El 29 de septiembre del 2000 saliĆ³ publicada la ediciĆ³n NĀ° 21 del semanario El BĆŗho. Para aquel momento, la figura de Vladimiro Montesinos ya habĆa sido plenamente descubierta, como la mano que articulaba tras bambalinas las decisiones de Estado. Por ello, conocer los orĆgenes del asesor presidencial desde su tierra natal Arequipa, era necesario para tratar de comprender al oscuro personaje que durante una dĆ©cada mantuvo al paĆs bajo su mando.
“Vladimiro Montesinos, ciudadano peruano, de profesiĆ³n abogado, ante usted muy respetuosamente me presento y digo quĆ©, como es de conocimiento pĆŗblico, en mi paĆs soy vĆctima de una persecuciĆ³n eminentemente polĆtica, que ha puesto en grave riesgo mi integridad y me ha obligado a salir del PerĆŗ”. Le escribe, sin que le tiembla la mano, el asesor de Alberto Fujimori a la presidenta de PanamĆ”, Mireya Moscoso, en una carta de solicitud de asilo.
Cecilia Valenzuela (Imediaperu.com)
El ocaso del “ideĆ³logo” del fujimorismo ha sobrevenido a manera de vĆ©rtigo. El inicio del fin comenzĆ³ la maƱana del 21 de agosto cuando el “doctor” convenciĆ³ al siempre dispuesto Alberto Fujimori para realizar una conferencia de prensa, con el objetivo de anunciar el desbaratamiento de una banda de traficantes de armas que abastecĆan a las FARC, a travĆ©s del denominado plan Siberia
Esa maƱana Montesinos forzĆ³ hĆ”bilmente a Fujimori a darle dimensiĆ³n continental. Siguiendo el libreto diseƱado por su asesor, el presidente alabĆ³ el trabajo de inteligencia y comentĆ³ en voz alta que no entendĆa como Estados Unidos pensaba gastar millones de dĆ³lares en el plan Colombia cuando el PerĆŗ era el paĆs que mĆ”s colaboraba en la lucha contra la subversiĆ³n y narcotrĆ”fico en AmĆ©rica Latina.
Vladimiro Montesinos estaba enterado, merced al constante espionaje al que hemos sido sometidos los periodistas que investigamos el trĆ”fico de armas hacia las FARC y su relaciĆ³n con el narcotrĆ”fico, que estamos a punto de revelar su participaciĆ³n en el contrabando de armas y quiso adelantarse a esta acciĆ³n. La ofensiva es la postura favorita de este operador de inteligencia. Al dĆa siguiente, los paĆses mencionados: EspaƱa, Colombia y Jordania desmintieron la tesis presidencial y la prensa independiente contradijo paso a paso la versiĆ³n oficial, demostrando los vĆnculos de los operadores del contrabando con el EjĆ©rcito y el servicio de inteligencia nacional.
Tres semanas despuĆ©s, un video comprobĆ³ que Montesinos se encargaba personalmente de comprar los votos de rĆ©gimen en el Congreso de la RepĆŗblica.
El hombre que sustentĆ³ su poder en las debilidades de sus contrincantes, que se nutriĆ³ de informaciĆ³n interviniendo las comunicaciones de sus adversarios, se vio desnudo en las pantallas de la televisiĆ³n, repitiendo las pesadillas que hacĆa vivir a sus enemigos para volverlos vulnerables.
Al hombre que comprĆ³, chantajeo, presionĆ³ y amenazĆ³ a congresistas, militares, periodistas, jueces, fiscales, empresarios y banqueros le hicieron beber el trago mĆ”s amargo de su propia medicina
Su patologĆa lo llevĆ³ a grabar las acciones ilegĆtimas que realizaba junto a sus vĆctimas, con la idea de ponerlos en evidencia si fuera necesario, descansando en su concebida e indignante impunidad.
La historia de Vladimiro Montesinos estĆ” marcada por la traiciĆ³n y el engaƱo. ComenzĆ³ a estudiar abogacĆa cuando era teniente del EjĆ©rcito. InterrumpiĆ³ sus estudios en mĆ”s de una oportunidad y cuando se gradĆŗa de jurista ya no era militar, pues luego de haber ascendido a capitĆ”n, estuvo preso dos aƱos en un cuartel militar condenado por robar documentaciĆ³n secreta del despacho del primer ministro de entonces, Edgardo Mercado JarrĆn, para entregĆ”rsela a la CIA; y por falsificar la firma del ministro de Guerra y del presidente de la NaciĆ³n.
CuĆ”ndo fue descubierto como espĆa, en 1976, Montesinos cayĆ³ en la desgracia total. Al salir de la cĆ”rcel fue taxista nocturno mientras terminaba de estudiar su carrera de abogacĆa. Entonces, hizo un juramento, jamĆ”s volverĆa a ser pobre, “ladrĆ³n que roba a ladrĆ³n tiene cien aƱos de perdĆ³n”. Esa fue la mĆ”xima de Montesinos en esas Ć©pocas, cuando aprendiĆ³ a cobrarse de sus patrocinados.
