Lista: 17 grandiosos álbumes de 2023

"Definitivamente, la industria musical camina. Y con músculo. Hay muchos, pero diecisiete me han impactado gratamente. Huelga decir que la lista que me atrevo a sugerir a continuación es, como toda lista, profundamente subjetiva y provisoria".

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Quizá la mayor prueba de que la pandemia ha pasado y que hemos regresado de veras a la tan añorada normalidad sea la cantidad de buenos álbumes que se han lanzado este 2023. Definitivamente, la industria musical camina. Y con músculo. Hay muchos, pero diecisiete me han impactado gratamente. Huelga decir que la lista que me atrevo a sugerir a continuación es, como toda lista, profundamente subjetiva y provisoria. Es bastante probable que a mitad del próximo año me tope con un disco de alguna productora independiente que me haga exclamar: “¡Pero cómo no escuché esto antes!”.

Me ha pasado y me alegrará que pase nuevamente. Por supuesto, me habré dejado varios en el tintero sin poderlo evitar. Por ejemplo, no he escuchado el álbum de Anohni, del que medio mundo habla maravillas. Sí he escuchado el de Taylor Swift, pero no lo incluí por dos razones: porque es un álbum de reversiones y porque no es tan bueno como uno creería si se atiene a las reproducciones de Spotify. Vayan entonces los diecisiete que sí me han parecido dignos de prestarle atención y detenerse en ellos:

17. Wednesday – Rat Saw God. Quinto album de esta banda de indie rock de Carolina del Norte que parece haber cuajado definitivamente. Conjugando melodías apacibles con guitarras enérgicas “Rat Saw God”, nos habla de crecer en un poblado sureño, nos cuenta episodios aparentemente banales pero cargados de profunda emotividad: aquella nochevieja en que dejamos de ser niños, aquella tarde en que las lágrimas nos asaltaron en la bañera… Momentos así, cantados por Karly Hartzman en un registro pocas veces visto en el género.

16. Avalon Emerson – & The Charm. Debut de la productora y DJ norteamericana Avalon Emerson, vieja conocida en el mundo de la música electrónica por sus asombrosas performances en festivales como Coachella, Sonar o Primavera Sound. En su propuesta hay ecos de Cocteau Twins y del Balearic Beat (que a algún despistado podría hacerle pensar en lo más infame del chill out). No es un álbum pensado para las pistas de baile nocturnas, sino para las previas, para esa hora de la tarde en que el cielo resplandece de magenta y por las avenidas el tráfico se convierte en un lienzo de colores.

15. Depeche Mode – Memento Mori. Cuando puse el álbum en la bandeja (recién hará cosa de un mes, aunque el álbum apareció en marzo), escuché los primeros golpes de batería (cansados, lentos, apesadumbrados) de “My Cosmos is Mine” y escuché el inconfundible quejido de David Gahan se me asomaron las lágrimas. Pensé en Andrew Fletcher, pensé en el largo sueño que empezó en 1981 con “Speak & Spell” y que ahora… estaba terminando? Watch another angel die? Tras uno o dos tropiezos en esta década, Depeche Mode ha producido un álbum bello y digno. ¿Por qué entonces no lo pongo en primer lugar? Porque no hay nada nuevo aquí, es Depeche Mode siendo (maravillosamente, es verdad) Depeche Mode.

14. PJ Harvey – I Inside The Old Year Dying. Por más que quise nunca llegué a conectar con “The Hope Six Demolition Project”, el disco de PJ de 2016. Creo que el sermoneo político y moral del álbum acabó por comerse lo creativo. Pero aquí PJ está en su elemento, en un tono íntimo y desgarrador, nos lleva de la mano por un territorio de sombras. Como sabemos, PJ nunca le temió a la experimentación, nunca se preocupó por el lugar a donde le conducirían sus ideas musicales. En su fraseo, ella lleva la entonación a terrenos insospechados, nos recuerda a la salmodia medieval, a ciertos alargamientos de las sílabas que Joan Báez exhibía en sus mejores tiempos. Vale la pena escucharla.

13. Mitski – The Land Is Inhospitable and So Are We. Después del tremendo éxito que fue “Be the Cowboy” en 2018, todos los reflectores apuntaban a Mitski. El año pasado, “Laurel Hell” cumplió con las expectativas, y este año “The Land Is Inhospitable and So Are We” ya no deja ninguna duda: estamos ante una de las más creativas e inteligentes artistas del mundo del pop. Ojo a la tercera pista del álbum, “Heaven”: pocas veces se ha escuchado una amalgama tan perfecta entre el country y el pop orquestal. Quizá lo único que haya que reprocharle al álbum es que es muy corto, como “Laurel Hell”, apenas dura poco más de treinta minutos.

