Plan de Desarrollo Metropolitano de Arequipa: buscan urbanizar más suelo verde

La ciudad se expandió hasta alcanzar 21 mil 895 hectáreas de suelo urbanizado, tanto formal como informal. Este crecimiento tuvo un impacto significativo en las áreas agrícolas cercanas, ya que desde el 2002 hasta la actualidad, se urbanizaron 3 mil 822 hectáreas de tierras agrícolas. Y hay quienes quieren seguir urbanizando esas áreas, con todos los riesgos que implica para los arequipeños

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En el vasto y árido paisaje de Arequipa, las aguas del río Chili serpentean entre retazos de lo que fue la campiña que rodeaba la ciudad. Su explosivo crecimiento hizo que la urbe enfrente hoy grandes desafíos urbanos, como la falta de vías, transporte urbano insuficiente, incremento de desechos y pérdida de áreas verdes que incide en el deterioro ambiental. Aquí es donde cobra importancia el Plan de Desarrollo Metropolitano (PDM), un documento guía para el ordenamiento de la ciudad en los próximos 20 años.

Según el Instituto Municipal de Planeamiento (Impla), Arequipa ha experimentado un crecimiento urbano considerable en las últimas décadas, expandiéndose hasta alcanzar 21 mil 895 hectáreas de suelo urbanizado, tanto formal como informal. Este crecimiento tuvo un impacto significativo en las áreas agrícolas cercanas. Pues, desde el 2002 hasta la actualidad, se urbanizaron 3 mil 822 hectáreas de tierras agrícolas. Esta tendencia ha dado lugar a una disminución del paisaje rural en la ciudad. 

Esta situación plantea la pregunta crucial de si se protegerán adecuadamente las zonas agrícolas restantes en Arequipa, en vista de que el nuevo Plan de Desarrollo Metropolitano debe regir desde el 2023 al 2043, aun no se ha discutido. Así también, cómo se planea controlar el acelerado crecimiento urbano informal de la ciudad. 

Avances en el Plan de Desarrollo Metropolitano

En febrero del 2016, la Municipalidad Provincial de Arequipa aprobó el PDM para el período 2016-2025. Contra lo esperado, este plan permitió la expansión urbana en diversas áreas agrícolas de la ciudad. Sin embargo, su vigencia se paralizó en octubre del 2017, cuando la Fiscalía emitió una medida cautelar que frenó cualquier construcción en la campiña.

Tiempo después, en diciembre del 2019, la Corte Superior de Justicia de Arequipa sentenció a las autoridades y funcionarios que aprobaron este plan irregular. Como resultado, se dispuso la revisión y subsanación de las observaciones del PDM. Ante esta situación, el Impla comenzó a trabajar en la actualización del plan.

Los trabajos de actualización del PDM continúan. Precisamente este año se tiene planeado presentar el nuevo plan para su aprobación ante el Consejo Provincial de Arequipa. Según German Cutimbo, gerente del Impla, el avance actual del plan es del 90%. Sin embargo, la entrega del PDM que estaba prevista para agosto podría reprogramarse debido a la falta de personal técnico. 

El gerente señaló que solicitaron 1 millón 380 soles al municipio para contratar al personal necesario, pero hasta la fecha su solicitud no es atendida. Además, las mesas de trabajo con otros profesionales y la consulta pública para la revisión del nuevo PDM aún no tienen fecha, ya que están pendientes de la aprobación del pliego presupuestal. 

“A la fecha el impla no ha tenido una disposición presupuestal. Por ende no se ha podido contratar a los profesionales indicados. Estamos aún a la espera de la aprobación del convenio de la Municipalidad Provincial de Arequipa y del Impla para la transferencia presupuestal (…) Ahora no hay personal técnico, no hay quién haga las labores y las asesorías. Estamos trabajando a un nivel mínimo administrativo, solamente mi persona y el personal permanente. Estamos avanzando de a pocos”, declaró a El Búho. 

German Cutimbo Ticona, gerente del Impla

Cuestionamientos al nuevo PDM

Ante esto, el decano del Colegio de Arquitectos en Arequipa, Juan Melgar Begazo, señaló que no se puede elaborar un PDM con una gerencia que carece de personal. Para este trabajo se requiere de la participación de un equipo multidisciplinario. Entre ellos, planificadores, economistas urbanos, ecólogos, sociólogos, antropólogos, demógrafos, diseñadores urbanos, abogados y otros con especialización urbana.

