Un sabor amargo por la imposibilidad de tender puentes con cierto tipo de empresarios ha dejado la 36 edición de Perumin, la millonaria reunión anual de la minería que se realiza en Arequipa hace algunos años.
El gobierno, cual felpudo de turno, se desvivió por mostrar su cara amable ante el poder minero (el premier Otárola es su mejor carta). Él les dio en la yema del gusto al anunciar “mano dura” para las protestas sociales.
El Presidente Ejecutivo de la minera Southern Perú, Oscar Gonzales Rocha, dijo que no eran más de 30 los opositores a Tía María. Y más sordo que una tapia frente a los reclamos, exigió luz verde para su proyecto. Involucró al ministro de Energía y Minas, a quien tuvo que rectificar Otárola, y al gobernador regional, Rohel Sánchez, entre otros.
Por si fuera poco, a la pregunta sobre su posición frente a la respuesta del Premier, quien dijo que el proyecto Tía María no estaba en la agenda del gobierno, espetó: pues habrá que cambiar de gobierno. Aquí pueden ver la declaración de uno de los mandamases de la minería en el Perú:
https://x.com/JulioGarciaOrd1/status/1708555772110491787?s=20
La pregunta es ahora, ¿cuál será la reacción de Dina Boluarte y Alberto Otárola? ¿Mantendrá la misma firmeza el “carnicero” que no se arrepiente de nada? ¿O agachará la cerviz frente al poder del dinero?
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