El 24 de noviembre del 2000 se publicó la edición N° 29 del semanario El Búho. Aquí se analizó quiénes ocupaban los cargos en cada institución clave en Arequipa, las cuales, durante el fujimorismo, formaron parte de la maquinaria para llevar adelante la tercera elección de Alberto Fujimori. Durante esta purga política, tuvieron que ‘rodar cabezas’ de los otrora hombres fuertes del fujimorismo en la Ciudad Blanca.
NOTA ORIGINAL
Ya casi dan ganas de pasarse al otro bando de la orilla política y asumir la defensa del fujimorismo, puesto que en estos días es el blanco preferido del escupitajo de mucha gente que hasta hace poco tragaba saliva con realismo académico y defendía la casa de la dictadura apoyada sobre sus dos columnas; estabilidad económica y gobernabilidad política. Una vez que las bases perdieron consistencia y el techo se ha venido abajo, no queda otra cosa que sumarse al cargamontón como única alternativa de salida para escapar gritando; ¡Cojan al ladrón! Así de patética está la escena política nacional y regional.
Periodistas sin tapujos de América Televisión nos descubren una nueva faceta suya como demócratas latentes, y a nivel local el alcalde de Hunter, Simón Balbuena, se enfrenta valientemente a Olger Vázquez, denunciando la falsedad de muchas promesas y un diario noticioso local de reciente data irrumpe con su primera plana: “Montesinos dirigía organización criminal”. Y así, no pasa un día sin que salgan titulares escandalosos porque la verdad, finalmente, fue descubierta. algunos insensibles empresarios muestran finalmente su lado humano, habían tenido corazón y se dan cuenta que los trabajadores (los que quedan) tienen sueldos de hambre.
Resulta inútil advertir a la opinión pública sobre estos demócratas tardíos; además también tienen derecho de ser lentos, y fundamentalmente, tienen el derecho de haber estado equivocados. Pero donde se exceden es en tratar de sustituir el rol de la población y sus todavía débiles organizaciones que, de modo espontáneo, se fueron aglutinando para formar la resistencia civil local. Resistencia que se fraguó al calor de la calle, con el aire irrespirable de las bombas lacrimógenas, con la presencia arequipeña en la marcha de los cuatro suyos, y con el rechazo ciudadano a cuánto intento fujimorista se quiso enquistar en Arequipa, la resignación a la ‘realidad de los resultados electorales”.
Ahora, es cierto, corren otros vientos, pero hay que impedir que la inminencia de un proceso electoral oculte los grandes obstáculos para el desarrollo de nuestra región; que no son solamente del orden de inversiones y de lograr una mejor cuota de poder frente al hipercentralismo limeño, sino que tienen que ver con el fortalecimiento del concepto de ciudadanía y la reconstrucción de la llamada institucionalidad. No para que sean feudos de propiedad del gobernante, sino para que sean verdaderas instancias de ejercicio de derechos y deberes ciudadanos.
Previamente, echemos una vista al panorama institucional local de los entes más saltantes.
Consejo Transitorio de Administración Regional de Arequipa
Los gobernantes regionales, cuya implementación costó décadas a los provincianos, fueron eliminados después del otro golpe de abril de 1992. Heredaron la infraestructura, personal, y algunas tareas, los llamadas Consejos Transitorios de Administración Regional se han extendido por más de ocho años.
Estos organismos son un híbrido entre las corporaciones departamentales de desarrollo y las direcciones regionales que dependen de los ministerios. No tienen autonomía presupuestal, pero se les asigna un presupuesto para obras, compitiendo así con las municipalidades en cuanto al mejoramiento de la infraestructura semirural o rural.
Tampoco puede ejecutar grandes obras, y los presupuestos de las direcciones regionales vienen diseñados desde la capital; aparentando lo contrario son un verdadero monumento al centralismo.
