El impacto de la industria minera: las tres caras de un solo rostro

Texto: Semanario El BĆŗho | Publicado en Semanario El BĆŗho No. 113 ā€“ 19 de septiembre de 2003.

- Publicidad -

La explotaciĆ³n minera se ha expandido en el PerĆŗ en esta Ćŗltima dĆ©cada y aunque este sector se constituyĆ³ en uno de los mĆ”s exitosos del paĆ­s, aĆŗn subsisten problemas, pese a las nuevas leyes y a la buena voluntad -con propuestas-, de los empresarios.

En la presente ConvenciĆ³n Minera se han presentado una serie de ponencias, ademĆ”s de las especializadas (maquinarias, nuevas tecnologĆ­as, etc.); las que abordaron la problemĆ”tica de la explotaciĆ³n minera: responsabilidad ambiental, salud y seguridad ocupacional, relaciĆ³n con la comunidad, etc.; problemas no resueltos que constituyen el eje de las propuestas de cambio. 

Los expositores internacionales presentaron, por su parte, una serie de posibilidades para enfrentar esta problemĆ”tica relatando las experiencias de la actividad minera en sus respectivos paĆ­ses. 

El lema de la convenciĆ³n describe la situaciĆ³n de esta actividad en el paĆ­s “Desarrollo Sostenible: Reto Minero”, y es que los cambios que apuntan a un desarrollo mĆ”s comprometido con el entorno se encuentran todavĆ­a en etapa de transiciĆ³n. Descubramos a grandes rasgos tres campos, relacionados intrĆ­nsecamente, sobre el impacto de esta industria en el paĆ­s. 

Impacto social 

Martin Scurrah, director regional de OXFAM AmĆ©rica, sostiene que el impacto mayor se produce en la cultura de las comunidades. Pues con la llegada de obreros se crean nuevos enclaves poblacionales. Por su parte, Miguel PalacĆ­n, presidente de la Coordinadora Nacional de Comunidades del PerĆŗ Afectadas por la MinerĆ­a (CONACAMI), seƱala que una consecuencia de este impacto se manifiesta en la llegada de poblaciĆ³n desde otros lugares en busca de empleo, lo que tuguriza y encarece las ciudades cercanas a las minas.Ā 

AdemĆ”s, el trabajo que se ofrece a los pobladores de estas zonas es temporal y domĆ©stico, por llamarlo de algĆŗn modo. Son choferes, personal de limpieza o para la construcciĆ³n de carreteras. Esto se produce, en especial, cuando la explotaciĆ³n se realiza en comunidades deprimidas. Pues para el trabajo tĆ©cnico se requiere mano de obra calificada, cuya demanda tambiĆ©n va decreciendo a merced de las nuevas tecnologĆ­as.Ā 

Pero como dice el propio Scurrah, no todo es malo. Por ejemplo, cuando ya se instalan estas empresas, le son necesarias nuevas vĆ­as de comunicaciĆ³n. AsĆ­ que se encargan de la construcciĆ³n de carreteras y el mantenimiento de estas. De 1990 al aƱo 2000 se han construido 184 km. de carreteras asfaltadas y mil 458 km. de carretera afirmada, beneficiando a los pobladores.Ā 

En sus Ćŗltimas declaraciones, PalacĆ­n comentĆ³ que las empresas que explotan los minerales se llevan mĆ”s de lo que invierten en el paĆ­s. Y es en este comentario donde podemos detectar un primer problema. Esto es, la indiferencia del Estado que no asume responsabilidad en la regulaciĆ³n del desarrollo equilibrado de las diferentes localidades.Ā 

El desarrollo sostenible de una comunidad impactada por una actividad productiva va mĆ”s allĆ” de lo que dijo el ministro de EnergĆ­a y Minas, Hans Flury, en el sentido de que el Estado debe respetar las reglas del juego para mantener la estabilidad del marco jurĆ­dico y tributario. Tampoco el papel del estado puede reducirse al de promover la participaciĆ³n y vigilancia de las comunidades, hace falta un marco legal equilibrado para que la sostenibilidad sea legalmente viable y no dependa Ćŗnicamente de la buena voluntad de los empresarios mineros, plasmado en su nuevo CĆ³digo de Ɖtica 

El estado peruano deberĆ­a comenzar revisando la distribuciĆ³n del canon minero, injusto para muchos, como se lo parece a RaĆŗl Benavides Ganoza, presidente de la XXVI ConvenciĆ³n Minera y gerente de Desarrollo de Negocios de la CompaƱƭa Minera Buenaventura, quien declarĆ³: “El tema del canon es un asunto irritante para los mineros, es que la distribuciĆ³n de Ć©ste se subasta de acuerdo al gusto de los congresistas”.

Augusto Baerti, de Gestora de Negocios e Inversiones tambiĆ©n hizo hincapiĆ© en el tema. OpinĆ³ que, en la distribuciĆ³n de los recursos, deberĆ­a considerarse la pobreza antes que la cantidad de gente que habita en las ciudades. Siendo un tema tan sensible e irresuelto, lo importante es que las empresas mineras hayan comenzado a mostrar interĆ©s por el tema. Aunque para la viabilidad del desarrollo sostenible es bĆ”sica la participaciĆ³n del Estado. 

Para Scurrah, “es clara la falta de mecanismos apropiados del gobierno para procesar todas las quejas aun cuando en el proceso de consultas en diciembre del aƱo pasado se vio una mejora importante en el proceso de consultas a comunidades sobre el impacto ambiental. Falta normatividad, las empresas tienen su responsabilidad, sin duda, pero el gobierno tambiĆ©n tiene que hacer lo suyo”. 

