Ciclón Yaku, lluvias torrenciales y huaicos destrozaron Trujillo en 6 horas

La gente lo ha perdido todo con el ingreso de los ríos producto de las fuertes lluvias que se registran en la costa. Foto: Investiga

En marzo del 2017, Trujillo soportó lluvias de hasta 27 litros por metro cuadrado. Pero el último viernes (marzo 2023), las lluvias alcanzaron un récord de 35 litros por metro cuadrado. Hasta ahora, en toda La Libertad hay más de 15,800 afectados, casi 5 mil viviendas dañadas y el temor de un desastre mayor.

Seis horas. Eso es lo que le bastó a la torrencial lluvia del viernes 10 de marzo por la noche, para destruir Trujillo, una de las urbes más importantes del norte del país.

Fue a las 6 de la tarde de ese día que las primeras gotas empezaron a caer en Huanchaco. Poco a poco la lluvia se hizo más y más fuerte hasta empezar a caer también sobre otros sectores de la ciudad. Esa fue la última vez que vimos a Trujillo como la recordamos ahora.

Lo que llegó después fue una descarga torrencial, incontenible y diluvial de agua que rompió todos los récords registrados de precipitaciones. De acuerdo al Senahmi, el viernes descargaron sobre Trujillo 35 mm/d, lo que equivaldría a 35 litros de agua por metro cuadrado.

Hasta el momento, esta ha sido la lluvia más fuerte e intensa en la última década. En marzo del 2017, cuando se registró el Fenómeno El Niño, que también destruyó Trujillo, los valores registrados fueron de 27 mm/d, es decir de hasta 27 litros por metro cuadrado.

Miles de afectados, damnificados y casas destruidas y sepultadas

El resultado de la torrencial lluvia del viernes aún no se cuantifica del todo. Sin embargo, de acuerdo al informe preliminar del Centro de Operaciones de Emergencia Regional de La Libertad, hasta el último sábado había 15,805 afectados y 4,460 damnificados, además de una ciudadana de 50 años fallecida en El Milagro a consecuencia de las aguas de la quebrada El León.

Respecto de la infraestructura, hay 4,964 inmuebles afectados, 771 colapsadas y 283 inhabitables. Entre estos, se cuenta la afectación a nosocomios importantes de la ciudad como el Hospital Regional Docente de Trujillo y el Hospital EsSalud Luis Albrecht, además de colegios estatales cuyos padres han hecho llamados de ayuda para extraer toda el agua acumulada.

Una de las escenas más aterradoras se dio en Villa Marina y Alto Salaverry donde una serie de viviendas fueron completamente destruidas y sepultadas por el lodo. Similar situación ocurrió en el sector Wichanzao en la parte alta de La Esperanza.

Trujillo bajo las aguas

En Trujillo, el agua inundó el Estadio Mansiche, el óvalo Papal, la sede de la Compañía de Bomberos, alrededores del tradicional Edificio Servat, de la ciudad universitaria de la UNT, alrededores de los concurridos centros comerciales como el Mall Aventura donde tuvo que suspenderse la atención al público.

En definitiva, Trujillo quedó a merced de la naturaleza y de la tragedia pues los 9 diques listos, de los 35 que desviarían las aguas hacia el río Moche, nada evitaron. Esta obra está a cargo de la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios.

El Gobierno Regional de La Libertad, también tuvo una actitud negligente pues apenas horas antes de la emergencia recién movilizó maquinaria para intentar limpiar el cauce de la quebrada San Ildefonso.

Respecto de la Municipalidad Provincial de Trujillo, hasta ahora no se ha dado a conocer alguna acción a ejecutar y de su alcalde nada se sabe.

Sobre las faldas de mamá gobierno

Por la tarde, llegó a la ciudad la presidenta de la República, Dina Boluarte, quien anunció la entrega de 5 motobombas, colchones, 200 carpas. También ofreció alimentos y agua que será enviada desde Lima.

Asimismo, anunció que cada región tendrá dos helicópteros para atender emergencias, se otorgará un bono para todos los damnificados de 500 soles mensuales por dos años, un bono para los agricultores afectados, y se instalarán viviendas modulares para los damnificados.

Sin embargo, nada es suficiente. El desastre del viernes 10 de marzo por la noche ha desnudado todas nuestras deficiencias como ciudad y como región. Y, ha evidenciado, una vez más, la poca capacidad de nuestras autoridades para ejecutar obras preventivas, perdurables, que eviten tragedias repetitivas por efectos naturales que son y serán cada vez más frecuentes.

Tras el fenómeno El Niño de marzo del 2017 y la consecuente destrucción de la ciudad, muchos lugares habían quedado hasta ahora con los daños de aquel entonces. Una de estas es precisamente Mampuesto, la primera zona de Trujillo sobre la que cae la fuerza de las aguas provenientes de las alturas de la quebrada San Ildefonso.

El huaico se llevó la avenida de S/7 millones

Familias enteras allí lo han perdido todo. Como se ha perdido también la avenida Miraflores por donde discurrieron los siete huaicos en el 2017. Esta vía, recién fue habilitada en septiembre el 2020; pero, una vez más, fue construida sin ningún criterio técnico que le permitiera soportar las aguas de un nuevo huaico, más aún siendo un cauce frecuente de estos.

La noche del viernes, la quebrada San Ildefonso volvió a descargar por la avenida Miraflores. Hoy, esta vía está completamente destruida. El huaico se llevó los casi S/7 millones que costó repararla.

La naturaleza tiene la culpa pues

El panorama en Trujillo es desolador. No hay agua potable pues en Chavimochic tampoco previnieron nada a pesar de que ya se alertaba de un evento de tal magnitud. Y, tampoco hay luz. La empresa Hidrandina puso a disposición número telefónicos pero la población denuncia que nadie responde para atenderlos.

Y así va Trujillo, en medio de esta emergencia. Con autoridades provinciales que no se asoman ni por casualidad y autoridades regionales que le echan la culpa al clima, y que se escudan en la frase: “no se puede contra la naturaleza”, como la que lanzó el gobernador César Acuña tras el desastre.

Lo más lamentable de todo es que esta emergencia aún no termina, sino que recién empieza…

Fuente: Investiga, medio integrante de la Red de Medios Regionales del Perú

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