12. Daughter – Stereo Mind Game. En catorce años de carrera, la banda inglesa de indie folk, Daughter, sólo ha lanzado cuatro álbumes. Los dos primeros maravillosos, el tercero no tanto, y ahora este “Stereo Mind Game” en el que Daughter vuelve con energías renovadas para hablarnos de distancias imposibles de cortar, de inquietantes adicciones, de paisajes descoloridos, pero todo en un tono sobrio y seguro. La voz de la cantante, Elena Tonra, es un regalo para los oídos.

11. Romy – Mid Air. Quienes hemos seguido la brillante carrera de The XX hemos esperado con ansias el debut en solitario de Romy que fue anunciado desde el 2020. En setiembre de este año, finalmente vio la luz “Mid Air” y no ha decepcionado a nadie. Romy ha dicho que dedica el álbum a los clubes gays que la fascinaron desde niña. La portada colorida del álbum refrenda esa dedicatoria. Sin embargo, la música del álbum, aun cuando pretende ser alegre, no deja de tener un matiz de melancolía. Creo que eso hace todavía más interesante la propuesta de Romy y la emparenta con sus referentes más directos: Everything But The Girl, Daft Punk y, por supuesto, The XX.

10. The Clientele – I Am Not There Anymore. Sétimo álbum de los británicos “The Clientele”, siempre con Merge Records. Como en sus anteriores trabajos, Alasdair MacLean nos lleva por las zonas tranquilas, introspectivas y reflexivas del indie. Su trabajo, nutrido del barroque pop sesentero, siempre es oportunidad para dejarse llevar por meditaciones nostálgicas.

09. Lana Del Rey – Did you know that there’s a tunnel under Ocean Blvd. Yo, que me negué a escuchar Born to Die en 2012, que escuché Norman Fucking Rockwell! en 2019 sin hallarle suficientes méritos para tomarlo en cuenta, me he quedado muy sorprendido con este nuevo lanzamiento de Lana Del Rey. La omnipresencia del piano le otorga al álbum un aura de clasicismo, de seriedad. Del Rey rinde así tributo a sus viejos héroes: Sinatra, Amy Winehouse, pero no se queda en esa monumentalidad pretérita, en el disco también hallamos estructuras modernas muy llamativas, beats, cajas de ritmos, referencias al soul. Del Rey camina con soltura por esa línea constituida de géneros diversos sin olvidar su norte.

08. Blur – The Ballad of Darren. Blur entró al nuevo milenio en 2003 con “Think Tank”, un fascinante álbum de exploración que auguraba nuevas y brillantes etapas para la banda. Pero Damon Albarn se embarcó en otros proyectos y recién en 2015 sacudiría a las masas con el correcto “The Magic Whip”. Ocho años después, Albarn demuestra estar en plena forma, con ideas muy bien equilibradas y un ingenio único. No repite viejas fórmulas, pero es claro que los años pesan y Blur ya no es la alocada banda de jóvenes mordaces enfrentados a Oasis. Ahora las canciones giran en torno a temas más maduros, la amistad, la resiliencia, la soledad… Emociona ver cómo la banda aborda esos temas que serían insólitos en otro tiempo y en otro álbum (excepto en el 13) y emociona, sobre todo, que lo haga con evidente compromiso, soltura y eficacia.

07. Sufjan Stevens – Javelin. Desde la publicación de “Seven Swans” en 2004, la carrera de Sufjan Stevens ha estado sembrada de éxitos. “Javelin” entronca con la sonoridad intimista de “Carrie & Lowell”, se embarca a la exploración de las preguntas existenciales que siempre han preocupado a Stevens y nos ofrece un puñado de diez canciones perfiladas con cruda honestidad. El disco fluye libremente asentado sobre los pilares de la sensibilidad folk más exquisita.

06. Slowdive – Everything Is Alive. Slowdive volvió por todo lo alto en 2017 con su álbum homónimo lanzado tras 22 años de silencio. Seis años después, “Everything is Alive” confirma la energía de una banda que se ha posicionado y se ha hecho fuerte en la trinchera del shoegaze más introspectivo y emocional. Para Rachel Goswell los años no han pasado y conserva esa vaporosa voz tan plena de sentimiento. Las melodías reverberadas y electrónicas del álbum dibujan paisajes melancólicos, pero, a la vez, llenos de vida, de animación. Hay como una determinación en todo el álbum que, a lo mejor, sería mejor llamarle “carácter” y que nos hace pensar que esos 22 años de silencio fueron necesarios para gestar este momento brillante de la banda.

