Anécdotas históricas: las góndolas de los 50s y 60s tenían a la gente contenta

"Arequipa no era Venecia pero, ¡qué caray!, tenía más góndolas, gondoleros y pasajeros de góndolas que esa empapada ciudad del norte del Mar Adriático"

Se constituye la Empresa América de ómnibus a la Urbanización IV Centenario. Dicha empresa ha comprado los ómnibus que tenía en esa línea el Tranvía Eléctrico. (El Pueblo. 7 de Octubre de 1949). Arequipa no era Venecia pero, ¡qué caray!, tenía más góndolas, gondoleros y pasajeros de góndolas que esa empapada ciudad del norte del Mar Adriático. En los años ´50 y ´60 los servicios de las góndolas en Arequipa eran excelentes.

Para empezar, tenían que estar moscas en limpieza, puntualidad y calidad de la atención, porque competían con el servicio de los tranvías que también era excelente. Había góndolas pitucas, pulcras por fuera y por dentro; con asientos forrados con cuero; con choferes y cobradores educados, atentos, limpios; servían en dos líneas enteramente urbanas: la de Vallecito (góndolas color amarillo) y la de Cuarto Centenario (góndolas de colores plata y azul marino). Las dos unían el centro histórico y las urbanizaciones de sus nombres que no contaban con el
servicio de tranvías. En sus años terminales la de Vallecito extendió su recorrido hasta el Colegio La Salle y la Urbanización Victoria. Las líneas más populares eran las que enlazaban el centro histórico con los distritos más cercanos:

Yanahuara, Cayma (tenía unas góndolas pequeñas con franjas rojas), Miraflores (tenía hasta dos líneas, la más conocida era la 7), las “chinas” se les llamaba a las góndolas de Mariano Melgar que eran de color blanco con franjas negras, las que iban a Tingo (que si no me equivoco tenían un color crema con franjas azules), las de Tiabaya que eran rojas. Las góndolas que iban a los distritos más alejados no eran tan pulcras ni modernas, ni pasaban con frecuencia, me refiero a las que iban a Yura, Socabaya, Characato, etc. Casi todas las líneas de góndolas tenían por
eje central al Mercado San Camilo o al Parque Duhamel. Las de los distritos más alejados tenían paradero en la calle Pizarro y la esquina con Alto de la Luna.

LAS GÓNDOLAS DE ANTAÑO TENÍAN DATEROS…QUE EXTRAÑO

No eran como los dateros de las combis y buses de hoy, que hacen su trabajo en algunos paraderos y pasan la voz a los choferes y cobradores sobre los minutos que han pasado desde que pasó un vehículo competidor. Los dateros de góndolas de mis tiempos éramos niños, que nos disputábamos la puerta de atrás de las góndolas para abrirlas y cerrarlas cada vez que los vehículos paraban y pasar al chofer, a gritos, los datos de si subían o bajaban más pasajeros por las puertas de atrás y adelante: ¡Sube, sube!, ¡Baja, baja!, ¡Vamos! Y éramos recompensados con que el cobrador no nos cobraba el pasaje (en esos tiempos 10 centavos, que nos servían para comprar alguna golosina).

(En las citas textuales de esta obra se respeta la ortografía de los originales)

Juan Guillermo Carpio Muñoz
Texao. Arequipa y Mostajo. La Historia de un Pueblo y un Hombre
TOMO IX. Págs. 74 – 75

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