La angustia terminó y se abrió paso el horror. En La Libertad, la insania criminal ha desbordado todo límite imaginado sin que nada ni nadie sea capaz de ponerle freno. La última víctima de esta andanada de violencia extrema es el empresario minero Santos Guillermo Sánchez Vera, de 38 años de edad.
HALLAZGO EN LA CARRETERA
La mañana del martes, un camino desolado en el sector Ingacorral en el distrito de Cachicadán, en la provincia de Santiago de Chuco, en la serranía de La Libertad, fue escenario de un macabro hallazgo: un hombre yacía tendido boca arriba, sin vida. Eran las 8 de la mañana. Vestía una casaca amarilla y un pantalón negro cubierto con una frazada. Pero eso no era todo.
El cadáver tenía signos de tortura. Le habían cercenado los dedos de la mano izquierda y de su cabeza había brotado gran cantidad de sangre. Hasta parecía que le habían arrancado los ojos. La escena era espeluznante.
A la llegada de la policía de la zona, se descubrió un detalle más. En el torso, sus asesinos habían escrito un mensaje macabro: “por no pagar completo”, decía la inscripción como mensaje. No había más pistas.
SECUESTRADORES DISFRAZADOS DE POLICÍAS
Desde un primer momento, las primeras sospechas apuntaron a que el cadáver pertenecía al empresario minero Santos Guillermo Sánchez Vera, de 38 años, quien fue secuestrado el último jueves cuando regresaba desde Pataz a Trujillo en su camioneta Ford de placa BFF 945, modelo Raptor.
Se desconoce cómo lo sorprendieron, pero hoy se sabe que sus plagiarios los habrían detenido haciéndose pasar por policías y luego no tuvieron piedad en su accionar. No dudaron en asesinar a sus dos acompañantes: Edgar Vega Torres y Roger Paredes Aguilar, de 29 y 47 años, cuyos restos aparecieron junto a la camioneta.
FAMILIARES LO RECONOCIERON
Tras la divulgación de la noticia, y el arribo de los peritos policiales a la zona del hallazgo en la sierra de La Libertad, llegaron también algunos familiares y amigos quienes reconocieron al empresario, por sus rasgos y sus prendas, a decir de testigos de la diligencia del levantamiento del cadáver.
No obstante, como ordena la ley, será el peritaje forense que se practicará en la División de Medicina Legal del Ministerio Público de Trujillo, será el que confirme oficialmente la identidad del fallecido.
Días previos a este horrendo desenlace, se hizo pública la versión de que los secuestradores exigían 10 millones de dólares para devolver con vida al empresario minero.
Tras el hallazgo del cadáver, otras versiones no oficiales indican que la familia de Sánchez Vera habría pagado mucho menos por el rescate y que eso desató la furia de los criminales. Por ello, los asesinos habrían escrito el mensaje “por no pagar completo”, en el mismo cuerpo del fallecido.
Hasta el cierre de este despacho, la policía guardaba silencio sobre este macabro caso y el cuerpo ya yacía en la morgue.
LA BANDA DE FALSOS POLICÍAS
Respecto a los autores de este crimen, no se descarta que detrás esté la misma banda que vestida con chalecos de la policía, secuestró en octubre del año pasado al prestamista Iván Díaz Garrido a quien se lo llevaron a plena luz del día de su negocio en la avenida Perú de Trujillo.
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