Cuando no eran narcotraficantes, los clientes de Montesinos eran policĆas o militares separados de sus instituciones por corrupciĆ³n, malversaciĆ³n de excesos o violaciones contra los Derechos Humanos.
A sus clientes les caracterizaba un detalle: todos tenĆan dinero mal habido, dinero suficiente para comprar o corromper a cuĆ”nto policĆa juez o fiscal se interpusiera en su camino. Pero tambiĆ©n dinero que habĆa que confiarle a su abogado y que despuĆ©s, quĆ© duda cabe, no podrĆan reclamarle al abogado. Vladimiro Montesinos Torres estĆ” inscrito en el Colegio de Abogados de Lima con el nĆŗmero 8000. Su especialidad es el Derecho Penal.
Sin embargo, nunca fue un destacado litigante, nunca con el alegato creativo, con una argumentaciĆ³n brillante. Por lo menos no figura en los anales de Palacio de Justicia, ni en la memoria de los magistrados como un jurisconsulto reputado y con recursos.
Siempre resolviĆ³ sus casos borrando huellas en las comisarĆas, comprando opiniones en la FiscalĆa y volteando acusaciones en los juzgados; “arreglando” con los secretarios para quĆ© desaparezcan los expedientes de sus clientes. Esos eran sus argumentos.
Montesinos en Arequipa
Por Lourdes Zanabria
Los excesos de poder que se atribuyĆ³ el doctor con la venia incondicional del Presidente, de las Fuerzas Armadas y de la mayorĆa del Congreso; han sumido al paĆs en una profunda crisis polĆtica, social y econĆ³mica. Nada mĆ”s que al parecer nadie esperaba que sus turbios procedimientos alcanzaran estos niveles. Este es el pasado de Vladimiro Montesinos, polifacĆ©tico sujeto, excapitĆ”n del EjĆ©rcito; acusado de traiciĆ³n a la patria, abogado, exasesor presidencial, exjefe del servicio de Inteligencia y vulgar traficante de conciencias.
Vladimiro Lenin procede de una familia que siempre ha estado sumergida en el trĆ”fago de la vida pĆŗblica y polĆtica del paĆs. Su tĆo Alfonso Montesinos y Montesinos llegĆ³ a ser senador y Ministro de Estado en el rĆ©gimen de Velasco Alvarado; sus primos hermanos tambiĆ©n ocuparon cargos pĆŗblicos altos en entidades del Estado y cargos dirigenciales a nivel del Partido Comunista Peruano; pues la familia Montesinos pertenece a las canteras del comunismo radical. Primo hermano del camarada “Feliciano” Oscar Durand RamĆrez, condenado a cadena perpetua por traiciĆ³n a la patria como lĆder del grupo terrorista mĆ”s sangriento de nuestra historia, Sendero Luminoso.
Los Montesinos
A decir de algunos compiladores de nuestra historia, Arequipa ya concibiĆ³ en el poder a un Montesinos y esto fue poco despuĆ©s de la guerra con Chile, en que los arequipeƱos eligieron a uno por alcalde, si bien su gestiĆ³n no fue de trascendencia, este Montesinos ya se habĆa ganado el respaldo popular por su participaciĆ³n durante el conflicto bĆ©lico. DĆ©cadas despuĆ©s Alfonso Montesinos y Montesinos, hermano de su padre, hoy con mĆ”s de noventa aƱos, fue senador de la RepĆŗblica (1956-1962) y ministro de Estado durante la dictadura militar. Abierto colaborador del rĆ©gimen de Velasco
Alvarado impulsĆ³ las carreras de sus tres sobrinos mĆ”s allegados Guillermo Herrera Montesinos alias “Pompeyo”, Gustavo Espinoza Montesinos alias “boca llanta” y Vladimiro Montesinos Alias “doctor” o”RasputĆn”.
El primero, “Pompeyo”, tuvo a su cargo la dirigencia nacional del Partido Comunista Peruano, Gustavo fue dirigente de la CGTP, diputado electo por el Frente de LiberaciĆ³n Nacional en los periodos de Fernando Belaunde
Terry y Alan GarcĆa PĆ©rez. Aunque Vladimiro fue adoctrinado en el mismo frente desde los 16 aƱos junto con Abimael GuzmĆ”n Reynoso, quien se convirtiĆ³ en su amigo y confidente; jamĆ”s ocupĆ³ un cargo dirigencial, al parecer porque la vida castrense siempre le atrajo mĆ”s que cualquier otra cosa.
