El 22 de julio de 1872, los coroneles Gutiérrez dieron un golpe de Estado en Lima contra el gobierno de José Balta. Un suceso que terminó en tragedia por el asesinato del presidente y la muerte de tres de los hermanos en las calles.
El periodista y escritor, Dante Trujillo, comenta que su primer acercamiento a esta historia fue cuando estaba en primaria, a través de una fotografía en un libro de la Historia del Perú. Aquella famosa imagen de Tomás y Silvestre Gutiérrez colgados de las torres de la Catedral de Lima.
Le impresionó mucho que, en una época donde era tan comunes los golpes de estado y el caudillismo, la población se tomase el trabajo de sacrificar a dos de los golpistas. Peor aún, que una situación tan violenta fuese tan relegada en la historia del país.
Esa anécdota se quedó con él por el resto de su vida. Hasta que, en marzo de 2017, otro crimen en Lima (el asesinato de cinco personas por Eduardo Romero Naupay) hizo que este tema volviera a él. Recuerda tener una “revelación muy intensa” mientras caminaba hacia la Plaza de Armas y se imaginaba aquella situación ocurrida hace 150 años en el mismo lugar.
A partir de ahí pasó cinco años investigando sobre el asunto para escribir Una historia breve, extraña y brutal. En el libro hace una reconstrucción de uno de los momentos más atroces de nuestro pasado, y nos revela el mundo de este cuarteto de antihéroes trágicos y misteriosos.
El libro también examina tu proceso de escritura y los retos que tuviste durante la investigación. ¿Cómo fue ese proceso?
Hay muy pocas cosas escritas sobre los hermanos Gutiérrez, casi no hay libros. En la época salieron libros muy breves y también una novela que fue olvidada muy pronto. Lo que hubo fue bastante prensa. Posteriormente, apareció muy marginalmente en los libros de historia.
Lo que hice en estos años fue recopilar toda esa información en distintas bibliotecas, hemerotecas y archivos. Pero a medida que investigaba me daba cuenta que la información era muy poca, y sobre todo era contradictoria. Todas las versiones de los sucesos eran divergentes o incluso contrapuestas.
Esto generó un segundo problema, que era no saber cómo escribirla. En un principio pensé hacer una crónica, pero el tema me desbordó. Luego pensé hacer una novela histórica y barajé algunas opciones. Por ejemplo, que la narrase Ricardo Palma, quien era secretario de Balta al momento de estallar la rebelión, o que la contase Fernando Casós, que era un novelista que fue secretario de la rebelión.
Pero descarté todas esas opciones porque escoger alguna de ellas hubiese significado escoger una versión de la historia, y yo prefería esta multitud de voces narrando los hechos…sin pretenderlo, llegué a un lenguaje meta textual en el que yo mismo me presento en mi dificultad para contar la historia…por lo que el libro, en sí, gira alrededor de mi impotencia de contar una versión oficial de la historia; más bien presentando las distintas versiones que hay de los hechos.
¿Por qué crees que hay esa falta de información sobre este suceso en nuestra historia? ¿Por qué ha quedado un poco en el olvido?
Tomás Gutiérrez tomó el poder sin quererlo en realidad, por eso no gozaron de ningún tipo de respaldo. No era gente muy popular o carismáticos, no estaban preparados políticamente para gobernar. Esta rebelión duró cinco días nada más, al cabo de los cuales fueron ajusticiados de manera salvaje por la turba. La escena más conocida es la de los hermanos colgados, pero no fue la parte más siniestra de todo eso.
Ahora, ¿Por qué creo que fue ocultado? Porque fue opacado por la muerte de Balta. Esta muerte generó un escándalo porque fue el primer magnicidio en la historia del Perú. Por otro lado, se generó una especie de pacto de silencio en el que el discurso oficial decía que la población había actuado en un acto bárbaro, pero democrático. Yo no estoy de acuerdo con eso.
Me parece que hubo una especie de pacto de vergüenza. Me parece que la población de Lima, que en esa época se idealizaba, ahí mostró su lado más oscuro. Se habló incluso de escenas de canibalismo cuando los cadáveres fueron quemados en la Plaza de Armas. Todo esto, entre otras muchas cosas, me parece que generó tal vergüenza en la población y en la prensa que decidieron, desde ese momento, ocultar la información.
¿Crees que con el libro pudiste formar un perfil más definido de estos personajes?
En esa misma época había una idea de los cuatro hermanos como que fueran un solo ser. Incluso algún historiador, me parece que es Carlos Miró-Quesada, se refiere a ellos como una “bestia mitológica de ocho brazos”. Como que eran un solo ser. Incluso se parecían un poco físicamente, Marcelino y Marceliano se llamaban casi igual…y no había una idea muy clara de ellos.
