/quienes-somos/.

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