MVLL: No es profeta en su tierra

"No se trata de la defensa de quien no la necesita(MVLL), ni el alegato a favor de quien ha vivido desde los veinte años escuchando alegatos a su favor"

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No se trata de la defensa de quien no la necesita, ni el alegato a favor de quien ha vivido desde los veinte y tantos años escuchando alegatos nacionales e internacionales a su favor y ahora tiene 87, amén de reconocimientos mil por todas partes y en variadas formas. ¿En qué lo puede afectar, a estas alturas, la opinión de sus detractores nacionales? Tampoco se trata de la denuncia de esos compatriotas que se niegan a conocerlo o reconocerlo por rechazo o antipatía, que creo tiene que ver más con el ressentiment que con MVLL. Se trata de lo que esta actitud revela respecto a la idiosincrasia de ese pueblo, que es el suyo. 

Más injusto e importante que el rechazo ideológico a MVLL, incluso de parte de sus paisanos, es el comentario espasmódico, la diatriba mal o bien disimulada, la frase hipocritona cuando se trata de su persona, de sus rasgos o de su carácter (sí, escribe bien, pero…). Esa mala voluntad para (re)conocer no sólo sus espléndidas virtudes como ser humano, sino el carácter y la variedad de estas virtudes más allá  de la literatura. 

Pareciera que muchos paisanos  lo detestaran  abierta o veladamente, o a media voz, aún en su propia ciudad. Solo dos ejemplos: un rector de universidad, que lo miraba de pasada en la televisión, comentó en voz alta: “otra vez el sabiondo”. Ninguna empatía. Un reconocido intelectual arequipeño  recibiendo gratuitamente la copia de un artículo de Vargas Llosa sobre Bob Marley, el reggae y el cannabis: “de todo se ocupa este tío ¿no?” Tratándose del más famoso de los escritores peruanos en este siglo y en el anterior ¿no vale la pena preguntar por este rechazo evidente y oculto a la vez?

Esa mala voluntad, esa antipatía, no puede explicarse solamente por la ignorancia respecto de su vida y  de su obra. Una cosa es comprar un libro, otra leerlo, otra sacar alguna mínima conclusión de la lectura. ¿Cómo rechazar a alguien que  se conoce solo a partir de dos novelas apenas leídas, de las cuales no se saca ninguna conclusión? La  escasa lectura en el Perú es un hecho tan evidente como la ingenuidad popular de creer que un escritor de talla mundial, con Nobel y Academia Francesa de por medio  es solo alguien que escribe bien, independientemente de sus valores personales y de su peso ético específico. MVLL está lejos de ser sólo un paisano que escribe bien y nada más. Si fuera una simple cuestión técnica, se podría llegar a ser un escritor de esa talla con unos buenos cursos de redacción o algo semejante. 

Pero eso no explica por qué escriben muy bien muchos escritores que no han seguido ningún curso de redacción. Ni explica, sobre todo, la antipatía al escritor que escribe magníficamente bien y que probablemente tampoco ha seguido un curso de redacción en su vida. Sospecho que también interviene en ese rechazo un resentimiento más o menos profundo contra lo que el escritor peruano representa como persona, como ser humano, seña por seña. Rechazo que no habla de MVLL sino de la idiosincrasia de los peruanos que opinan sobre él. Apenas es necesario demostrar que en el Perú el resentimiento es una conducta muy extendida socialmente. Está en el aire que se respira, aunque los intelectuales no lo hayan abordado como tema de sus pesquisas. Solo la literatura, el arte  y la música lo ha podido expresar.

Tal vez lo que provoca ese rechazo es precisamente lo que los otros ricos y famosos no tienen: la singularidad de la visión, la actitud, la alta conciencia crítica y cívica, el espíritu de rebelión, la creatividad, la originalidad, etc. El valor de los seres que se atreven a ser y decir las cosas como son, sin pensar si eso los favorecerá, los hará más o menos populares. 

