Arequipa: aguas pluviales arrastran alta carga de metales que pone en riesgo cultivos

Un estudio realizado durante dos años por investigadores de dos universidades permitió conocer que el agua que cae tras las lluvias, arrastra una serie de elementos químicos que están en cantidades por encima de los límites permitidos por la norma peruana. La posibilidad es que, al discurrir al río, se conviertan en parte del riego de los cultivos que se llevan a la mesa

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Diversidad de elementos metálicos en concentraciones por encima de los estándares de calidad ambiental (ECA) se han encontrado en las aguas pluviales de la ciudad de Arequipa. Metales como el boro (uno de los más peligrosos), cobre, zinc, manganeso y hierro son algunos de los elementos hallados en las aguas de escorrentía.

El estudio se realizó entre los periodos de lluvia de los años 2022 y 2023, con base en métodos hidráulicos estándar. Las aguas pluviales fueron colectadas cerca de la torrentera de San Lázaro, en la avenida La Marina, en pleno Cercado de Arequipa. El equipo de investigadores de la Universidad Nacional de San Agustín (Unsa) y Colorado School of Mines llevaron a cabo el estudio Calidad de las aguas pluviales urbanas en Arequipa, Sur del Perú: Una evaluación inicial.

Primer estudio en Arequipa

El estudio, según informaron los investigadores, es el primero en su tipo en el Perú que se centra en indagar qué pasa con las aguas pluviales.  

Para realizar el análisis, se tomaron muestras de 12 eventos de lluvia. Gisella Martínez, ingeniera y docente de la Unsa y Pablo García Chevesich, docente de Colorado School of Mines, explicaron que se consideraron algunas especificaciones para tomar las muestras del agua pluvial. Por ejemplo, tras el flujo inicial, la siguiente muestra se recolectó después de un periodo seco de por lo menos 3 días.

Las muestras se sometieron a análisis físico-químicos y otros netamente químicos en el laboratorio de la universidad norteamericana, con el fin de identificar los metales presentes. Los resultados fueron comparados con la norma para el riego de cultivos en el Perú, normado en el Decreto Supremo 004-2017 del Ministerio del Ambiente, categoría 3, riego de vegetales. El docente García Chevesich hizo hincapié en que se tuvo que usar esta norma debido a que en el Perú no hay ningún estándar que regule el agua pluvial.

Resultados

La evaluación dio como resultado hallazgos preocupantes para los ciudadanos de Arequipa. Al hacer la comparación con la norma antes mencionada, se encontró que el elemento contaminante que excedió el límite permisible en riego de cultivos peruanos fue el boro (B).

Otros como el cobre, fierro, manganeso y zinc se hallaron en concentraciones por encima de los límites legales al comienzo de la temporada de lluvia del año 2023.

“Los efectos más preocupantes de los metales que exceden los estándares de riego peruanos son su potencial para ser ingeridos por las personas después de que se bioacumulan en los cultivos alimentarios”

Gisella Martínez señaló que las aguas pluviales que discurren por las calles, en este caso por la avenida La Marina, pueden juntarse aguas abajo y desembocar finalmente en el río Chili. Tras ello, la posibilidad es que se conviertan en el agua de riego con el que los agricultores irrigan sus campos de cultivo. Así, el riesgo es que estos vegetales, hortalizas u otros productos se mezclan con los elementos metálicos que no son aptos para el consumo humano.

El investigador García Chevesich señala que se hallaron más elementos durante el estudio. Entre ellos talio, potasio, magnesio, manganeso, molibdeno, sodio, azufre, estroncio, titanio y vanadio. Estos no están regulados por ninguna norma peruana.

Por ello, lo que hicieron es comparar estos casos con algunos estándares internacionales y se identificó que sí superan los límites permisibles. La investigadora Martínez refiere que la evidencia es preocupante, considerando que se trata de un análisis realizado en la ciudad.

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Área donde se efectuó el muestreo.

Origen y riesgo de estos metales pesados

El estudio especifica que, en el caso del boro, “que se encuentra naturalmente en suelos y aguas superficiales, se ha relacionado con irritación de nariz y garganta, dolor de garganta, congestión vascular, hemorragia, degeneración parenquimatosa y muerte de bebés, entre otros”.  

Pero ¿de dónde vienen estos elementos arrastrados por la lluvia? Según los investigadores, principalmente provendrían del parque automotor. Además, hay muchos de ellos que son metales utilizados para impermeabilizar estructuras.

García refiere que en otros países este problema se trata y lo hacen incorporando infraestructura verde. Además, barridos de vías para evitar que esta agua se vaya directamente al río. La recomendación a las autoridades peruanas es que se establezca una norma que permita realizar la medición de estos elementos en el agua pluvial.

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Equipo de investigadores que tomó las muestras.

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