Los primeros días del presente año se ha difundido la Encuesta Nacional de Lectura 2022. Un documento elaborado por el proyecto Perú Lee, del Centro de Recursos para el Fomento del Libro, la Lectura y la Escritura, del Ministerio de Cultura. El trabajo estadístico fue elaborado de manera conjunta entre el Ministerio de Cultura y el Instituto Nacional de Estadística e Informática, y recién se difunde, luego de un largo proceso de aplicación de encuestas a nivel nacional, consolidación e interpretación de los datos obtenidos. El documento que se concluyó en abril del año pasado, es de libre acceso en los portales electrónicos de las entidades correspondientes.
El documento es muy interesante y complejo, contiene la información recabada de todo el proceso y se presenta tanto con los resultados nacionales como con los referidos a cada una de las regiones, lo que permite sacar conclusiones generales y poder tener también una visión del comportamiento lector de cada región. Pero el documento no ha sido debidamente difundido, o se ha limitado a difundirse a través de portales institucionales, y, por lo tanto, poco se sabe de sus resultados, y menos de las acciones que las autoridades están tomando para revertir las cifras, que, dicho sea ya, nos demuestra que somos un país aún lejos de considerarse lector.
La encuesta se hizo a ciudadanos de 18 a 64 años y solo el 38,3% de esa población se considera un lector habitual. Parece ser una cifra alentadora, pero estamos muy lejos del promedio de lectura de los países vecinos. Por ejemplo, mientras en Chile la población de iguales características lee por lo menos cinco libros al año, en Perú lee solo dos libros anuales. Aunque esta cifra, debemos reconocer, se ha incrementado respecto a años anteriores, en los que el registro era poco más de un libro por año.
Un dato alentador es el que se refiere a la región Arequipa. Nuestra región ocupa el primer lugar a nivel nacional en lectoría. El estudio revela que el 57,9% de la población de 18 a 64 años por lo menos leyó un libro en el año. De esta cantidad, han sido los jóvenes, de 18 a 29 años, los que más han leído. Este dato supera al de la encuesta anterior. En aquella, menos del 50% de la población encuestada reconoció haber leído más de un libro en los últimos 12 meses. ¿Será Arequipa una ciudad de lectores? Ojalá.
Arequipa registra el índice más alto de lectoría de libros después de Lima. Pues si el promedio nacional dice que la población lectora lee un poco más de dos libros al año, en el caso de nuestra región esta cifra es de 3,6 libros que se leen al año. Más allá de los datos estadísticos, que nos ayudan a medir ciertas condiciones pero no reflejan la verdadera dimensión de los problemas, lo cierto es que sí se nota este alentador incremento del índice de lectoría, pues se complementan con otros datos como la compra o adquisición de libros o asistencia a centros de lectura como bibliotecas o centros culturales. Incluso con las condiciones en que los municipios se encuentran respecto a la implementación de espacios o programas que promueven el uso del libro y la lectura.
Entendemos que es muy importante esta encuesta, ya que permitiría que las municipalidades y las instituciones públicas cuya función es promover el desarrollo integral de la persona asuman acciones para fortalecer un hábito tan importante para enfrentar otros males sociales como la delincuencia, la violencia familiar y social, el desempleo o la salud mental de la población. Los encuestados, por ejemplo, reclaman la implementación de bibliotecas, algo que, para algunas autoridades es inútil o un gasto de dinero.
En el Perú sigue siendo importante el uso del libro en papel. Pues aún hay un mínimo porcentaje de lectores de libros electrónicos o que acceden al libro por medio de programas virtuales. No hay que confundir la lectura de un libro electrónico, por ejemplo, con el acceso a datos o información. Son dos cosas distintas que hay que saber usar, especialmente en el caso de la población universitaria. Otro dato lamentable, es que aún arrastramos un 4% de analfabetismo en una población potencialmente lectora (de 18 a 64 años). Esto significa que aún hay gruesos sectores de la población urbana y rural que no ha accedido a la educación básica. Y esto es dramático cuando ya estamos en una época donde la tecnología domina nuestra vida cotidiana.
Vale la pena revisar la encuesta nacional, comparar las cifras nacionales respecto a lo que sucede en cada región. Más aún si puede ser una extraordinaria herramienta para planificar y poner en marcha proyectos de implementación de bibliotecas, centros culturales, ferias o festivales de lectura. Promover la industria del libro y la creación artísticas. Para acceder a la encuesta y a una serie de herramientas culturales basta con ingresar al portal perulee.pe. Desde ahí, conocer mejor nuestra realidad de país lector.
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