¿Cómo explicar el resentimiento o la antipatía a un ser lleno de cualidades humanas? ¿Por qué tantos peruanos disimulan o niegan o no quieren ver esas cualidades como si no existieran, como si no fueran inherentes a él? Se le mide sólo por sus supuestos defectos. Hay derecho a sospechar que no es sólo ignorancia. Es lo que más sorprende respecto a cierta imagen social sobre el escritor peruano y la manía de no ver lo que no se quiere ver: esa multiplicidad de cualidades que explican su sólida consistencia y su espléndida unidad de estilo: el pensamiento, la creación literaria, la apasionada preocupación política y la coherencia ética, contra viento y marea. Y casi sin defectos humanos, si lo comparamos con otros grandes escritores. Salvo el de no saber hacer nada, como denunció cariñosamente su  esposa Patricia.

Esa plenitud se expresa en su pasión ciudadana que se dilata con la gran inteligencia, la rica imaginación y una fuerza que se traduce en su rigurosa disciplina profesional, en sus múltiples actividades por todo el planeta, en la enorme calidad de su obra, en su tenacidad y consecuencia. Por él sabemos que eso no significa estancarse en los dogmas de la infancia y la adolescencia, como muchos camaradas creen; sino en el aguerrido afán de cambio y libertad.

Pero hay otra explicación adicional al rechazo anti vargasllosiano: su cosmovisión es opuesta y no sólo distinta a la de la mayoría de sus tradicionalistas paisanos, en todos los grupos sociales. Porque es uno de los pocos peruanos y el más representativo de lo que supone un liberal genuino, un demócrata y un republicano. Y eso implica su preocupación auténtica por la «cosa pública», por la res pública. Vargas Llosa es un paradigma de ciudadano  par excellence, en un país que aún llena de símbolos religiosos exclusivos de una Iglesia, las oficinas públicas del estado, incluido el Poder Judicial. Esto en una República que debería ser laica, un estado que debería ser ideológicamente neutral. 

II

Lo único que ha hecho MVLL es modernizarse, vivir a la altura de su tiempo. Algo que debería ser evidente, por delante y sobre el tiempo peruano, que es aún el pasado. La costumbre, la tradición (que se cae a pedazos) contra una genuina modernización ideológica, política, económica, etc. Se derivan de lo dicho anteriormente algunos malentendidos que explican también el rechazo en relación a la personalidad de nuestro escritor. Y que tienen que ver con la diferencia de perspectivas valorativas con la gran mayoría de paisanos. 

Los valores vargasllosianos parecen incompatibles con los valores tradicionales de la mayoría peruana, que nunca se ponen en cuestión, así como los principios o fundamentos de los cuales se derivan esos valores. Eso debido a las características propias de nuestra compleja idiosincrasia peruana predominantemente premoderna. Y también a la cantidad y el peso de los poderes interesados en que ese examen crítico no se haga jamás. 

Lo que está mostrando hoy MVLL, con la prueba irrebatible de la edad, es un espíritu que se renueva. Y se ha renovado constantemente a fuerza de creatividad, de producción, de acción gozosa estimulante y estimuladora. En medio de todos los problemas que se ha comprado a lo largo del mundo, pudiendo muy bien darse la «gran vida». Es un joven de 86 años en la plenitud de sus facultades y de su potencia. Y es el ejemplo vivo de dicha potencia para las generaciones presentes y futuras, del humanista que desarrolla todas sus facultades y capacidades. No es ético negarlas u ocultarlas o rechazarlas, sobre todo cuando se dan juntas en un sólo ser y ese ser es un peruano.

No es saludable socialmente porque desperdiciamos un personaje valiosísimo y muy nuestro, con inmejorable potencial motivador. Es decir, un educador, un gran maestro para las actuales y las nuevas generaciones. El rechazo de sus paisanos sólo puede ser explicado por la envidia impotente que provoca el tipo humano fuerte y poderoso, que también posee éxito novelesco, riqueza material y espíritu creador. Y además, vive haciendo lo que más le gusta. La envidia y el resentimiento parecen hipótesis inevitables.  

 Lo que es difícil de entender es cómo se mantiene ese rechazo a pesar de los enormes elogios, premios y reconocimientos en todo el mundo. Mi hipótesis, lo dije, es el resentimiento. ¿O es que  hay un complot mundial a favor de MVLL? ¿Todos se equivocan en todo el mundo en sus elogiosas apreciaciones a la persona y a la obra? MVLL no podría ser profeta en una tierra tan poco liberal y tan poco republicana y tan poco democrática.

