Dentro de las esferas académicas, el mejor amigo del hombre ya no es el perro. Este lugar, ganado a pulso a lo largo de la historia, ha sido arrebatado repentinamente por algo mucho menos animado que un can: el ChatGPT. No quiere decir que se haya abandonado el cariño por las mascotas; por el contrario, entre la generación X y la Z, la preocupación por los animales ha ido en aumento en los últimos años. Pero, cuando se trata de pedir ayuda, confiar y agradecer, el ChatGPT ocupa el primer lugar entre las nuevas generaciones de universitarios. ¿Será una señal del fin de los tiempos o solo un cambio más al que nos adaptaremos? Pues, un poco de ambos, lo cual nos obliga a repensar la educación superior.
La Inteligencia Artificial no ha sido diseñada para reemplazar a la humana, sino para ayudarla a rendir más y mejor; pero, no va a suceder de ese modo si nos descuidamos. En primer lugar, no hay que perder de vista el contexto socio cultural. En el Perú, por ejemplo, tenemos jóvenes que salen de las aulas escolares con un bajo rendimiento académico y que llegan a las universidades con escasos hábitos de estudio. Según el Ministerio de Educación, solo el 12,7 % de estudiantes de segundo de secundaria alcanzaron un nivel académico satisfactorio, en el 2022. Este tipo estudiantes, utilizará el ChatGPT para evitar el esfuerzo y presentar tareas sin cumplir con el proceso de aprendizaje.
El pronóstico es catastrófico, pues estamos hablando de futuros profesionales cuya formación no garantiza nada. Sin embargo, eso no quiere decir que debamos echar cruces sobre la Inteligencia Artificial. Tengamos en cuenta que, si esta tecnología resuelve las tareas primarias, el estudiante cuenta con el espacio y tiempo necesario para desarrollar nuevas ideas y proyectos. Como en todo, depende el uso que se le dé. En el caso de la formación académica, es ineludible el ajuste de procesos de aprendizaje, para que incluyan el manejo de nuevas herramientas orientado a un uso ético y productivo.
La IA apareció hace décadas, pero su explosivo crecimiento tiene apenas un año. Nuestro nuevo mejor amigo es tan solo un cachorro. Tenemos que estar preparados para sus ladridos.
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