La fotografía detiene el tiempo. Lo congela en un punto y esa es su magia. Eso lo sabían los hermanos Vargas, sinónimo de fotografía en Arequipa, de cuyo archivo extrajimos estas imágenes de inicios del siglo XX.
Las personas pasan, los acontecimientos, los humores varían incesantemente, pero esas imágenes no se inmutan. Así nos trasladan a otros mundos, otros sentires y sueños. Como lo experimentarán ustedes viéndolas en esta galería preparada especialmente para los arequipeños que no ven el terruño hace meses o años. Y que no olvidan este paisaje tan particular.
Así pasa con el emblemático templo de La Compañía que, a través de sucesivas restauraciones, ha variado su aspecto según las fotografías aquí expuestas. Una esquina por la que tantas veces pasamos sin levantar la vista a ese precioso tallado sobre el portón principal que se mantiene intacto. Algo que tantos turistas observan hoy con admiración, viniendo desde muy lejos.
O el cercano Portal de San Agustín, lugar de recordados bares, cafés y restaurantes, de hoy y del pasado. Allí estaba el Estudio de Arte de los hermanos Vargas a quienes pertenecen las fotos antiguas. La noche, siempre toma un cariz especial cuando se camina bajo estos portales.
Otro lugar especial para la noche es la Plaza España. Una escultura de Neptuno la preside, aunque nada puede hacer frente a las injusticias que se perpetran en el aledaño “Palacio de Justicia” o Corte Superior de Justicia de Arequipa. En estas imágenes se puede observar las modificaciones que ha sufrido con el tiempo, según el humor de las autoridades ediles de turno.
Esta otra instantánea de una torre de la Catedral, vista desde la calle Mercaderes, es otra fotografía icónica de los Vargas. Recreamos una vista similar de la Arequipa de hoy, en una calle convertida en peatonal y aquí están las diferencias y semejanzas, quizás estas últimas más notorias.
Y como no, la calle Santo Domingo, la calle que “baja” a la Plaza de Armas. Tantos pasos y tantas noches recorridas por esas piedras que, aunque han ido cambiando, siguen dándole a esta vía su característica especial. Ya no esta más la Botica del Pueblo,, emblemática en Arequipa. Ahora hay una sede de una cadena farmacéutica, pero sigue siendo un lugar de paso obligado para muchos.
Fotos: Archivo Hermanos Vargas y Erick Rodríguez
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