La asociación cultural Teatrando acaba de recibir el Premio al Talento y la Resistencia 2024 de El Búho. Revisando su historia, sus montajes, el programa de formación actoral, los talleres, el trabajo cultural con la música y a otras artes; resulta obvio el importante aporte de este grupo a la cultura teatral de Arequipa.
Esta es una conversación con Estefanía Fuxet, actriz, directora, promotora, productora, amiga, a quien tuve como alumna en el conservatorio de artes escénicas de la U La Salle y quien actuó maravillosamente en la adaptación de mi obra “Cuentos de la luna llena”.
He visto la última obra de Teatrando y hay una cosa que me impresionó. Después de muchos años, el Fénix estaba pleno para ver una obra de teatro de un grupo arequipeño, ¿cómo hicieron para llenar el teatro?
Y han sido fechas complicadas. Es el verano y entre semana, que es poco común, jugaban cosas muy en contra, pero también encontramos cosas a favor. Una de las principales es el boca a boca. La obra tuvo una temporada el año pasado de noviembre a diciembre. La gente la comenta, la recomienda, eso es importante. Además, de las otras actividades que ayudan a poder mover la obra para que llegue a diferentes públicos y también formamos un buen equipo de marketing.
Tienen una casa muy bonita en la calle Parra
Lo que la casona ofrece no son espacios convencionales, son mucho más íntimos. La experiencia del público con la cercanía del actor es un plus, contamos con la cafetería y puedes entrar con tu bebida a ver la obra. Eso es especial. Tenemos el formato de PARASICOSIS que lleva acompañándonos unos años y la gente todavía sigue buscándolo. Claro, ahí también va la forma, este formato nos permite hacer diferentes obras, diferentes propuestas. Cada año vas a encontrar algo nuevo.
Eso por el lado de las obras de teatro y micro obras que se presentan en los espacios. Porque también realizamos talleres de teatro desde el 2020. Ya en el 2019 teníamos la idea de hacer un programa de formación actoral, viendo lo que habíamos estudiado y también lo que a nosotros nos hubiese gustado en algún momento tener, diferentes técnicas y formas de actuación. Así nace el programa de formación actoral que consta de cinco módulos y donde los chicos se van preparando y conforme van saliendo se quedan trabajando en Teatrando.
A partir del año pasado empezamos postpandemia, cuando recién empezaba a abrirse el espacio, porque no estaba permitido hacer nada en espacios cerrados, nos preguntamos: ¿Y si hacemos música? Por tanto, organizamos tributos a los iconos de la música con grupos de aquí. El primer tributo fue a Zoé. Generamos un nicho que tomó las ansias de la gente por salir y fue un éxito.
¿Cómo es hacer teatro en una comunidad tan especial como la arequipeña?
La asociación cultural la forman Roberto y Renato. Me uno a ellos en el 2011, cuando recién los conozco. Teatrando nace a partir de una mala experiencia donde se sintieron estafados por una persona que hacía teatro en Arequipa. Lo deciden después de irse a Buenos Aires y a Uruguay, de gira con una obra. Vieron que era posible hacer las cosas bien, pero para crear una asociación cultural de teatro empiezan a aparecer un montón de interrogantes. Bacán, queremos actuar, pero ¿quién nos dirige? Entonces buscan directores de Lima, se contactan con ellos, hacen que vengan a dirigir y de cierta forma también a formarlos.
Empiezan a mostrar otras propuestas con chicos y chicas arequipeños en escena. En 2015 Hugo Riveros abre UMBRAL y con muchas ganas nos lanzamos a hacer 3 obras de teatro seguidas, muy entusiastas. La idea era mostrar al público algo variado, una comedia, un drama. Hicimos El hombre del subsuelo, Mimi y el monstruo en la noche, obra infantil. Vemos ahí una dinámica que no fue mal, luego hicimos una obra de Víctor Falcón: Japón.
Si la vi, creo que es una de las mejores obras que he visto en Arequipa
Víctor nos dijo: Tengo unos cuentos, unos pequeños relatos, los podría convertir para teatro. Así que ya teníamos el texto y luego vimos a Marcelo Rivera en una experiencia de terror en Lima, lo trajimos y nace PARASICOSIS.
Vi la primera versión de esta experiencia y me gustó mucho el uso del espacio, creo que aún hay cosas que tenemos que revolucionar. Una es el uso del espacio. Viajando por el mundo he visto y he hecho espectáculos en lugares increíbles. En Dinamarca, con el Odín Teatret y Yuyachkani, hicimos un gran espectáculo en una laguna. Creo también que hay que volver a la calle, pero con la misma calidad que en el teatro formal.
Así que desde enero, cada año empezamos a trabajar para ver qué de nuevo hacemos. Es una renovación. Los tres primeros años se hicieron en tres diferentes espacios hasta que llegamos a la casona. El reto es ahora, en el mismo espacio, ¿cómo generamos cosas nuevas para que la gente no diga que es lo mismo?
¿Cuál es tu formación?
Cuando descubrí el teatro, llevé talleres en Arequipa. Me metí al cine, pero para escribir guiones. Conocí a Teatrando y luego el conservatorio. Yo siempre he estado un poquito más ligada al tema de producción, me llamaba la atención el detrás de todo lo que hay. Me decían hay un taller de tal cosa y un festival en Lima, un taller de otra cosa, entonces buscar formación se hace una constante. Por ejemplo, Roberto Ángeles, que no va a venir a Arequipa, pero en el británico de Lima hace talleres de dirección, con su estilo. Siempre ando en esa constante búsqueda de conocer, informarme. Es una inversión de tiempo y dinero. Hicimos un viaje a Buenos Aires para llevar talleres, cursos. Luego cosas a distancia en el tema de producción, porque no es lo mismo hacer una producción de un evento que hacer producción teatral, es muy diferente.
¿Ustedes cuentan con ayuda del estado, de la municipalidad, del gobierno regional?
No es una constante. No hay un presupuesto fijo. A veces. Por ejemplo, este año hay un fondo para un festival, entonces vamos a hacer un festival en agosto con el tema de la inclusión.
¿Cómo sientes al teatro arequipeño hoy día?
Cada grupo está buscando su espacio y eso es muy bonito porque crea una comunidad, aunque sigue siendo difícil para las producciones. Porque vas a un municipal donde tienes que pagar un alquiler fuerte, vas a un Fénix donde tienes que pagar o a otros teatros que siempre te piden algo. Y todavía no hay una formación específica en producción. Gestionar un espacio cultural te enseña, te hace buscar, aprender, explorar en otros lados que tienen que ver con lo que te gusta. Te pones a estudiar, a llevar cursos a distancia, viajas para conocer. Para mí la formación es muy importante.
El futuro, ¿qué es lo que esperas?
Debemos abrir las alas, atravesar fronteras, empezar a volar. Creo que es donde hay que apuntar, una gira con nuestros propios productos por así decirlo. Afuera, quizás Argentina, pero también en las comunidades, aquí. Teatros, colegios, en los barrios alrededor de la ciudad. Estamos en el proceso de una teleserie, una serie web. El programa de formación actoral crece, hay talleres en otras áreas de las artes escénicas. Por eso hay que estar atentos a las redes sociales de Teatrando, porque vienen muchas novedades para este año. Un festival y esperemos la película, otra obra de formato grande, y otras cositas bonitas.
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