A pesar de la falta de presupuesto que se argumenta como impedimento para iniciar las mesas de trabajo con otras instituciones para resolver la sentencia del PDM (2016-2025), una fuente cercana reveló que esto no es del todo cierto. Según esta fuente, estas reuniones no se están enfocando en evaluar las observaciones de la sentencia, sino más bien en discutir nuevas ampliaciones de ocupación de suelo agrícola.

“Eso es un grave error porque la modificación de un nuevo PDM es a partir del 2026, entonces estas mesas de trabajo no deberían de apuntar a modificar el PDM, eso significa que no están subsanando los errores sino la modificación del PDM. Felizmente algunas instituciones la han cuestionado y se espera que se hagan los correctivos”, advirtió a esta publicación.

Antes de la medida cautelar

Después de su aprobación, el PDM (2016-2025) fue objeto de una medida cautelar para proteger la campiña de Arequipa. Durante los primeros meses de su aplicación y antes de la disposición, se realizaron varios cuestionados cambios de uso en zonas agrícolas. Uno de los casos fue la construcción de un templo mormón que lleva el nombre de la “Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días”. La obra se edificó en Carmen Alto, en el distrito de Cayma.

Según el Plan Director de Arequipa Metropolitana (PDAM 2002-2015) la zona donde se edificó era considerado como área de Reserva Paisajista (RP). Imágenes satelitales del Templo mormón del 2004, 2017 y 2023.

Otro caso significativo fue la construcción de Promart Homecenter. La esquina de la avenida Metropolitana con Rímac (Cerro Colorado), donde actualmente se encuentra fue designada como una área de Protección Ambiental (ProA) por el Plan Director de Arequipa Metropolitana (PDAM 2002-2015). Allí se prohibía la construcción de edificaciones. Sin embargo, con la posterior aprobación del plan de desarrollo metropolitano (PDM 2016-2025), esta zona fue habilitada para uso comercial.

El anterior plan incluía, como zonas de reserva, no solo la esquina donde está Promart, sino también los terrenos donde se ubican las urbanizaciones de Challapampa. Sin embargo, el PDM los consideró como urbanizables. 

Ubicación de Promart (flecha dcha.) y las urbanizaciones de Challapampa (flecha izq.). Imágenes del 2003 al 2023.

Lo mismo ocurrió con los terrenos agrícolas del ecoparque Metropolitano de Arequipa en el distrito de Bustamante y Rivero. Según el PDAM, parte del área donde se edificó la Universidad Continental era considerada Zona Recreativa (ZR). Sin embargo, esa zona pasó a ser urbanizada durante la primera gestión (2011-2014) del ex alcalde Alfredo Zegarra.

Universidad Continental edificada en terrenos del ecoparque Metropolitano de Arequipa. Imágenes del 2004 al 2023.

Urbanizar más campiña

Cuando el PDM 2016-2025 entró en vigencia, se iniciaron diversas solicitudes de cambio de uso del suelo para urbanizar más la campiña de Arequipa. Según Cutimbo, presentaron alrededor de 200 expedientes para restituciones, incorporaciones y otros trámites. 

Entre ellos, señaló que sólo hay alrededor de 20 casos de solicitudes de cambio de suelo que se han verificado hasta el momento. De estas, aproximadamente la mitad han sido aprobadas debido a los derechos anteriores al 2016 que ya poseían los propietarios. En aquellos casos en que no hubo construcciones o derechos anteriores, se está evaluando y se restituirá a lo que era antes, es decir, como área agrícola, asegura Cutimbo.

Por otro lado, el decano del Colegio de Arquitectos, Juan Melgar, sostuvo que el nuevo PDM está considerando urbanizar muchas áreas agrícolas, incluyendo gran parte del perímetro de Arequipa. Según él, se están modificando grandes áreas de la vía de Evitamiento, las zonas de Cerro Colorado y Zamácola. Así también, la ruta hacia el hipódromo, los alrededores del pueblo de Socabaya y la conexión con el río.

“Hay propiedades de muchos años que han solicitado en 2002 su reinserción y no las toman en cuenta. Es increíble que los propietarios con derechos anteriores al plan no estén siendo reconocidos y se están incluyendo muchas áreas agrícolas en todas estas avenidas. Es innumerable la cantidad de predios que tienen y que pretenden incluir”, advirtió a El Búho.

Juan Melgar Begazo, decano del Colegio de Arquitectos en Arequipa.