Veamos un ejemplo de su carácer, de sus rasgos éticos característicos y su actitud política, en relación con los de su colega Gabriel García Márquez. A lo lejos, con la distancia que da el tiempo, se pueden ver con más claridad las actitudes políticas de los ex amigos más famosos de la literatura mundial: dos premios Nobel. Gabo aceptó la comodidad y los mimos del poder, olvidando que un intelectual (latinoamericano especialmente) no puede dejar de lado su misión fundamental de crítico del poder. De todo poder. Especialmente del poder dictatorial que Vargas Llosa tuvo el valor de denunciar contra la opinión de medio mundo, desde comienzos de los setenta. Un poco después del genial escritor y mejor hombre que fue Guillermo Cabrera Infante, el primer gran crítico del régimen cubano.

Tenía razón y la historia se la ha dado contundentemente, aunque nadie lo recuerde ahora. La Cuba actual es una confesión viva del fracaso anunciado por el escritor peruano ejerciendo el derecho a disentir. «Tendremos que seguir, como ayer, como ahora, diciendo no, rebelándonos, exigiendo que se reconozca nuestro derecho a disentir. Mostrando de esta manera, viviente y mágica, como solo la literatura puede hacerlo, que el dogma, la censura, la arbitrariedad son también enemigos mortales del progreso y la dignidad humana (…). Nuestras sociedades deben estar alertadas. Rechazado o aceptado, perseguido o premiado, el escritor que merezca este nombre seguirá arrojándoles a los hombres el espectáculo no siempre grato de sus miserias y tormentos»

Por su consecuencia y coherencia se ha hecho cientos de enemigos. En primer lugar, los izquierdistas y los fujimoristas, que tienen el descaro de atribuir la actitud de MVLL frente a la dictadura más corrupta de la historia peruana, hasta antes de Pedrito Castillo, nada menos que al resentimiento. ¿Quién, por ventura, tiene menos razones en el mundo que MVLL para ser un resentido?  ¿La derrota electoral de los noventa, como  alega Keiko para desautorizar «moralmente» a MVLL? ¿Y por qué tiempo después MVLL votó por Keiko,, entonces? ¿Se le pasó el resentimiento? 

¿No guardó silencio Vargas Llosa durante dos años después de esa derrota política, hasta que el delincuente peruano japonés disolvió el Congreso? ¿Es esa la actitud de un resentido? ¿Se ha pensado en la «naturaleza» psicológica del resentimiento? ¿No tiene mil veces más razones para estar resentido el perpetuamente enjaulado ladrón y asesino , aunque la jaula sea de oro, con jardines, jacuzzi y «enfermera» cama adentro? Yo también quiero.

Pero volviendo al colega y ex amigo caribeño de MVLL, no hay lector que no lo quiera, que no adore a Gabo. Que no disimule, olvide y perdone su actitud ético política frente a Cuba. Apoyando un sistema obsoleto y cruel para el pueblo cubano, se zurró en la democracia liberal como única posibilidad para salir del subdesarrollo en América Latina. Es muy fácil para un famoso ganarse el aprecio de las dictaduras y sus variadas ventajas y gollerías apoyándolas con todo, haciendo lo (que fue) políticamente correcto hasta hace poco: marketear «dictaduras buenas», como Cuba y Venezuela. Gabo tuvo décadas para rectificarse y no lo hizo.

MVLL no dudó en incomodarse e ir contra la corriente y caer pesado. Y hacerse odiar en todo e mundo por defender los principios democráticos y liberales, cuando no estaba de moda denunciar gobiernos corruptos, dictaduras y dictablandas. Ésa es la diferencia con Gabo. Eso también es lo que le reconoció la Universidad de Lima al concederle el doctorado Honoris Causa por primera vez en el Perú. Otras universidades prefirieron a Alberto Fujimori y a Blanca Nélida Colán. Lo cual no sólo es justo con la persona del escritor sino un deber y una necesidad pedagógica social que habla muy bien de esa institución, la Universidad de Lima.

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