El actual presidente, Olger Vázquez Vázquez, es ampliamente conocido por su carácter intolerante y sus afanes de figuración. Exdirector regional de Agricultura, se le vincula con Absalón Vásquez, a quién debería su designación.
Él ha dicho muy orondo que siendo un funcionario de carrera, continuará laborando en la administración pública, y no ha presentado renuncia.
Un nuevo gobierno democrático debe restaurar los gobiernos regionales cuyas autoridades provengan del voto popular y consigan progresivamente verdadera autonomía.
Tercera Región Militar
Dada la verticalidad de las instituciones castrenses, prácticamente la Tercera Región Militar se reduce a su comandante general. El general Cano Angulo, obligado por las circunstancias, tendrá que pasar al retiro el primer día de diciembre junto a otros 9 mandos militares. Luego queda desprotegido ante la huida de los creadores intelectuales de sus acciones como jefe de la Tercera Región Militar.
Cano Angulo, junto a varios de los funcionarios del gobierno del expresidente Alberto Fujimori, tendría que responder por muchas de las irregularidades de la última campaña electoral, especialmente en cuanto a los cuantiosos fondos cuya procedencia y destino deben clarificarse. La presencia de Cano en el último video presentado a la prensa y su fraternal abrazo con Montesinos, hacen presagiar futuros dolores de cabeza para él.
Conocida la intención de reelección del expresidente Alberto Fujimori, el general Abraham Cano Angulo dejó las labores de milicia para formar parte del aparato político fujimorista en Arequipa; junto a otros tantos funcionarios públicos que habían sido elegidos como él, gracias a sus influencias con el exasesor presidencial vladimiro Montesinos.
Su trabajo cumplido desde 8 años atrás en la campaña reeleccionista le permite gozar plenamente de su poder. Su gran arma fue por mucho tiempo la maquinaria de asfaltado con que cuenta la Tercera Región Militar, dedicada arduamente a la tarea del asfaltado de pistas en los distritos de Arequipa. Su intención no fue otra que “convencer” a los alcaldes que no había otra forma de hacer obra que junto al gobierno. Alguno de los burgomaestres, cómo Arturo Valderrama de Miraflores, llegaron a denunciar públicamente que las famosas “actividades cívicas” favorecieron sólo a aquellos distritos cuyos alcaldes se habían adherido al otrora oficialismo.
El general Cano no sólo se dedicó al trabajo de reclutamiento de alcaldes,. Junto a Daniel Postigo se encargó también de los medios de comunicación. Fue junto a él que agruparon a algunos colegas para formar “Periodistas Unidos”, agencia dedicada a propagandizar toda “buena” acción que el oficialismo realizara en la ciudad. En la campaña, además, impedían que se difundan las actividades de otras agrupaciones políticas.
La influencia del general terminó sin previo aviso, cuando Alberto Fujimori decidió sacar los pies del plato. Aunque se sabía que el general Cano dejaría su puesto culminando el año, ha tenido que adelantar su retiro junto a otros militares de la promoción de Vladimiro.
Su actual situación de “suplente”, no es la más cómoda. Se ha quedado momentáneamente, pero cómo se suele decir “sólo de pantalla”, él ya no da las órdenes en la tercera región. El encargado ahora es Juan Lira, segundo comandante general de la Tercera Región Militar.
A pesar de lo cercano de la fecha de cambio, aún no se conoce el nombre del que lo sucederá, pero nada seguro que la institución vuelva a sus labores propias, desista de toda injerencia política y respete a sus propias normas institucionales.
Un perfecto prefecto
Javier Quezada Rivas, nombrado prefecto gracias a su amistad con el general Cano Angulo, ha caracterizado su gestión por defender ciegamente cada una de las cuestionadas acciones del gobierno del expresidente. Tal como se esperaba, la última semana ha preferido callar, aunque se sabe que su cargo está a disposición. Finalmente se aventuró a declararse “indignado” por la actitud de Fujimori, cuidando su imagen en su despacho de la calle San Francisco.