Se les tenía por patanes y gente violenta. Eran unos excelentes militares y soldados, muy bravos, pero no había un perfil muy claro de cada uno. Ni siquiera hay retratos de los cuatro…entonces he tratado de, en la medida posible por las cosas que se decían, separar a este monstruo y perfilar a cada uno por separado. Pero ha sido muy difícil en realidad. Lamentablemente, para mí, sí ha persistido esta idea de un solo ser capaz de hacer atrocidades.
Sin embargo, lo que sí podemos saber es que Tomás tenía más experiencia que los demás. De Silvestre se sabe que tenía la tez más blanca y era más culto, pero a la vez era el más violento. De Marceliano se sabe que era muy agresivo y mandón, y cuando muere prácticamente se suicida. Lo mismo que pasa con Silvestre, que cuando muere se enfrenta con 200 o 300 personas él solo con su pistola, como una película de acción.
En el caso de Marcelino, es el único que sobrevive y tenía un carácter mucho más afable, y lo dice mucha gente que lo conoció en la época. De hecho, él no participa directamente en la rebelión…Lamentablemente no hay mucha más información, pero me parece que es una deuda quizá para los investigadores e historiadores. Tratar de averiguar un poco más.
¿Por qué es importante que la gente conozca esta historia? ¿Crees que hay cosas de esta que se están repitiendo en el panorama actual de nuestro país?
Creo que hay muchas cosas que ocurrieron en ese momento que se repiten, pero yo en el libro he evitado mencionarlas para que el lector mismo las infiera. Por ejemplo, el hecho del golpe o del autogolpe, las conspiraciones, los congresistas tránsfugas, la prensa comprada, la corrupción, los poderes detrás de las acciones sociales…pero he preferido que el lector saque sus conclusiones.
En general, me parece importarte revisar con ojos críticos la historia del Perú, y no dar por hecho el discurso oficial siempre. Eso es un cliché de que “la historia la escriben los vencedores”, pero mal que bien, sí se cumple. Existe un relato oficial para todo, pero siempre hay voces disidentes y vale la pena prestarles atención para entender que la historia siempre es más compleja de lo que uno cree.
Siempre hay más versiones y revisar la historia peruana puede servir para no repetir los errores. Puede ser un cliché, pero también es cierto porque creo que si los ciudadanos, y especialmente los políticos, leyesen más sobre la historia del siglo XIX y los años previos a la Guerra con Chile, y viesen los parecidos que hay entre esas décadas…lo que pasó en el Perú en 1990, la crisis de los metales en el 2012 o 2013…se darán cuenta que es muy parecido lo que ocurrió. Quizá conocer eso permitiría ser mejores ciudadanos y políticos.
¿Cómo ha impactado escribir el libro en ti?
Fue apasionante escribir la historia. Me sentí un poco como un detective haciendo esto, o un médium invocando espíritus del pasado. Bromeando con un amigo le decía que me sentía un DJ…combino las versiones de los historiadores y cronistas, para poder tratar de aproximarme a los hechos y el lector pueda sacar sus conclusiones.
Esta obsesión que tiene décadas conmigo y se potenció hace cinco años, llegó a generarme incluso pesadillas. Las escenas del 26 y 27 de 1872 fueron muy violentas, entonces escribir y terminar el libro ha sido como sacarme el peso de encima. Ha sido liberador y siento que ha sido una pequeña contribución a acercase a un suceso histórico que merecía más atención.
¿Qué otros sucesos históricos del Perú crees que deberían profundizarse? ¿Te gustaría escribir alguno en el futuro?
Muchos. De hecho, ahora estoy empezando una investigación de otro suceso, que no te voy a contar (risas), que ocurrió a principios del siglo XX. Me parece que la Guerra con Chile tiene muchísimo pan por rebanar. También me encantaría escribir una biografía de Leoncio Prado. Otro suceso que me parece que debería abordarse más es la guerra civil entre Caceristas y Pierolistas en 1895, que también fue sumamente violenta. O Sánchez Cerro y la Revolución Aprista de los treinta.
La historia del Perú está llena de personajes y sucesos fantásticos, en el sentido de novelescos casi, que podrían investigarse más y que ayudarían a revelar algunas cuestiones de quiénes somos y cómo hemos llegado hasta aquí. Siempre pensamos que estamos en el peor momento. Ahora mismo se cree que estamos en la peor crisis política de toda la historia, y hace diez años se opinaba lo mismo y hace 20 lo mismo…pero no. Es como si viviésemos en una crisis perpetua. Hay mucho que revisar para entender que la crisis es quizá una de nuestras marcas, y que la falta de diálogo, el clasismo, la discriminación, la desatención del Perú, el centralismo, la burocracia…son cosas que siempre han existido y que si no empezamos a revisarlas va a ser bien difícil que salgamos de ello.
Dante Trujillo, el autor
Aquí la entrevista completa:
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