Infancia en Tingo
En este balneario tradicional de Arequipa, Vladimiro estudiĆ³ su primaria en la pequeƱa escuela ubicada frente a la iglesia. Su padre Francisco Montesinos y Montesinos, mĆ”s conocido como Pancho en el barrio, era un escribano de Estado; lo que ahora se conoce como notario pĆŗblico, un hombre poco comunicativo y alcohĆ³lico que lo sometĆa constantemente a maltratos. Su madre, una joven tambeƱa de la que pocos se acuerdan pues no tenĆa mucha vida social, sufrĆa de constantes ataques; causa probable de su muerte cuando Vladimiro era aĆŗn niƱo.
Los primeros aƱos vivieron en una casa alquilada perteneciente a la familia Coles, en el callejĆ³n Bolognesi 317, junto con sus cuatro hermanos Cancha, MarĆa, Clemencia y Orlando Montesinos; callejĆ³n al que Vladimiro volviĆ³
hace dos meses resguardado por mƔs de 50 efectivos y acompaƱado de sus incondicionales Abraham Cano Angulo y Daniel Postigo. La vieja casa ha sido demolida y en su lugar se ha levantado una residencia.
A tres cuadras, frente a la alameda, vivĆa la familia Montesinos en una casa algo rĆŗstica, segĆŗn versiones de vecinos, pues eran de condiciĆ³n humilde. Hasta que su padre se suicidĆ³, tras lo cual nada volviĆ³ a ser como antes. Hoy parte del terreno estĆ” cercado y abandonado, en el fondo solo se aprecian viejas palmeras, el otro lado fue vendido al colegio particular Prescott. Sus compaƱeros de juego, algo timoratos, solo recuerdan que era una familia bastante cerrada. El mismo Vladimiro solo salĆa de su casa para ir a estudiar y muy de vez en cuando para jugar pelota.
Propiedades Montesinos
Mientras la familia de Vladimiro, era una familia de condiciĆ³n econĆ³mica humilde, los otros Montesinos gozaban de cierta posiciĆ³n. En el centro de Arequipa eran dueƱos de inmensas propiedades en las que ahora se han levantado prĆ³speros negocios. La tercera cuadra de la calle San Juan de Dios fue la casa principal, allĆ vivĆa la abuela del excapitĆ”n, MarĆa Montesinos MartĆnez, a quien iba a visitar frecuentemente.
Gran parte de esta propiedad ha sido vendida a la panificadora “Las AmĆ©ricas”, pero todavĆa una cuarta parte se mantiene en pie. Su arquitectura es la misma que tenĆa hace alguna dĆ©cadas y el propietario sigue siendo el veterano Alfonso Montesinos, quien actualmente vive en la casa “encantada’ de Yanahuara.
Ćl es probablemente el Ćŗnico Montesinos que todavĆa permanece en Arequipa. Otra de las propiedades importantes de los Montesinos estaba ubicada en el Barrio San LĆ”zaro en la esquina de Campo Redondo con Carlos Llosa.
Cadete
Dicen muchas personas que lo conocieron cuando Vladimiro vivĆa en Tingo, la cercanĆa del cuartel Salaverry influyĆ³ mucho en su personalidad. Por eso exigiĆ³ estudiar en el colegio militar Francisco Bolognesi al que ingresĆ³
con la ayuda de su tĆo Alfonso. Sus estudios en esta entidad educativa no fueron resaltantes, era un cadete comĆŗn y corriente pero muy hĆ”bil para hacerse de colaboradores. Junto con Ć©l, en su promociĆ³n, tambiĆ©n se graduĆ³ el conocido empresario y perseguido polĆtico LeĆ³n Rupp RodrĆguez Banda; y su primo Sergio Cardenal a quien despuĆ©s Vladimiro se encargarĆ” de sacarlo de su camino.
Siendo estudiante, Vladimiro iniciĆ³ su carrera polĆtica. Seguidor de los principios ideolĆ³gicos de sus tĆos, militĆ³ en el Frente de LiberaciĆ³n Nacional que dirigĆa JosĆ© Villalobos Ampuero, junto con Abimael GuzmĆ”n, a quien
algunas versiones tambiĆ©n lo emparentan. Ambos defendieron los mismos principios comunistas, y ambos tenĆan las mismas oscuras intenciones de alcanzar el poder a cualquier precio. En esa Ć©poca nadie hubiera vaticinado que la captura de uno significarĆa el Ć©xito del otro.
No obstante, en recuerdo de aquellos aƱos, algunas fuentes militares aseguran que Abimael GuzmĆ”n habrĆa vivido todo estĆ© tiempo en una prisiĆ³n dorada. Incluso se asegura que ha salido de su fĆ©rrea prisiĆ³n en mĆ”s de una ocasiĆ³n. La torta de cumpleaƱos que Fujimori llevĆ³ a Elena Iparraguirre a prisiĆ³n, apoya esa versiĆ³n.
Hoy solo resta esperar que los dos personajes mƔs siniestros de nuestra historia, quienes tuvieron en sus manos la seguridad de todos los peruanos, sean finalmente neutralizados para siempre.