05. The National – The First Two Pages of Frankenstein. Cuando hace cuatro años, salió al mercado “I Am Easy To Find” tuve una que otra disputa con quienes miraron por encima del hombro esta grabación ensalzando el período de “Trouble Will Find Me”. Me gusta “Trouble Will Find Me”, cómo no, pero pienso que The National se ha superado a sí misma a partir de “I Am Easy To Find”. “The First Two Pages of Frankenstein” no hace sino confirmar esa opinion. Mucho tiene que ver aquí el altísimo nivel de producción. Los hermanos Dessner han hecho un trabajo cuasiobsesivo de cada detalle, cada giro, cada glitch, cada arpegio… han pulido todo el conjunto como si de una gema se tratara. Y sí, eso es, una gema precisamente lo que nos ofrecen.

04. Julie Byrne – The Greater Wings. Este es un álbum que se ha cocinado lentamente, desde 2018. Ha visto pasar la pandemia, ha visto fallecer a su productor, Eric Littman, ha conocido días de dicha y noches de profunda soledad. Julie Byrne no se ha dado prisa por sacarlo y ha dejado en él los sedimentos de sus procesos de aprendizaje. El resultado de esa lenta cocción ha sido un producto que rezuma sabiduría por todos sus poros. Una antigua sentencia socrática decía que “filosofar es aprender a morir”. Aceptar la muerte, procesarla, de eso va este álbum. Hermoso.

03. Caroline Polachek – Desire, I Want to Turn Into You. ¡Qué fascinante es Caroline Polachek! ¿Y qué ha hecho en este álbum? ¿Se ha disfrazado de Madonna para tronar los dedos y retroceder en el tiempo? ¿Ha hecho renacer a Kate Bush para que entone actualizados himnos pop? ¿Estética de los ochenta para nostálgicos ebrios de synth pop? La intertextualidad, las repeticiones, los sugerentes leitmotivs, los guiños al downtempo, todo eso le da una unidad sonora al álbum y nos permite ordenar los tracks según el sentir de la autora. Pop en el más alto sentido de la palabra. ¿Metapop?

02. Jessie Ware – That! Feels Good! En las clases que dicto, he elegido este álbum como cortina musical. Suena mientras los alumnos entran al aula y ocupan los asientos. Algunos, inevitablemente, entran bailando o haciendo algún pasito alegre. Y lo he elegido porque pocos discos en el mundo actual son tan vitales y derrochan tanta energía. ¿Qué la pandemia nos mantuvo en silencio mirándonos a través de un frío monitor? Pues, se acabó, a bailar se ha dicho. A brillar se ha dicho, a saltar todo lo que den las piernas. Jessie Ware exprime el concepto de disco. Ella sabe que en la cultura del disco las dicotomías de género se difuminan. No importa cuán bien o mal te sientas con tu cuerpo: aquí, en la pista de baile, eres bienvenido.

01. Boygenius – The Record. Boygenius son tres mujeres progresistas, feministas, radicales, geniales: Julien Baker, Phoebe Bridgers y Lucy Dacus. Las tres con carreras propias brillantes, pero que decidieron unir fuerzas en el 2018, éste es su primer largo. De la reunión de tres estrellas consagradas quizá cabría esperar una guerra de egos, pero eso no ha sucedido ni por asomo, al contrario, dando una lección de sororidad, Boygenius nos presenta un álbum profundo y muy juicioso. Hay que añadir además que las tres son artistas muy inteligentes, curiosas y con un atrevido sentido de la ironía. Sus blancos preferidos son el patriarcado y el rock “masculino”, satirizado no sólo en el álbum, sino también en las fotos promocionales y en la gira de este año. Si algo necesario y serio se está diciendo hoy por hoy en el ámbito de la música popular, lo está diciendo Boygenius.

Una mención aparte a algunos álbumes que se lanzaron este 2023 y que, aunque no tuvieron el impacto esperado, merecen reconocerse. No puede pasarse por alto el regreso de Everything But The Girl, aunque “Fuse” no termina de convencerme. Sofía Kourtesis está siguiendo una ruta imparable, “Madres” está muy bien, pero creo que todavía está por llegar el verdadero gran álbum de la cantautora peruana. También cabe esperar lo mejor de La Zorra Zapata y Solenoide en nuestra escena local, sus lanzamientos de este año auguran un futuro promisorio.

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