Hace 20 años: El aborto clandestino en Arequipa, un peligroso punto aparte

La seducción que empieza con el ofrecimiento de un tratamiento económico, eficaz y sin dolor, termina por persuadir a quienes no encuentran otra solución a un problema controversial.

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Los avisos en la sección de económicos en los diarios de mayor circulación de Arequipa nos ofrecen una pista. Junto a la perturbadora sección de clasificados para adultos, emergen anuncios donde destacan: “Soluciones”, “Consultorio”, “Curandero”, “Obstetriz”, “¿Atraso Menstrual?”, “Centro Femenino”; palabras y frases, sutilmente acompañadas de un: “No desespere, solución segura y sana, método 100% eficaz, atención de doctora…”. La piedra lanzada está.

Con un diagnóstico de embarazo positivo en mano y una audaz periodista -fungiendo de pareja sentimental de este redactor- nos dirigimos al primero de los seis consultorios en donde “regularizan la regla”. Seis de los nueve avisos publicados un día lunes en un diario de circulación regional son explícitos al momento de indicar la dirección. En los tres restantes, las señas se dan previa cita llamando a un celular. La reserva es absoluta.

La primera dirección del periódico nos conduce a una galería comercial de la cuadra 3 de la calle Pizarro, es un consultorio naturista.

-Buenas, venimos por el aviso del periódico. ¿Está el doctor? Un muchacho de unos 16 años nos responde: -Un ratito. Entra a la habitación contigua. El lugar es pequeño y oscuro, aun así se nota que no ha sido aseado en varios días. -Adelante. Nos recibe un tipo de baja estatura, tez morena y contextura gruesa. Tiene, suponemos, unos 35 años, no es amable, pero tampoco grosero. Seca y automáticamente pregunta: ¿Cuántos meses tiene? – Uno, respondemos y empieza a explicamos los tres métodos que practica: el “natural”, que consiste en la ingestión de pastillas que dilatan el cuello uterino, cuesta 80 soles.

El segundo método es quirúrgico y se aplica, nos dice, sólo si el primero falla, en este caso el trabajo cuesta 200 soles, y finalmente, el tercero “que estoy seguro no le va a gustar porque debe tomar brebajes muy amargos”, sentencia mirando fijamente a mi compañera. Se esmera en convencernos que sus métodos son seguros y que no hay nada de qué preocuparse, pero estos “clientes” deciden irse arguyendo que deben pensarlo mejor.

Enseguida vamos a la segunda dirección en la calle San Camilo. Se trata de una galería -como el lugar anterior- es una oficina en el segundo piso. En la sala de recepción, que es más pequeña aún que la del naturista, hay una pareja en el sofá dando rienda suelta a los mimos. Ambos no pasan de los 22 años. Los interrumpimos, -Venimos por el aviso. Código suficiente para que la joven se pare y saque del consultorio a un niño de aproximadamente tres años que está jugando en el lugar. Entramos al consultorio y previa sonrisa nos pregunta: ¿Cuántos meses tiene mi compañera? -Uno, acabamos de confirmar, responde mi pareja. Bastante segura y amable, la muchacha nos dice que no tengamos miedo, que las cosas siempre han salido bien en su consultorio.

El tratamiento de pastillas o inyecciones puede hacerse sólo hasta el mes, las inyecciones te las puedes colocar tú misma en tu casa y en unas horas, ya estas bien, puede que sientas unas maldijadas como durante tu regla, pero eso es todo. Este tratamiento cuesta 180 soles, el quirúrgico, el legrado común, está entre 350 y 400 soles, en Arequipa.

-Tengo miedo de que me pasé algo, tú sabes, esto es muy difícil, quiero saber… Tú tienes experiencia en esto. ¿No?, dice mi compañera “Claro, tengo mucha, y nunca he tenido problemas con ninguna chica. Te entiendo, es tu primera vez, pero te pido confianza; el doctor es bueno, tiene consultorio propio o si prefieres una obstetriz también puede ser…

El siguiente consultorio se encuentra a media cuadra de la Plaza de Armas, en la calle Puente Bolognesi, es un tópico de inyectables y quien nos atiende es una mujer de unos 35 años. Nos pide el examen de embarazo y asiente con la cabeza. “El médico trabaja en hospital, es bueno… Aquí vienen incluso jovencitas a quienes les han practicado mal un aborto, igual las atendemos, no tengan cuidado…”. La mujer le pregunta a mi compañera si sufre de asma o del corazón; explica que esto aumenta el riesgo, pero no ahonda en detalles.

El precio, 100 soles por las pastillas o inyección, 250 por el método quirúrgico. El resto de los anuncios del periódico en Arequipa, ofrecen los mismos tratamientos y los precios no son muy diferente a los presentados líneas arriba.

Sin poder evitar contagiarse del luto ajeno abandonamos estos lugares donde se reciben ene número de personas al día. El negocio parece floreciente en Arequipa.

Texto: Iván Arista Villanueva | Publicado en Semanario El Búho No. 99 – 13 de junio de 2003.

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