¿De dónde vino el sillar, la base de la estructura arquitectónica de la Ciudad Blanca?

La roca volcánica es la que le ha dado el carácter a la ciudad. Su origen telúrico, su consistencia, su suave porosidad y su belleza, son también las características de Arequipa, la blanca ciudad.

Para los geólogos, el sillar es la ‘Ignimbrita Aeropuerto de Arequipa’. La denominación de aeropuerto se puso porque la mayoría de las canteras de sillar de la ciudad están ubicadas en las cercanías del aeropuerto internacional Alfredo Rodríguez Ballón.

El origen del sillar es un flujo piroclástico, es decir, el material volcánico que durante una erupción es expulsado hacia la atmósfera y posteriormente se asienta en la superficie de los alrededores. Aunque es común creer que el volcán Misti es el que produjo el sillar que conocemos, en realidad su existencia data de aproximadamente 1.65 millones de años.

Las rocas volcánicas se formaron por la erupción de un volcán que existió antes del Misti y Chachani. Las explosiones y la corriente magmática produjeron que se formara una gran depresión en la superficie. A partir de esta masa, se fue conformando la cantidad de material piroclástico que posteriormente se solidificó.

De esta manera se forma el denominado Complejo Volcánico Chachani, donde están la mayoría de canteras. En el caso del Misti, este empezó a formarse hace unos 112 mil años, a partir de explosiones y otros fenómenos geológicos. También se empezaron a formar las quebradas de Añashuayco, Culebrillas, Chullo a raíz de los descensos de rocas y otros materiales, además del agua que erosionaba la base de estas superficies.

Los distritos donde se concentran los mayores asentamientos de sillar son Yura, Cerro Colorado, Cayma, Yanahuara, Alto Selva Alegre, Sachaca y Uchumayo. Para llegar al sillar, se debe primero pasar por dos capas. Una es la de sedimentos rocosos producto de los lahares. La otra es la ignimbrita rosada, o también llamada salmón, que tiene una consistencia menos solida que la ignimbrita blanca, como la conocemos nosotros, sillar.

El sillar y su uso en la Ciudad Blanca

Uno de los orígenes de la denominación Ciudad Blanca, es por el uso de este material volcánico para edificar sus estructuras arquitectónicas. Estudios concluyen que la arquitectura de la ciudad está basada la arquitectura virreinal española e influencias indígenas.

La solidez del sillar incidió en su uso para estructuras mayores, luego del terremoto de 1582, ya que los arquitectos y constructores de aquel momento evaluaron que las propiedades de esta piedra volcánica, podían ayudar en elevar estructuras que resistan a los movimientos telúricos. De esta manera, pasó de ser una piedra meramente ornamental a la unidad básica de la edificación.

Las edificaciones religiosas siempre tuvieron un lugar privilegiado en la cultura de la ciudad. Basta apreciar solo los monasterios de Santa Catalina de Siena, Santa Teresa y Santa Rosa, y tantos más que aún existen en las 49 manzanas que conforma el Centro Histórico de la ciudad. Aquí se concentran un aproximado de 500 edificios coloniales, testimonio histórico del auge de la arquitectura y el uso del sillar.

Para preservar estas estructuras y salvarlas de las tendencias arquitectónicas pragmáticas de las últimas décadas, por falta de vivienda en la ciudad, se tomaron medidas de conservación, acudiendo incluso a entes internacionales.

Por ejemplo, un aproximado 250 de las casonas del Centro Histórico de Arequipa forman parte oficialmente del Patrimonio Cultural de la Nación. Además, desde 1994, el Centro Histórico es reconocido por la Unesco como Patrimonio Cultural de la Humanidad.

En 2023, nos sentimos afortunados de poder apreciar aún aquellas edificaciones resplandecientes que exponen uno de los momentos más brillantes de la arquitectura, donde Arequipa es la protagonista.

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