Aunque aún no se dispone de una cifra exacta de los terrenos que se busca incluir, debido a que aún están en proceso de evaluación, se estima que la superficie en cuestión supera las 400 hectáreas observadas en la sentencia del 2019. Según el decano, muchas de las consideraciones de estas zonas agrícolas “han sido de forma unilateral por parte de la gerencia del Impla que toma decisiones por encima de las instituciones”.

Además, criticó la falta de transparencia en la información sobre los avances del PDM y exhortó al gerente Cutimbo a brindar explicaciones sobre las razones detrás de estas decisiones.

“Han ocultado la información que antes estaba en el visor, arguyendo que se estaban generando mayores licencias y derechos. Pero, lo que ocurre es que a ocultas y sin conocimiento de la población, incluyendo del Colegio de Arquitectos, no tenemos idea de cuál es el número actual de todas las inclusiones que están haciendo”, expresó indignado. 

Restricciones legales

La Ley de Desarrollo Urbano Sostenible (nro. 31313) busca promover un uso sostenible del suelo y evitar la expansión urbana desordenada en las zonas agrícolas. Esta norma establece que estas zonas deben ser protegidas y preservadas. Asimismo, su uso sólo puede ser modificado en casos excepcionales y con la aprobación de las autoridades competentes.

Y en el caso de Arequipa se debe considerar su clima desértico, que hace indispensable fomentar las áreas verdes, y la declaratoria de Patrimonio Cultural de la Humanidad por UNESCO, lo que implica un reconocimiento a la ciudad, incluido su paisaje urbano, caracterizado por la campiña.

Sin embargo, el gerente del Impla explica que las zonas agrícolas o zonas rurales de Arequipa sí son factibles de incorporar a las áreas urbanas.

“Si un administrado o una municipalidad nos solicita no podemos negarnos en base a lo escrito en la ley. Las zonas agrícolas tienen una legislación permisiva en algunas cosas, pero una vez declaradas áreas de protección ambiental, nos va permitir excluirlas de la excepción de la regla”. 

El artículo 35 de esta ley implementa diversas restricciones con el fin de evitar el uso no autorizado del suelo en distintas áreas. Entre estas áreas se encuentran las áreas naturales protegidas, los ecosistemas frágiles y las zonas arqueológicas y monumentales. También se restringe la ocupación en áreas destinadas a la defensa y seguridad nacional, así como en zonas de alto riesgo y riesgo recurrente.

La ley también prohíbe la concesión de derechos sobre terrenos de playa y la zona de dominio restringido. Además, limita la ocupación en áreas que albergan recursos hídricos y en las fajas de terreno correspondientes a la red vial del Sistema Nacional de Carreteras. Asimismo, se establecen áreas destinadas a actividades agrícolas, ganaderas y forestales, de acuerdo con los planes de desarrollo urbano y metropolitano. Por último, se menciona que otras áreas pueden ser restringidas por normativa especial.

Problemas ambientales en Arequipa

Hace 20 años, Arequipa tenía una extensión territorial de 9 mil 520 hectáreas ocupadas por 809 mil 130 personas. Actualmente tiene 1 millón 200 mil habitantes y se ha expandido hasta alcanzar las 21 mil 895 hectáreas de suelo urbanizado. Este crecimiento ha tenido un impacto significativo en la campiña, ya que desde el 2002 hasta la actualidad, se urbanizaron 3 mil 822 hectáreas de tierras agrícolas, según el IMPLA.

El acelerado crecimiento urbano de Arequipa está generando serias consecuencias para el medio ambiente y la calidad de vida de sus habitantes, advirtió una fuente experta en arquitectura y conservación de patrimonios arquitectónicos y urbanísticos. El déficit de áreas verdes es alarmante. 

Según la Organización Mundial de la Salud, se requieren al menos 9 metros cuadrados de áreas verdes por habitante en las zonas urbanizadas. Sin embargo, en Arequipa apenas se llega al 5% u 8% de áreas arborizadas, muy por debajo de lo recomendado.

La transformación del desierto en áreas productivas, como la histórica campiña de Arequipa, ha compensado en parte la aridez del suelo de Arequipa y contribuyó al equilibrio ambiental durante siglos. Sin embargo, en las últimas décadas se ha observado una pérdida significativa de espacios verdes, debido a la urbanización.

Además, la construcción de urbanizaciones ha elevado las temperaturas en las zonas urbanas. En algunos casos, la temperatura puede aumentar hasta 8 grados más. Este incremento térmico no solo afecta la calidad de vida de las personas, sino también a los materiales artificiales, que se degradan más rápido y liberan elementos tóxicos al ambiente.

