En la reciente visita de la Ministra de Vivienda, Construcción y Saneamiento (MVCS), Hania Pérez de Cuéllar, y el Ministro de Producción, Raúl Pérez Reyes, a la ciudad de Arequipa primó el hermetismo y la falta de transparencia por parte de ambos funcionarios.
Durante la ceremonia de entrega de títulos de propiedad en el Palacio Metropolitano de Bellas Artes “Mario Vargas Llosa”, se observó un estricto control de ingreso. Dejaron a decenas de beneficiarios del programa COFOPRI Arequipa afuera, debido al supuesto “poco aforo disponible”. Esto provocó que adultos mayores, jóvenes y niños tuvieran que soportar largas colas bajo el inclemente sol. Y se generó un evidente malestar entre los asistentes.
Por su parte, el Ministro de Producción fue testigo de una protesta durante la inauguración del Centro de Innovación Productiva y Transferencia Tecnológica Agroindustrial (Cite Agroindustrial Majes). A pesar de que minimizaron los incidentes, calificándolos como una “pequeña protesta”, los manifestantes expresaron su descontento con el gobierno de Dina Boluarte y arrojaron tomates y piedras al vehículo del ministro Pérez.
Aunque la Ministra de Vivienda prometió una nueva entrega de casi 2500 títulos de propiedad y una colaboración cercana con la municipalidad provincial de Arequipa. La ausencia de la presidenta de la república en la visita generó interrogantes por parte de la prensa. Ante esta pregunta, tanto la ministra como el Ministro de Producción y el alcalde provincial de Arequipa decidieron retirarse sin brindar declaraciones adicionales.
Transparencia y hermetismo
La falta de transparencia y el hermetismo mostrado por los ministros en esta visita a Arequipa, ha generado críticas. Y ha dejado a los ciudadanos con la sensación de que sus inquietudes no fueron tomadas en cuenta.
Además, el control exhaustivo en la entrada a la ceremonia de entrega de títulos y la protesta en la inauguración del Cite Agroindustrial Majes, evidencian un clima de descontento y desconfianza hacia las autoridades gubernamentales.
Se espera que en el futuro las autoridades encargadas de representar al gobierno puedan mostrar una mayor apertura al diálogo. Así también, una actitud más receptiva hacia las preocupaciones de los ciudadanos de Arequipa. Especialmente en temas tan relevantes como vivienda y producción, que impactan directamente en la calidad de vida de la población.
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