Su figura política, más que su gestión han sido conocidas por rimbombantes presentaciones siempre rodeado de edecanes y decenas de miembros de seguridad, sus escándalos sentimentales y por supuesto sus nefastas declaraciones, que muchas veces lo dejaron en ridículo.
En similar situación se encuentra la mayoría de gobernadores que tendrán que dejar sus cargos para volver a ser perfectos desconocidos. Su labor, en realidad, flota en el limbo de la indefinición, al igual que la de la máxima autoridad política. Las presentaciones públicas y las siestecitas en las sesiones solemnes, además de avalar la campaña política fujimorista.
Pronaa y Foncodes en Arequipa
El régimen fujimorista se cae a pedazos. Sus colaboradores, entre ellos la señora Sonia Sánchez, están tratando de eliminar todo aquello que eventualmente pueda ser utilizado en su contra.
El Programa Nacional de Apoyo Alimentario, considerado uno de los principales tentáculos de la maquinaria profujimorista durante el segundo periodo y el proceso electoral del ingeniero Alberto Fujimori; ha estado dirigido por Sonia Sánchez, quién continúa en el cargo, a pesar de haber sido objeto de diversas denuncias, desde hace meses.
Fondos públicos en la campaña electoral, además de recurrir al chantaje y amedrentamiento para lograr la participación de pobladores de limitados recursos económicos en manifestaciones progubernamentales.
Otro tentáculo que tambalea con la dimisión de Fujimori, es el fondo de compensación de desarrollo, que se prepara para cambios radicales en todo nivel. Julio Vicente Salas, en el cargo hace varios años, sería también removido al culminar diciembre.
No obstante, todo el aparato burocrático que sostuvo a estas cabezas queda a merced de un nuevo jefe, con normas específicas y transparencia; así como una periódica y exhaustiva información a la prensa y en la ciudadanía en general
Cofopri de Arequipa
Cofopri forma parte también de los organismos gubernamentales que participaron en la campaña electoral del expresidente de la república. Con la creación de PROFAM en vísperas del último proceso electoral; mantuvo en ascuas a miles de pobladores del país que ya habían descartado la posibilidad de poseer una vivienda propia. Inscribieron sin límites a los postulantes. Además, tenían el control sobre los miles de lotes que, producto de la invasión o cooperativas, están pendientes de titulación.
Así se montó una extraordinaria fuerza de “convencimiento” para movilizar a vastos sectores populares a los mítines de Perú 2000. En Arequipa, los pobladores del Cono Norte, de la mano de Felipe Domínguez y otros cumplieron esa función.
Liliana Cerrón, jefa de este organismo se caracterizó por eludir a la prensa permanentemente, con el objetivo de evitar declaraciones que puedan comprometer sus acciones. Cuando se le requería información sobre sorteo de los lotes, incluso llegó a decir que no tenía autorización para hacer declaraciones sobre el tema; singular respuesta para tratarse de un organismo público que ejecuta un programa social del cual dependía miles de pobladores. Y dónde la transparencia es requisito fundamental.
Como otros, se ha dicho que el cargo ha sido puesto a disposición automáticamente, como ocurre cada vez que hay cambio de gobierno.
Pero quizá el programa gubernamental más descaradamente utilizado a favor de la reelección fue el PRONAMACHIS Arequipa, cuyo ámbito de acción son las zonas rurales. Los humildes pobladores no fueron capaces de reclamar, la información sobre su accionar, presupuestos, políticas y otros, fueron secreto de estado.
En todos los casos anteriores, se ocultó información cuando es un derecho elemental de cualquier ciudadano; y eso es precisamente lo que posibilitó los altos índices de corrupción e irregularidades registradas. Estás prácticas, requieren un punto final.
Síguenos en nuestras redes sociales:
Búscanos en Facebook, Twitter, Instagram y YouTube