La calle Puente Bolognesi, en Arequipa, destaca por sus diversas y hermosas casonas, así como por los tambos que antiguamente servían como lugares de hospedaje a los arrieros y comerciantes. Hoy en día se han convertido en tugurizadas viviendas.
Conformante del “damero español fundacional”, la historia de la calle Puente Bolognesi se encuentra íntimamente ligada al proceso constructivo del Puente a Real, hoy Puente Bolognesi. El inicio de su construcción, en 1558, propició la habilitación de los terrenos para una adecuada accesibilidad desde el otro lado del río hacia la Plaza Mayor.
Travada y Córdoba, refiriéndose a esta habilitación, dice lo siguiente:
“En medio de esta ribera se atraviesa un gran puente, donde hace una elevada barranca hasta el medio de la ciudad a donde por no haber altura y estar la ciudad más alta que el burgo se enlaza con el puente, un artificioso baluarte de más de una cuadra de largo que sirve de calle hasta comunicarse al centro de la ciudad a cuyos lados hay casas y tiendas”.
Esto explica por qué hoy los tambos y casas en este tramo se encuentran a niveles de piso más bajos con respecto a la calle Puente Bolognesi.
Durante los terremotos de 1582, 1784 y 1868 el puente sufre daños considerables que obligan a modificaciones y adecuaciones constructivas. A eso se suman los ocasionados en los arcos por las avenidas del río. Todo este proceso va modificando la configuración de sus solares aledaños y en consecuencia de la calle.
Hacia el año 1874, se instala en la ciudad el tranvía jalado por tracción animal, conocido como “Tranvía de sangre”. Éste tiene como paso obligado la “Calle del Puente” o Puente Viejo para acceder al barrio de La Antiquilla.
Desde 1930 se inicia un proceso de modernización en la ciudad, motivada por la proximidad de los festejos del IV Centenario de la Fundación Española. Destacando en este sector la ampliación de la sección del puente utilizando rieles y concreto. Además, el cambio del antiguo pretil de piedra, por una baranda de hierro fundido y pasamanos de madera.
Adicionalmente, se reemplazó el pavimento de canto rodado de la calle, por el adoquinado de basalto.
En las últimas décadas, la calle perdió su importancia. La transformación urbana de Arequipa exigía cambios, nuevas instalaciones e infraestructura para su funcionamiento. Entre ellos, el retiro del tranvía eléctrico a mediados de los 60s y la construcción de la Av. La Marina en los años 70s.
Sin embargo, dentro del proceso de recuperación del Centro Histórico de Arequipa, estamos obligados, como colectividad, a recuperar la prestancia y valor de una de las calles más emblemáticas en la historia urbana de la ciudad.
Texto: Arquitecto Julio C. Aspilcueta
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