Impacto ambiental 

A decir del ministro Hans Flury, el cuidado del medio ambiente es uno de los pilares del desarrollo sostenible. Y el gobierno ha incidido en dar leyes para mejorar su protecciĆ³n -obligatoriedad de estudios ambientales, por ejemplo. Y otras para que las empresas que operan antes de que se diera la legislaciĆ³n, adecĆŗen su tecnologĆ­a para causar menos daƱo en la comunidad.Ā 

El problema que no se ha podido resolver son los pasivos ambientales, que no es otra cosa que el incorrecto cierre de una mina. O el simple abandono del terreno cuando ya se extrajeron todos los recursos, lo que genera contaminaciĆ³n y el consiguiente deterioro del ambiente.

Este problema se intentĆ³ resolver con la aplicaciĆ³n de los Programas de AdecuaciĆ³n y Manejo Ambiental (PAMA) por parte de las empresas mineras. Pero no se han obtenido resultados completamente satisfactoriosĀ 

Los pasivos ambientales son los generadores de la antipatĆ­a de las comunidades campesinas hacia las industrias mineras. Y es que aun los programas para remediar suelos y aguas no son del todo apropiados, comparĆ”ndolos con el daƱo causado.Ā 

SegĆŗn datos del Ministerio de EnergĆ­a y Minas, las operaciones mineras realizadas en el pasado, cuando no existĆ­a la actual legislaciĆ³n, han dejado un pasivo ambiental de 200 millones de dĆ³lares, sin que se haya hecho nada al respecto. 

Por otro lado, tambiĆ©n es cierto que las empresas mineras que han superado el enfoque tradicional estĆ”n iniciando un cambio. Ejemplo de esto es la recuperaciĆ³n de la BahĆ­a de Ite, cercana al puerto de llo (Moquegua), emprendida por Southern PerĆŗ. 

Cesar Polo, secretario ejecutivo del Consejo Nacional del Ambiente (CONAM) sostiene que se debe hacer campaƱas de divulgaciĆ³n desde diversos sectores, incluido el pĆŗblico, con el compromiso de mejorar la biodiversidad en forma conjunta. AƱade que es fundamental que existan polĆ­ticas ambientales sectoriales y que las acciones de las mismas sean impostergables, para completar las normas de calidad ambiental. AbogĆ³ tambiĆ©n porque las empresas hagan un uso moderado y responsable de los recursos naturales. 

Por su parte, la directora general de MinerĆ­a, MarĆ­a Chappuis, seƱalĆ³ que las empresas mineras darĆ­an un buen ejemplo de responsabilidad social si se comprometieran a aceptar un fideicomiso de cierre de mina, con el objetivo que las empresas tengan los fondos requeridos para efectuar un plan de cierre luego de haber concluido sus operaciones.Ā 

Fuera de estas iniciativas tambiĆ©n estĆ” la vigilancia de los pobladores para evitar o resanar lo mĆ”s pronto posible cualquier daƱo causado por esta industria. La OXFAM propone, para que se aplique mejor este mecanismo, que las empresas mantengan a los pobladores informados sobre sus actividades, sin que eso signifique que el Estado deje de lado su funciĆ³n vigilante. 

El coordinador Scurrah seƱala aquĆ­ un punto controversial, el concepto de conflicto de interĆ©s, en el sentido que el mismo ministerio promueve la actividad minera y tambiĆ©n tiene responsabilidad en la fiscalizaciĆ³n del control medioambiental. El especialista cree que serĆ­a mejor crear una estructura con mayor independencia. 

Impacto econĆ³mico 

Para nadie es un secreto que el sector minero es el mĆ”s exitoso del paĆ­s. Fernando Cilloniz, gerente de Inform@cciĆ³n, (pĆ”gina web especializada), sostiene que el aƱo pasado las exportaciones en el PerĆŗ alcanzaron los 7 mil 500 millones de dĆ³lares. De ellos, 3 mil 665 millones corresponden a exportaciones mineras.Ā 

Benavides Ganoza, por su parte, seƱala que la minerĆ­a genera un movimiento econĆ³mico de 4 mil 200 millones de dĆ³lares al aƱo.

A pesar de las descomunales cifras, aĆŗn no hay buenas nuevas sobre el destino de los recursos obtenidos por las empresas mineras. La mayorĆ­a de ellos no se reinvierten en el desarrollo de los pueblos donde realizan sus actividades.Ā 

Este hecho es contraproducente si empezamos a creer en el nuevo reto que se ha plateado la minerĆ­a ahora. Como sostiene Benavides, el desarrollo minero debe beneficiar tanto a la poblaciĆ³n como a la empresa extractora.

SĆ­guenos tambiĆ©n en nuestras redes sociales:    

BĆŗscanos en FacebookTwitterInstagram y ademĆ”s en YouTube.

Autor

  • Semanario El BĆŗho

    Las notas publicadas por ā€œSemanario El BĆŗhoā€ fueron elaboradas por miembros de nuestra redacciĆ³n bajo la supervisiĆ³n del equipo editorial. Conozca mĆ”s en https://elbuho.pe/quienes-somos/.

SuscrĆ­bete a La Portada

RecomendaciĆ³n: Antes de iniciar la suscripciĆ³n te invitamos a aƱadir a tu lista de contactos el correo electrĆ³nico [email protected], para garantizar que el mensaje de confirmaciĆ³n de registro no se envĆ­e a la carpeta de correo no deseado o spam.
- Publicidad -

ArtĆ­culos relacionados

ƚltimas noticias