“Estamos convirtiéndonos en una ciudad con altos índices de polución. El suelo agrícola ya no atrapa las partículas del polvo, por otro lado los materiales como los metales y los plásticos se degradan y aportan elementos tóxicos al medio ambiente. Esas son las consecuencias de no tener un modelo de gestión que prevea que no se urbanicen las zonas agrícolas (…) Resulta fundamental establecer una política que prohíba la conversión de áreas verdes en construcciones y garantice la preservación de los terrenos agrícolas”, alegó la fuente especialista en conservación de patrimonios. 

Patrimonio Cultural en riesgo

En noviembre de 2000, la UNESCO declaró a Arequipa como Patrimonio Cultural de la Humanidad, reconociendo dos criterios sobresalientes que destacan en su arquitectura histórica y paisajística. Este último, resalta el valioso contexto volcánico y agrícola que rodea a la ciudad. 

La declaración de la UNESCO implicó la protección del Centro Histórico de Arequipa. También la implementación de modelos de gestión para salvaguardar la campiña y preservar su esencia. Sin embargo, la responsabilidad de mantener este preciado título no recae solo en la declaración inicial.

Arequipa se enfrenta a una evaluación continua por parte de la UNESCO, en la que se emiten recomendaciones y observaciones preventivas. Cumplir con estas recomendaciones de preservación y protección de las zonas agrícolas se vuelve crucial. Pues de no hacerlo, la ciudad correría el riesgo de ser incluida en la lista de ciudades en peligro de perder su título de Patrimonio Cultural.

“El año pasado se envió un informe a Unesco señalando que aún no se ha resuelto el PLAMCHA (Plan Maestro del Centro Histórico de Arequipa). Estamos en deuda con Unesco porque no hemos aprobado el PLAMCHA y eso también puede ser riesgoso porque una de las cosas que pide Unesco es que las bases jurídicas normativas [es decir, nuestras ordenanzas] le den sostenibilidad. Para este 2023, Unesco emitirá un informe y los más probable es que nos vengan observaciones serias”, dijo la fuente especialista en conservación de patrimonios. 

Negociados con la campiña de Arequipa

En los últimos meses, miembros empresariales de construcción mencionaron que los proyectos de vivienda se paralizaron por la medida cautelar del PDM. Ante esto, algunos actores del sector inmobiliario instaban a las autoridades de Arequipa a que aceleren la reformulación del PDM, argumentando el incremento del déficit de vivienda. Sin embargo, el decano del Colegio de Arquitectos, Juan Melgar, desmintió que sea así. “Solo en las áreas urbanas existentes tenemos más de lo que se podría necesitar, entonces eso es un sustento bastante mal hecho”. 

Por otro lado, una fuente experta en arquitectura aclaró a esta publicación que el desarrollo de la ciudad no se ha detenido, tal como manifiesta el sector inmobiliario. Se puede seguir invirtiendo y construyendo en otras áreas de zonificación, salvo aquellas que se encuentran en áreas agrícolas. “No es cierto que el PDM esté detenido, sólo está suspendida la parte que implica cambio de uso”, explicó. 

Además, otra fuente especializada en planificación y gestión ambiental explicó que las zonas de campiña cercanas a grandes infraestructuras como comercios, vías, servicios de agua y luz, son consideradas valiosas debido a que cuentan con equipamientos y servicios necesarios. Por esta razón, los agentes inmobiliarios evalúan estos suelos agrícolas para comprarlos y urbanizar

“Si comprueban que ese suelo agrícola [con servicios y equipamientos aledaños] no puede ser urbanizado, realizan otros tipos de trámites para convertirlo en suelo urbano, lo que puede aumentar el costo. Pero a pesar de ello, la venta de estas propiedades es un gran negocio (…) La protección legal [del suelo agrícola] es muy débil y es más fácil convertirlo en urbano, pese que a la población no le convenga. Como este interés público no está bien defendido por marcos legales, entonces está predominando el interés privado que está motivado por las ganancias de la inversión inmobiliaria”, explicó la fuente.

*Para este reportaje se protegió la identidad de las fuentes consultadas a solicitud de las mismas.

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Autor

  • Liz Campos Rimachi

    Egresada de la carrera de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Nacional de San Agustín, es periodista de investigación especializada en temas políticos y sociales, de educación, salud y controversias regionales.

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