El grupo ligado a la empresa Southern Perú, “Arequipeños por Arequipa”, reactivó sus cuentas de redes sociales en plena emergencia por el Covid.19. Su mensaje central es que la vida de los arequipeños peligra por la mala gestión del gobernador regional, Elmer Cáceres Llica, a quien parecen considerar el principal escollo para el desarrollo del proyecto minero Tía María.
Más allá de las contundentes razones que ha dado la gestión regional para esa percepción y la crítica legítima; el sentido de los mensajes del grupo y sus aliados volvió a enfatizar en la existencia de arequipeños “verdaderos” y el desprecio a los que vienen de afuera; discurso que explica, sin dudas, la elección de la actual autoridad debida al voto provinciano.
En previsible coincidencia, varias cartas con el mismo tenor, ofensivo y descalificador, circularon el domingo pasado exigiendo que Elmer Cáceres Llica diera un paso al costado o, en su defecto, “pidiera humildemente” ayuda a Cerro Verde (¿?).
De manera coincidente, también salió a declarar el ex candidato derrotado de las elecciones regionales, Javier Ísmodes, en lo que parece una acción concertada con propósitos políticos.
Infelizmente, el alcalde provincial Omar Candia se dejó seducir por la posibilidad de liderar un Comité que lidere la lucha contra el Covid 19. En ese afán, se alió con los sectores más conservadores de la región, entre ellos, un movimiento político promotor de la inversión (léase Tía María).
El “Comité de Apoyo de lucha contra el Covid 19” que constituyeron acordó tratar directamente con el Gobierno Nacional y el Ministerio de Salud; obviando a la Gerencia Regional de Salud. Además, entregarían un plan de salud elaborado por la Cámara de Comercio, ignorando la política nacional y regional de Sanidad, así como las instancias de gobierno constitucionales que rigen el país. Nada menos.
La salvadora
Para fortuna de Arequipa, que iba a enfrascarse en luchas de poder y psicosociales, llegó la Jefa del Comando Nacional de Lucha Covid19, Pilar Mazzeti; y puso las cosas en orden. Conminó a las autoridades a dejar de lado sus divisiones políticas y ponerse a la orden del comando que preside un militar (así estamos). Al mismo tiempo estableció que el Plan Regional de Contención es el que rige para todos los efectos. En su presencia, Candia se puso a disposición del Comando e hizo mutis sobre sus anteriores pretensiones de liderar la acción.
Ahora falta que las autoridades trabajen en conjunto, ya que la Gerencia Regional de Salud, hasta antes de esa llegada, efectivamente, “no ataba ni desataba”. Pese a ello, el aprovechamiento político (y económico) en base al miedo natural que la población siente por la pandemia, es inadmisible.
¿Será que ahora podemos esperar un poco de sentido común de la autoridad regional, provincial y los actores que tienen que ver en ese Comando?
Aquí el comunicado:
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