Arequipa: la lectura acerca a los presos al sueƱo de la reintegraciĆ³n

Un viaje a los pasillos y espacios del penal de Socabaya, donde muchos internos se aproximan al mundo de la lectura

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Son apenas un par de pasos que separan el patio de los salones en los pabellones del penal de Socabaya en la ciudad de Arequipa. El lugar, alejado del centro de la ciudad, a poco menos de una 1 hora de viaje, entre rejas y torres de vigilancia levantadas hace aƱos, viven su dĆ­a a dĆ­a mĆ”s de 2 mil presos. Ellos transitan, sin diferencias, entre pasillos angostos, oscuros, patios llenos de prendas lavadas y quehaceres de ocio para matar el tiempo. Pero hay un grupo entre ellos que encontraron un mejor quehacer para sus monĆ³tonos dĆ­as: la lectura.

Los dos pabellones – de hombres y mujeres- cuentan con bibliotecas. AsĆ­, muchos de los que pasan largas temporadas en encierro, pueden acceder a libros para su lectura. Algunos, incluso incursionan en la escritura de poemas, de biografĆ­as, entre otras.

Patio de varones en el penal de Socabaya (Foto: Dany Chirme Hancco / El BĆŗho)

El viernes pasado, sin embargo, pasĆ³ algo diferente: a los dos pabellones, tanto de varones como de mujeres llegaron mediadores de lectura. Personas que acercan la lectura de libros, cĆ³mics, entre otros, a los internos.

En el caso de los varones, se juntaron en un salĆ³n apegado, sentados en sillas mirando como se leĆ­an los libros de Juan Acevedo. Preguntan, responden, participan. Algunos dicen que con la pandemia soƱaron que los dejarĆ­an en libertad como en otros paĆ­ses. Muchos recuerdan comics de su pasado: Popeye, Superman, TarzĆ”n y mĆ”s. Otros leen novelas de autores reconocidos o ganadores del premio Nobel de literatura.

ā€œUno piensa que como estĆ”n en el penal estĆ”n alejados de los libros y la lectura, no es asĆ­, hay personas que leen mucho dentro de los penales, tambiĆ©n hay muchos que no, como ocurre fuera de los penalesā€

RaĆŗl Romero, mediador de lectura.
MediaciĆ³n de lectura a los internos del pabellĆ³n de varones del penal de Socabaya (Foto: Dany Chirme Hancco / El BĆŗho)

Lectura en el penal de mujeres

El pabellĆ³n de mujeres se encuentra al otro extremo del de varones. Un pasillo pequeƱo en un cuarto de no mĆ”s de diez metros cuadrados se encuentra con un control riguroso, un par de vallas, y un caminito hacia una loza. En medio de casas prefabricadas, las internas hicieron un mural en honor a la lectura.

Mural en honor a la lectura, realizada por las internas del penal de Socabaya (Foto: Dany Chirme Hancco)

Cuentan muchas de ellas que les gusta la lectura, que escriben libros, que componen poemas. Muchas de ellas dicen que les gustarĆ­a escribir sobre sus padres, sobre su vida afuera, sobre los errores que han cometido. AquĆ­, podemos leer uno de los poemas que recitĆ³ Maribel:

Puedes pretender robar mi sonrisa,
Puedes pretender robar mis anhelos,
Puedes pretender hundirme en el valle de las sombras,
Puedes pretender daƱar mi cuerpo, mi mente,
Pero nunca robarƔs la esencia de mi alma,
Puedes intentar cerrarme las puertas,
Lo que no sabes que yo tengo la llave de la libertad.

ā€œLo mĆ”s bonito es que uno a veces con la lectura de un libro y queda muy emocionado, muy impactado, le surgen muchas ideas, y pocas veces tiene la oportunidad de conocer al autor o a la autora y poder comentar con esas personas, su experiencia lectoraā€ comenta RaĆŗl Romero.

Asƭ, los internos del penal de Socabaya en Arequipa, tendrƔn la posibilidad de conocer a Juan Acevedo y Wendy Ramos en noviembre. Muchos de ellos ven una oportunidad de compartir un gusto con los autores, el de la lectura.

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